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En el mundo del fútbol, la mayor parte de la gente está encantada con las narrativas sobre el “milagro”, “el underdog” y las historias “imposibles” por el factor de la identificación y de ver cómo los “poderosos” caen derrotados ante los más “débiles.” Así ocurrió hace 7 años en la ciudad capital del condado de Leicestershire, en la región de Midlands del Este, Inglaterra. Una población aproximada de 355,165 habitantes vivió lo que todo condado inglés sueña con lograr, ser campeón de la máxima categoría del fútbol local después de haber logrado un subcampeonato 87 años después. El equipo de Leicester City ha sido un equipo que ha viajado por muchos momentos, desde buenos como malos.

Antes de mencionar lo que fue la cereza del pastel de una lucha bastante larga, tenemos que viajar en el tiempo hasta 1884 para contar un poco acerca de la historia de uno de los clubes con más historia en el fútbol inglés, pero con poco reconocimiento. Todo comenzó con un grupo de estudiantes de Wyggeston School, cuyo primer objetivo era tener ocupadas las tardes y que en primeras se llamó Leicester Fosse en honor a la ciudad donde se encontraba el hogar de uno de los fundadores.

El término “foxes” o “zorro” viene aunado al club desde 1948, ya que la ciudad de Leicestershire es caracterizada por la caza de zorro. Incluso, actualmente el estadio emite el sonido de un zorro cuando el equipo entra al campo. En cuanto a su himno, han adoptado la canción de “When You Are Smiling”, canción interpretada por Jersey Budd, mientras que su lema va acompañado con la frase “Foxes Never Quit” (los zorros nunca abandonan).

En 1891, el club por fin conseguiría ascender a la 2da división de la Football League, predecesora de la actual Premier League. 17 años después, lograrían el tan ansiado ascenso a la primera división inglesa, gusto que duraría solamente un año, ya que posteriormente volverían a la división de plata. Tras la primera guerra mundial, el club vivió problemas económicos y esto ocasionaría un momento de inactividad para luego volver, pero con un nombre nuevo, el “Leicester City Football Club.” Este tomaría la identidad y se encargaría de llevar el nombre del equipo. 

En la década de 1920, el club vivió un éxito un tanto efímero de la mano de 2 entrenadores, Peter Hodge y Willie Or. En la campaña de 1928-1929, conseguirían un subcampeonato, solo un punto detrás del Sheffield Wednesday, quien ahora milita en la 3era división inglesa. Para la época de 1930, el club volvería a las andadas del descenso. 

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Tuvieron que pasar algunos años para que el club viviera un momento de ilusión. Esto ocurrió en la campaña de 1949, año en donde llegarían a una final de FA Cup ante el Wolverhampton Wanderers, pero caerían derrotados. Aunque el club vivía un constante sube y baja en cuanto a calidad, uno de los encargados de mantener al club a tope fue el histórico Arthur Rowley, quien, a pesar de recibir críticas en su llegada por parte de la afición, se terminó convirtiendo en el 2do máximo goleador de la historia del club, con 265 goles. Rowley es poco recordado, pero desde que llegó al club en 1950, mantuvo al equipo peleando puestos de media tabla para arriba, salvo en un par de temporadas. El papel del nacido en Wolverhampton fue tanto, que rompió el récord de Arthur Chandler (máximo anotador en la historia del club) en 3 ocasiones y hoy se mantiene vigente el récord de Rowley de 44 goles en una sola temporada.

Como todo en la historia del Leicester fue una auténtica inconstancia, entre 1957 y 1969, lograron un periodo de mantenerse en la máxima división del fútbol inglés e incluso llegaron a nombrarlos “The King of Ice” gracias a su buena actuación en la 1era parte de la temporada y a una enorme campaña en donde terminarían en el 4to puesto general y obteniendo el título de copa frente al Stoke City. Un partido digno de una final que se definió gracias a un gol de Howard Riley al minuto ’83 que sentenciaría un título que se había disputado en llave de ida y vuelta. 

A muchos se les olvida la historia, pero el Leicester llegó a ser protagonista dentro de la competencia de la “FA Cup” e incluso en la “Recopa de Europa”, aunque no con mucha suerte. Pese a que el club solo pudo traerse 1 de los 3 trofeos que disputaron con este cuerpo técnico, la labor del entrenador Matt Gillies y su asistente Bert Johnson está marcada en la historia del club.

