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Hablando sobre el papel que tienen los narradores en la creación de mitologías, vale la pena recordar al hombre, al que probablemente el futbol brasileño le deba la mayor parte de su idiosincrasia y estatus dentro de la historia: Mário Rodrigues Filho.

De igual forma que Ángel Fernández fue un parteaguas en la narración deportiva en México, Mário Filho (1908-1966), proveniente de una familia donde la vena literaria corría fuerte -su padre fue periodista y su hermano es el famoso autor brasileño Nelson Rodrigues-, irrumpió en los medios de su país para revolucionar el deporte. En palabras de su hermano, antes de Mário la crónica deportiva simplemente no era, no existía. Tenía un estilo narrativo para el deporte que poco a poco lo fue convirtiendo en material de primera plana, y por consiguiente, tema de interés nacional.

Pero los logros de Mário Filho van más allá: como columnista y jefe de la sección de deportes de O Globo, el diario más importante de Brasil, y además creador del Jornal dos Sports y Mundo Esportivo, Filho le dio a la cultura brasileña algunos elementos que increíblemente no poseía. La competencia de escuelas de samba para el Carnaval fue una idea suya. A falta de futbol, había que llenar las páginas con algo y Mário encontró en las competencias de samba la respuesta.

El Fla-Flu, el clásico más popular de Río de Janeiro entre el Flamengo y el Fluminense, fue creación de él. No la rivalidad persé, ni el apócope con el que se le conoce, sino la popularización de este encuentro y su importancia actual para el futebol. De igual forma azuzó la rivalidad entre Río y Sao Paulo, las dos ciudades más importantes de Brasil y las que tenían a los equipos más representativos. Todo, con tal de recuperar el Torneo Río-Sao Paulo. También desde su posición en los periódicos impulsó la creación del mayor templo al futbol, que en su momento iba a ser el escenario para la mayor victoria de Brasil: el Maracaná. A su muerte y por su aporte en este inmueble que cambió el paisaje urbano de la ciudad para siempre, se le llamó Estádio Jornalista Mário Filho.

Sin embargo, el mayor aporte de Filho para el futbol brasileño y el gigante sudamericano en general fue la reivindicación del mestizaje y los jugadores negros. Entre él y Gilberto Freyre -comentador y escritor- apoyaron la idea de que la mezcla de razas dejó como herencia a los brasileños características que los hacían superiores a otros, especialmente en la cuestión deportiva . Dichas ideas cayeron muy bien en el gobierno de Getulio Vargas, que intentaba crear el Estado Novo a partir de una conciencia nacional. De hecho, Filho fungió como consejero personal de Vargas en materia de deportes y sociedad.

Entre 1920 y 1930 Mário Filho abogó por estas ideas junto con la profesionalización del futbol, y escribió un libro llamado El negro en el futbol brasileño. Sin Mário Filho, la inclusión de jugadores de raza negra hubiera tardado más en ocurrir, por lo que figuras como Leonidas o incluso Pelé habrían tenido otros destinos. Sin Mário Filho, tal vez no existiría el pentacampeón del mundo. Sin Mário Filho, el mundo del futbol no sería el mismo.

Por: Bernardo Otaola