La violencia y los abusos en el futbol mexicano parecen ser una constante que vulnera el desarrollo. En vez de que el deporte consolide espacios que fomenten valores y derechos humanos en sectores socialmente vulnerables, el balompié en México muestra los turbios manejos que existen en los procesos de formación “profesional” en nuestro país.
Veracruz: el calvario del profesionalismo
Uno de los casos más recientes y extensos en cuanto a abuso es el de Veracruz. El 15 de noviembre de 2018, Ignacio Suárez, columnista del medio Récord, publicó una nota bajo el título: Abuso sexual, el precio del sueño. En ella se refiere al caso de Bernardo “N” –al igual que el periodista, consideramos que la identidad y detalles del caso son pertinentes a la autoridades— joven que fue embaucado por Ángel Fuentes, representante allegado a Veracruz. Éste se encargaba de la visoria de jóvenes promesas en el país, mismas que recalaban generalmente en equipo Sub 20 de los escualos.
Suarez ahonda en las condiciones bajo las cuales el menor llegó al puerto, mismas que desgraciadamente no nos sorprenden. Sueldos inexistentes, costos de formación que resultan impagables para un menor, trámites exprés, y un sin fin de anormalidades que la Federación y la Liga MX permiten. Así la triste realidad de nuestro futbol.
Aprovechando todos estos “gastos de formación”, Ángel Fuentes abusó del menor. Así lo afirma la investigación que se abrió referente al caso, misma que debe resolverse en el transcurso de los siguientes meses. Claro, si es que todo se el proceso se lleva conforme a la ley.
Fidel Kuri y el club Veracruz ya manifestaron su postura. En primer lugar separaron a René Isidoro García y Carlos Cazarín, director y asistente de la filial Sub 20 de Veracruz. El comunicado aclaraba que esto era de manera indefinida, es decir, hasta que se aclarará la acusación.
Cabe resaltar que en 2019, tanto Isidoro como su asistente volvieron a sus cargos, con lo que Veracruz le dio carpetazo al tema de los abusos sexuales en el equipo. Aunque no hay indicios de que la autoridades hayan cerrado el caso, y mucho menos se juzgó a los estrategas. Por otra parte, Bernado «N» pide que el caso no se olvide, pues no solo le marcaron psicológicamente al sufrir abuso sexual, también le mataron el sueño de ser futbolista, señala periódico Reforma.
Al hablar de abuso sexual, el error está en afirmar que son casos aislados y se toma el tema a la ligera. De hecho, en julio de 2018, otro periodista deportivo señaló la recurrencia en estos delitos. David Faitelson señaló vía Twitter las anormalidades en el camino al profesionalismo, mismo que está plagado de sobornos y favores sexuales.
Lo ridículo del caso fue la respuesta de los “profesionales” del deporte, quienes demostraron una vez más que estos casos simplemente no se quieren ver. Recordemos que anteriormente en Argentina se suscitó algo similar.
Por ejemplo, Oribe Peralta se limitó a mofarse al responder Impresionati, mientras que Ricardo Peláez prefirió mirar a otro lado, ya que el directivo del Cruz Azul invitó al periodista a hablar de las cosas buenas, y no centrarse en notas como esa. En pocas palabras, la palabra profesional les ha quedado grande. El poco o nulo compromiso con los problemas trascendentales es una realidad en nuestra sociedad.
Por fortuna, en aquella ocasión, el futbolista Hérculez Gómez, dejó en claro que esto sobrepasa a la cancha pero que debe ser denunciado. Justo este es el punto, sin importar el club o la categoría, los abusos sexuales deben ser investigados.
Tan solo hay que voltear a ver algunas cifras que arrojan la autoridades. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) apunta que México es el primer lugar en abuso sexual infantil. La PGR contabiliza 243 denuncias en los últimos seis años al respecto. A esto podemos sumar los casos donde no existe alguna denuncia y que difícilmente podemos contabilizar.
«Cubo» Torres y la acusación de violación
En mayo de 2015, Proceso hizo pública la acusación de violación sobre Érick el Cubo Torres. El futbolista mexicano fue señalado por la joven Itzel de 19 años (en aquel 2015) como su perpetrador. En su declaración, Itzel señaló lo siguiente:
“Antes de darme la bebida el sujeto que las preparaba, le preguntaban al Cubo que si la quería con demonio o sin demonio y él decía que sí, que con demonio, y fue entonces que de esas bebidas me tomé aproximadamente 5 y fue que me comencé a sentir mal ya que comencé a marear, me sentía rara”.
De acuerdo con Itzel, estas bebidas fueron lo que posibilitó que el Cubo se aprovechará de ella. La víctima recuerda que después de que el futbolista abusará de ella, la llevo a su casa, presuntamente aún bajo los efectos de las bebidas que le dieron.
La familia de Itzel se percató del estado y fue su madre la que decidió llevarla a la Cruz Verde. Estando ahí, se realizaron los exámenes médicos pertinentes que arrojaron como resultado lesiones subcutáneas. Al día siguiente, la ropa que llevaba fue presentada a las autoridades, donde Itzel realizó pruebas psicológicas, ginecológicas y toxicológicas.
Por su parte, Érick el Cubo Torres negó categóricamente el suceso: «Yo jamás haría algo que no fuera con mutuo consentimiento de otra persona», señaló en conferencia de prensa donde Néstor de la Torre, entonces directivo del club, añadió que el jugador tenía todo el apoyo de la institución. El caso se diluyó pues los fiscales argumentaron irregularidades en el proceso.
Caso Cabrito Arellano
Considerado uno de los mejores jugadores de su generación. Jesús El Cabrito Arellano ex mundialista e ídolo en Monterrey, fue acusado formalmente por abuso sexual en contra de su sobrina (menor de edad). La denuncia se hizo en enero de 2017 ante La Procuraduría General de Justicia de Nuevo León. La acusación fue realizada por el padre de la menor y el proceso en contra de Arellano inició.
A partir de ese momento, el futbolista desapareció (literalmente) de la vida pública. En primer lugar, Arellano no se presentó a la comparecencia, por lo que la Procuraduría emitió una orden de aprehensión en su contra. Lamentablemente, las autoridades aún no dan con su paradero.
Las autoridades señalan que el domicilio de Arellano ubicado en Cumbres Monterrey, se encuentra abandonado. Días antes de que la Procuraduría se trasladara para presentarlo a declarar, se registró movimiento en la vivienda y presuntamente Arellano se desprendió de sus bienes.
De acuerdo con Reporte Índigo. En cuanto al proceso legal, el mismo portal señala que la Procuraduría ya no tiene ningún registro del caso, mucho menos un avance sobre la investigación. En palabras de Reporte Indigo, es un caso fantasma. Que cobro fuerza el 4 de mayo de 2019, cuando las autoridades dieron a conocer que el Cabrito Arellano fue detenido y procesado por el delito de violación. Tras estar 5 días en el penal de Topo Chico el juez determino que las pruebas presentadas no eran suficientes, por lo tanto Arellano quedó en libertad.
El hecho es que vivimos rodeados de violencia, y el futbol ya dio muestras suficientes. La nueva cloaca son los casos de abuso infantil, hecho que condenamos rotundamente. El origen de la violencia hacia los menores surge de la indiferencia hacia quienes no tienen voz. La opinión de un menor toma relevancia hasta que es escuchado y reconocido. Tal vez el deporte mismo no sea el punto de origen de la violencia sexual, sin embargo, hoy es uno de sus vehículos.
Por: José Macuil García