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México se ha caracterizado por tener grandes arqueros, Jorge Campos, Oswaldo Sánchez, Pablo Larios, Óscar Pérez, Antonio Carbajal, solo por mencionar algunos. Y por supuesto, Guillermo Ochoa, quien ha demostrado que ya es todo un referente histórico del futbol mexicano. Su carrera ha trazado una línea marcada por la elección de clubes donde él se puede sentir cobijado, pero qué más hay detrás de Ochoa.

Los inicios de una gran carrera

Originario de Guadalajara, Francisco Guillermo Ochoa Magaña nació un 13 de julio de 1985. Es el mayor de la familia e inicio su carrera en el futbol en suelo tapatío. Había dos opciones, Chivas y Atlas, tal vez el sentimiento americanista lo acompañó desde ese momento, pues declino la opción de jugar con Chivas.

Ochoa eligió dar sus primeras atajadas con Atlas, se dice que durante esta etapa el arquero vio en Robert Dante Siboldi un héroe. Sin embargo, su estancia en la perla tapatía duro poco. A los 10 años ya se encontraba en la CDMX, donde su padre lo llevaría al nido para que continuará su andar en el futbol.  

El ascenso en el América

Con el club América escribiría su nombre con letras de oro. Todo comenzó cuando el holandés Leo Beenhakker lo vio mientras jugaba en las fuerzas básicas y decidió integrarlo al primer equipo. Su debut con América  se dio en el febrero de 2004 cuando suplió a otro de los próceres del futbol mexicano,  hablamos del arquero de Cristo Adolfo Ríos.

Sus actuaciones tanto en liga como en Copa Libertadores lo llevaron a la selección Sub 20 de México. Sin embargo en su club tuvo que sobreponerse a las decisiones de Oscar Ruggeri pues lo relegó a la banca. Afortunadamente para Guillermo Ochoa el proceso del argentino no duró mucho, y en 2004 Mario Carrillo lo regreso a la titularidad.

Con las Águilas disputó un total de 204 partidos, en los que registró 55 partidos sin recibir gol, una cifra nada despreciable. Por otro lado, ganó una Liga MX, un Campeón de Campeones y una Liga de Campeones de CONCACF.

Selección mexicana y consagración

Las actuaciones de Guillermo Ochoa con América lo llevaron eventualmente a la Selección mexicana, donde debutó en 2005 ante Hungría. De hecho el 2005 significo el inició de una obra que culminaría con el reconocimiento total en el Tri, ya que se coló como el tercer portero para el Mundial de Alemania 2006.

Detrás de Jesús Corona (segundo portero) y de Oswaldo Sánchez (primer portero), Ochoa esperaba su momento pues en Alemania no jugaría ningún partido. Tal vez esto no afectó en el arquero mexicano, pues era algo que ya había hecho con América.  ¿Qué le quedaba a Ochoa? Seguir trabajando, en selección se convirtió en un habitual. Copas Oro, eliminatorias, amistosos, no importaba la competencia, Guillermo Ochoa respondía con un sí a cada llamado.

La meta propuesta por Ochoa era el Mundial.  Con todo y que Javier Aguirre lo llevó a Sudáfrica 2010, el arco tricolor aún no era para él, el designado en aquella justa mundialista fue el mítico Conejo Pérez, cabe aclarar que la opinión generalizada pedía y sabía que Ochoa vivía un mejor momento.

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En el intervalo entre Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, Guillermo Ochoa dejó América para marcharse a Europa. Cuando todos pensamos que un equipo de calibre sería la nueva casa del arquero nacional, apareció el modesto AC Ajaccio para llevarlo a la isla de Córcega, donde lo esperaba una vida sin los reflectores del América y con la exigencia suficiente para mantener el nivel.

El ansiado Mundial

En los 116 partidos que disputó con el club francés, Ochoa entregó partidos más que destacables, su nombre en Europa comenzó a rondar y la selección mexicana no podía negarle una vez más la titularidad en una Copa del Mundo. Y así fue, pues de la mano de Miguel Herrera el arquero mexicano jugó 4 partidos y recibió tan solo 3 goles. De aquel mundial recordamos la actuación pletórica contra Brasil, atajo todo lo humanamente posible.

La fórmula del éxito se repitió en Rusia 2018, a pesar de ser cuestionado por sus fichajes (tema que ya tratamos en otro espacio) participaciones con Málaga, Granada C.F., y Standard de Lieja, Ochoa defendió el arco mexicano en Rusia 2018, aunque el sabor fue agridulce por los altibajos en el rendimiento.   

En 2019, Guillermo Ochoa escribió una página más en los libros de historia de la selección mexicana, pues se convirtió en el mexicano con más Copas Oro. Tal vez el récord les sea indiferente a muchos, pero como dicen hay que ganar esas copas. Sobre todo si tomamos en cuenta que muchos han desdeñado esta competencia, que por ridículo que parezca, es de suma importancia para los mexicanos que radican en Estados Unidos.

La historia de Guillermo Ochoa está marcada por la constancia y perseverancia. El mexicano luchó por un lugar en la selección y continúa luchando que respeten sus decisiones, algo que sin duda, se ha ganado desde hace mucho, y que quizás, no queremos reconocer.

Por: José Macuil García

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