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Di Stéfano

Alfredo Di Stéfano fue antes de Pelé y Maradona. Fue un adelantado a su época. Fue antes del mismo Real Madrid, pues fue él quien ayudó a forjar la historia del considerado el mejor equipo del siglo XX.

Nacido el 4 de julio de 1926 en el barrio de Barracas, Buenos Aires. El hijo del matrimonio entre Alfredo Di Stéfano y Eulalia Laulhé Gilmont, comenzó su idilio futbolístico en el año de 1940, esto con el Club Social y Deportivo Unión Progresista, escuadra amateur de su localidad. Con este equipo jugó hasta 1943, año en que recibió un telegrama por parte del Club Atlético River Plate, donde lo invitaron a unírseles con tan solo 17 años de edad.

Sin embargo, sería hasta el 15 de julio de 1945 cuando por vez primera pisaría el césped a nivel profesional. Su juego debut se dio ante el Club Atlético Huracán, dicho encuentro terminaría con derrota para los suyos. Y sería el único partido de ese campeonato en que Di Stéfano vería minutos.

La Saeta Rubia, es el mote con el que se le conocería a este delantero desde temprana edad en el circuito futbolístico, pues era tan rápido con el balón que le comparaban con una flecha. Inteligencia, técnica y entrega total era el espectáculo que brindaba juego a juego el argentino con cada uno de los clubes en los que militó.

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Comenzaba a hacer historia en Sudamérica (Argentina y Colombia), cuando sus proezas fueron bien apreciadas desde el país Ibérico. Santiago Bernabéu no dudó en hacerse de los servicios del que parecía ser aquél que ayudaría al Real Madrid a convertirse en el mejor equipo del mundo.

Bernabéu era ya el nuevo Presidente del conjunto blanco cuando fichó a Di Stéfano en 1953, fecha que marcaría no solo a los merengues sino también al jugador, además de que este fichaje creó una rivalidad que se ha extendido hasta nuestros días en contra del Fútbol Club Barcelona, pues los blaugranas también intentaron hacerse de los servicios de la Saeta Rubia. Por un lado, el Barça contactó a River Plate, conjunto que tenía los derechos del jugador y se firmó el contrato por el pase, mientras que cuadro de Madrid hizo lo propio con Millonarios, equipo en el que ese entonces militaba el jugador de 27 años.

Hubo tales complicaciones entre los equipos que hasta la Federación Española de Futbol tuvo que intervenir, de tal modo que para solucionar el problema dictaminaron que el jugador permanecería cuatro temporadas en España, de las cuales las primeras dos jugaría con el Real Madrid (53-54 y 55-56) y las restantes con el Barcelona (54-55 y 56-57).

Cumplidas las cuatro campañas, se estipulaba que ambos clubes deberían ponerse de acuerdo sobre el futuro del jugador. Pero para poner fin a tan absurda decisión, Francisco Franco –dictador en España del 30 de enero de 1938 al 8 de junio de 1973– apeló en favor de que Di Stéfano jugara para el club madridista, ya que Franco era seguidor de dicho equipo y pidió al Barcelona que desistiera de buscar el fichaje, pues de lo contrario pediría su desafiliación de la liga.

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Antes de dejar el continente americano Di Stéfano cosechó:

. River Plate Liga Argentina (1945, 1947), Copa de Campeones (1948).
. Millonarios: Campeonato Colombiano (1949-1950-1952), Copa Colombia (1953).
. Selección Argentina: Copa América (1947).
. Máximo goleador de la Primera División Argentina (1947).
. Máximo goleador de la Liga Colombiana (1951-1952).
. Máximo goleador del futbol sudamericano (1947, 1951).

Después de la peculiar disputa e intervenciones que provocó el nacido en Buenos Aires, comenzó a escribirse en letras de oro una nueva época para el futbol. No solo el conjunto blanco ganó 8 ligas españolas –algo que no conseguía desde hacía 20 años-, sino que además se coronó como el primer campeón de la Copa de Europa –hoy UEFA Champions League-. Di Stéfano comandó al Real Madrid para así ganar 5 Copas de Europa de manera consecutivas.

Después de escribir una historia épica con los de Chamartín, Di Stéfano emigró en 1965 al Espanyol de Barcelona, equipo con el que se retiró de manera profesional el 3 de abril de 1966.

Di Stéfano enamoró a toda Europa con el balón como nunca antes se había visto, con un juego sublime y exquisito que parecía no corresponder a su época, pues el futbol era más fuerza que técnica, pero él supo hacer del deporte un arte. Los títulos que obtuvo en el viejo continente fueron:

. Real Madrid: Liga Española (1954, 1955, 1957, 1958, 1961, 1962, 1963, 1964), Copa Generalísimo (1962), Copa Latina (1955, 1957), Copa de Europa (1956-57-58-59-60), Pequeña Copa del Mundo de Clubes (1956), Copa Intercontinental (1960).

