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AF5

Un error del árbitro desató una de las locuras más impresionantes que un partido de futbol ha visto. El público local estalló por un error humano, el silbante pecó por ser parte del juego que es más que un juego, en donde un atentado al equipo es un atentado propio a sus aficionados, a su bienestar y su desenfrenada pasión respondió de manera violenta contra el árbitro, quien tuvo que escapar milagrosamente de la muerte que vengaría el grave error de marcar un fuera de lugar ilegítimo que provocó en la contra el gol de la victoria injusta del equipo rival. Y la derrota no merecida que los hinchas cobrarían al árbitro. Esa es la precuela del partido más corto en la historia.

 

Se jugaba la fecha número 25 del Campeonato Argentino de 1946. El San Lorenzo llegó como puntero de la tabla a Rosario para enfrentar al Newell’s. En el primer tiempo, el equipo rosarino empezó ganando 2-0 y la expectativa del público pronto se convirtió en euforia por sacar un gran resultado. En el segundo tiempo el marcador jugó con las emociones de la tribuna, San Lorenzo empató el juego con dos goles de Alfredo Ruzner y a dos minutos del final, Newell’s anotó en una jugada que se anuló por fuera de lugar. No hubo tiempo para dejar de festejar o para entender el pitido del árbitro que les robaba la victoria y los de San Lorenzo aprovecharon el descuido de los locales para anotar un gol lapidario.

 

De las gradas se desbordaron -literalmente- olas de ira que los aficionados buscaban descargar en una persona. El árbitro tuvo que correr a los vestidores y halló una salida que lo llevaba a un parque cercano, pero no tuvo las piernas suficientes para escapar y cuando la horda de aficionados lo embistió a patadas, algunos ya colgaban en la rama de un árbol un cinturón para ahorcarlo. A poco del final del silbante, tres soldados aparecieron para evitar su muerte.

“El conflicto de la violencia es consustancial al fútbol, porque encarna una
disputa entre dos bandos que buscan la victoria por todos
los medios a su alcance. Pero esta disputa no siempre es
pacífica, tanto que el juego está impregnado por la incorporación
de los principios, categorías y lenguajes de la guerra”

Fernando Carrión Mena, explica en Fútbol y violencia: las razones de una sin razón, que el futbol fue construido sobre varios conflictos que desencadenan la brutalidad en sus inicios: la disputa por la victoria y la superioridad de una identidad social en un territorio específico. En general su obra es para estudiar el fenómeno y las razones que llevan a acontecimientos como éste. En dónde un error causó una ridícula reacción, que no se puede dimensionar si hubiera terminado en la muerte del que se equivocó. Pero la otra parte de esta historia, la secuela que prometimos con el título, es también una medida ridícula.

 

El partido fue suspendido en cuanto los aficionados entraron a la cancha, pero se decidió que fuera reanudado de donde se quedó: a menos de dos minutos del final. La AFA tomó como medida que se jugara en otra cancha un partido de 70 segundos para terminar con el tiempo reglamentario y que se repartieran los puntos. Y se dividió en dos tiempos de 35 segundos con cambio de cancha. No hubo oportunidad para cambiar el marcador pero un jugador de Newell’s debutó en ese partido. El árbitro del encuentro, por obvias razones, no fue el de los primeros 88 minutos.

Por Diego García Mondragón/ @garciamdiego

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