Gus Vega tiene tatuado en el corazón al Cruz Azul, sin embargo, nos contó que, a lo largo de su vida, ese sentimiento incondicional ha sido difícil de llevar. Cualquier persona que lo conoce, así de primer contacto, le hace bullying respecto a su afición por la Máquina Celeste, ya sea un suegro, un taxista o cualquier nuevo amigo.
Gus Vega creció cerca del estadio Azul, en la colonia Nochebuena, en la Ciudad de México, y recuerda las miles de veces que asistió al mítico recinto, hoy abandonado. ¿Cómo vivió aquella final entre Cruz Azul y América en el estadio Azteca el 26 de mayo de 2013?
Para Gustavo, el Cruz Azul significa un vínculo auténtico con su papá, y miles de recuerdos que los unen gracias al futbol. Gus tiene una misión de vida: transmitirle a sus hijos su pasión por el club.
El amor por un equipo, ¿se hereda o se forja? ¿Hasta qué punto es sano y común querer ciertos colores y defender una playera? ¿Cuántas veces ha reafirmado Gus Vega su fe por La Máquina Celeste? En este capítulo desciframos la pasión por un club que no se caracteriza por obtener victorias o darle constantes alegrías a sus seguidores.
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