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Esta historia comienza en 1916 en un partido en Argentina. La primera edición de la Copa América tuvo como campeón a Uruguay de la mano de Isabelino Gradín. Sin embargo, el relato que quiero destacar nos remonta al 10 de julio y a José Manuel Laguna.

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En el estadio de Gimnasia y Esgrima se disputaba el partido entre Argentina y Brasil. Antes de comenzar el cotejo, la albiceleste ya enfrentaba un problema. Alberto Ohaco, delantero de Racing, no se presentó al partido pues tuvo problemas laborales -recordemos que los futbolistas en aquellos años no vivían del futbol-.

La solución propuesta por los jugadores fue voltear a la grada. En ella se encontraba el futbolista y presidente de Huracán, José Manuel Laguna, apodado el negro, quien había asistido al estadio únicamente para ver el partido. Laguna no lo dudo, colgó el traje en los vestidores, se enfundó el uniforme de Argentina y saltó como titular al campo. Por si fuera poco, a los 10 minutos marcó un gol. El partido terminó 1-1.

José Manuel Laguna, calidad en los pies, astucia y desfachatez

¿Quién es José Manuel Laguna? Para sorpresa de propios y extraños, Laguna era una verdadera figura dentro y fuera del terreno de juego. Nació en 1885 en una región al norte de Argentina llamada Salta. Su incursión al balompié fue distinta a la de muchos, pues se trasladó a Buenas Aires y se unió a la iniciativa de los integrantes del Colegio Luppi quienes habían fundado el Club Atlético Huracán.

A esa institución le entregó todo. Se cuenta que Laguna fue el encargado de convencer a uno de los personajes ilustres de Argentina, Jorge Newbery (aviador, deportista, científico y político), para que apoyara económicamente al Club Atlético Huracán. La inversión de Newbery hizo que el club se pudiera afianzar y con ello desarrollarse. De hecho, Newbery se convirtió en socio honorario, todo gracias a José Laguna.

El Negro jugó toda su carrera con el globito. Se desempeñó como delantero y en 137 partidos y marcó 71 goles (1.9 goles por encuentro). De acuerdo con algunas anécdotas, José Manuel Laguna era un delantero habilidoso, canchero (entiéndase marrullero o pícaro) y con olfato de gol.

Tras retirarse, se enroló como técnico de futbol. Obviamente dirigió a Huracán (1928-1951), aunque también estuvo en el banquillo de Nacional de Asunción (1920-1945), A.A. Bahía (1923), Olimpia (1926-1927), Liga de San Juan (1928), Gimnasia LP (1943). Sin embargo, fue en Paraguay donde dejó huella.

Jugó el primer partido oficial de la selección paraguaya de futbol, aunque claramente lo hizo representando a Argentina. El partido se llevó a cabo en 1919 y el marcador fue de 5-1. Por otro lado, José Manuel Laguna se convirtió en 1921 en el primer técnico extranjero de la selección paraguaya. Su primera victoria como estratega fue precisamente ante Argentina en 1921.

Lo apodaron negro, sin embargo, yo lo llamaría José Manuel Laguna el conquistador, no solo por su astucia para conseguir los fondos necesarios para Huracán, sino por la habilidad en el campo, por su capacidad para afrontar el reto de una selección, pero sobre todo, por aquella ocasión que se quitó el traje y saltó al pasto para defender a su selección.

Por: José Macuil García

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