. Trofeo Pichichi al máximo goleador de la Liga Española (1954, 1956, 1957, 1958, 1959).
. Balón de Oro a mejor jugador de Europa (1957, 1959).
. Máximo goleador  de la Liga de Campeones UEFA (1958).

A nivel de selección

Resulta por demás curioso que dentro del camino que recorrió, se encuentre el haber representado a dos países diferentes a nivel de selecciones. Con la albiceleste jugó seis partidos, portando la playera de la Argentina por vez primera el 4 de diciembre de 1947 en el estadio George Capwell de Ecuador frente a su similar de Bolivia, esto por el Campeonato Sudamericano –hoy Copa América–, encuentro que terminó 7-0 en favor del equipo de Di Stéfano, y donde anotó su primer gol. Con Argentina solo alzó un único trofeo internacional y fue justamente este Campeonato.

Ya en España es cuando decide adoptar la nacionalidad ibérica, adquiriéndola en el año de 1956. Es el 30 de enero de 1957 cuando ya envestido con los colores españoles juega su primer partido con la selección absoluta, enfrentando en un partido amistoso a Países Bajos. El encuentro terminó 5-1 a favor de los españoles, duelo donde Di Stéfano anotó un hat-trick. Durante cinco años defendió los colores de la Furia, disputando 31 partidos y logró un total de 23 goles que le colocaron como el máximo artillero de la nacional, hasta que Emilio Butragueño logró superarlo en el año de 1990.

En cuanto a Mundiales se refiere, extraña y desafortunadamente jamás disputó alguno. Cuando aún vestía los colores de la albiceleste, la Asociación del Fútbol Argentino decidió retirar su inscripción al Mundial de Brasil 50´, pues en ese momento tenían diferencias políticas con la Confederación Brasileña de Fútbol, y prefirieron protestar deportivamente ante esas discrepancias.

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Era ya el año de 1953, y Di Stéfano se encontraba en España, por esa misma época también había dado inicio a sus trámites para adquirir la nacionalización española. Los juegos clasificatorios para el Mundial de Suiza 54´ se encontraban en marcha, por lo que la Real Federación Española de Fútbol solicitó a la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) que el jugador pudiera disputar los partidos para España, pero el máximo organismo del futbol internacional no lo permitió. Por segunda vez se perdió el torneo.

El Mundial de Suecia 58´ llegó, sin embargo no así la Selección Española, la cual no pudo clasificarse. Para el Mundial de Chile 62´ todo parecía tomar un rumbo mejor, España avanzó con paso firme en la clasificación y Di Stéfano fue pieza clave en cada uno de los juegos para la antesala mundialista. Pero de nuevo, el destino con sus rarezas hizo de las suyas de nuevo, en el antepenúltimo partido de preparación para ir a Chile, el argentino-español sufrió una lesión. Esta trágica broma le impidió lo que por fin parecía ser su oportunidad en un Mundial, a pesar de esto formó parte de la delegación que viajó al torneo.

Club Atlético River Plate (1945, 1947, 1949), Club Atlético Huracán (1946), Millonarios Fútbol Club (1949-1953), Real Madrid Club de Fútbol (1953-1964), Real Club Deportivo Español (1964-1966), la selección argentina (1947) y española (1957-58-59-60-61), fueron las playeras que vistió nacido en Buenos Aires.

El final

El 5 de julio del 2014, Alfredo Di Stéfano sufrió un paro cardiorrespiratoria durante la comida de celebración de su cumpleaños. Fue trasladado al Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, donde le reanimaron en dos ocasiones e ingresó en la Unidad Coronaria del centro donde los sometieron a un coma inducido para estabilizarlo. Dos días después, el 7 de julio, falleció a los 88 años de edad.

Hoy día, por fortuna, la tecnología nos regala un poco de la magia que desbordó en cada jugada. Qué importa el blanco y negro que hay de sus recuerdos, si él da color con cada drible, con cada pase y, por supuesto, con cada gol. En sus pies, la redonda resultó pintura con la cual entintó cada parte del césped por la que andaba, bocetando lo inimaginable hasta que con ella acariciaba las redes.

Aquél jugador que portó en tantas ocasiones en su dorsal el 9 y que en innumerables ocasiones, después de cada partido tomara el balón de cuero para besarle y pronunciar “¡Gracias, vieja!”, escribió páginas que son indelebles ante un tiempo que no le olvida. Alfredo Di Stéfano ¡Gracias, viejo!

Por: Ricardo Olín / @ricardo_olin

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