Entre 1970 y 1995, el Leicester regresó a las temporadas con mucha inconsistencia. No fue hasta la llegada del entrenador Martin O’Neill, cuando tras un gol agónico ante el Crystal Palace en los playoffs de la 2da división, volverían a la Premier League y también fue el encargado de liderar la plantilla y de romper la racha del club de 33 años sin ganar un título en 1997, cuando lograron conquistar la que hoy se conoce como la Carabao Cup y que repitieron en el 2000, incluso obteniendo el subcampeonato un año antes. El entrenador nacido en Irlanda del Norte también es uno de los pilares en la historia más reciente del club.

Comenzando los años 2000, los “foxes” volvieron a su gris normalidad y vivirían años con muchos cambios de técnico e incluso en la temporada 2002-2003 tuvieron que mudarse de estadio tras 111 años en Filber Street a causa de deudas de millones de libras. Hoy este segundo estadio es bastante reconocido y lleva como nombre el “King Power Stadium.”

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En 2007, el club cambió de dueño y el serbio Milan Mandaric tomó las riendas de la institución, aunque años después, tras los malos momentos, optó por vender el club al grupo empresario liderado por la Asian Football Investments (AFI). En aquellos años, el Leicester sufriría por primera y única vez en su historia el descenso a la 3era división inglesa, aunque no tardaron mucho en volver, al menos, a la Championship. 

Entre el año 2008 y hasta el 2013, el club atravesó momentos complicados, desde partidos perdidos en los últimos minutos, en tanda de penales, o bien, quedándose cortos en el regreso a la máxima división inglesa. No fue hasta el 2014, cuando tras un par de combinaciones en otros partidos, aseguraran su regreso a la Premier League tras de 10 años de ausencia.

El milagro de la salvación

Mucha gente recuerda lo que fue la gloria del equipo en el 2015, pero pocos tienen presente aquel momento en donde el equipo se salvó del descenso de forma milagrosa. Entre buenas y malas rachas, aquella temporada el Leicester se encontraba casi descendido, sólo un milagro podía salvarlos y sucedió…de los últimos 7 juegos que disputaron, ganaron 6 y así lograron permanecer en la 1era división inglesa. En dicha temporada terminaron descendiendo el Hull City, el Queens Park Rangers y el Burnley. La hazaña terminó siendo reconocida como “The Great Escape.”

El año de la hazaña

Después del enorme suspiro que vivió la afición, el club y quizás algunos otros fans del fútbol inglés, llegaría la temporada 15-16 a cambiar el rumbo del club.

Aquella temporada inició con un despido drástico y bastante sorpresivo del entrenador Nigeal Pearson. Tras el cese, llegó Claudio Ranieri, entrenador experimentado con una trayectoria de 29 años, en ese momento. A esta contratación se le sumaron las contrataciones de Christian Fuchs, Shinji Okasaki, N’Golo Kanté, Yohan Benalouane, Gökhan İnler y Nathan Dyer. El inicio del club fue tan prometedor gracias a las buenas actuaciones de toda la plantilla, pero en especial de Jamie Vardy, quien rompió el récord de Ruud Van Nistelrooy, tras marcar en 11 ocasiones consecutivas. Después de 17 jornadas, el liderato era azul y blanco por completo. Pese a pasar por un momento magnífico, mucha gente estaba confiada en que el Leicester se desinflaría, pero ocurrió todo lo contrario.

Aquel plantel de los “foxes” se hizo de un nombre y con actuaciones de toda la plantilla, el equipo se mantuvo a flote. Vardy, Kanté, Mahrez, Fuchs, Ulloa, Morgan, entre otros, se encargaron de responder si alguno no salía en su día, un absoluto equipo. Después de que transcurriera la mayor parte de la temporada, el lunes 2 de mayo se consagrarían campeones del máximo circuito inglés a causa de un empate entre el Chelsea y el Tottenham, partido donde los Spurs lo empezarían ganando 2 por 0, pero un cabezazo de Cahill y un gol mágico de Eden Hazard terminarían empatando el partido para así llevar el título a las vitrinas del equipo auriazul. 

El impacto fue tanto que, no solo tuvo repercusión en Inglaterra, también alrededor de todo el mundo. La atmósfera futbolística siempre quiso ver campeón al Leicester y así ocurrió. 

El final

Como todo en la vida y al ser un club con menos presupuesto, el equipo optó por vender a sus mejores jugadores. Mahrez, Kanté y Drinkwater fueron algunos de esos futbolistas que buscaron nuevos rumbos.

Actualmente el Leicester ya se ha consolidado como un equipo dentro del top 10, sacándole un susto a los de arriba, pero sin preocuparse por la zona del descenso. Pasarán los años y los libros de la historia del fútbol jamás olvidarán aquella temporada donde el equipo salió campeón, y esperemos tampoco olviden el origen de uno de los clubes con más historia, pero con menos reconocimiento alrededor del mundo.

Twitter: @gabo9702.

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