La década presente es sin duda la más terrorífica que ha vivido el AC Milan, entre una historia abarrotada de títulos, grandes alcances deportivos y económicos, además de un dominio que se trasladó desde Italia hacia todo el futbol europeo. El que fuera su inversor más exitoso y ganador, Silvio Berlusconi, fue también el mismo personaje que dejó caer un barco entre las aguas más turbias, destruyéndose casi por completo en el océano pacífico y el rifirrafe chino y estadounidense que hoy sigue dejando secuelas en el tercer equipo que más títulos ostenta de la Serie A.
El último título liguero de los rossoneri fue en la temporada 2010-2011, exactamente hace una década. En esa ocasión, los dirigidos por Massimiliano Allegri sacaron una ventaja de seis puntos frente a su rival más acérrimo, el Inter de Milán. Una nómina veterana y ya desgastada dio el último baile antes de alejarse del escenario, con 15 jugadores que superaban los 30 años. Entre esos, Andrea Pirlo, Gennaro Gattuso, Alessandro Nesta y Clarence Seedorf. El principal error fue ese; intentar hacer un cambio generacional en tan poco tiempo y sin reemplazantes de la talla milanesa.
Frente a esa depuración, el nuevo Milán no pudo evitar perder el trono frente a la Juventus, el equipo que ha ganado las últimas nueve ligas locales. Jugadores como Zlatan Ibrahimović, Kevin-Prince Boateng y Alexandre Pato fallaron en esa renovada escuadra que, incluso hoy, no ha podido asentarse de manera exitosa. La caída de las finanzas también apareció en escena, con un balance negativo de 34 MDE en esa campaña 2011-2012.
Los números subieron un poco. Para la campaña 2012-13, las directivas del AC Milan recuperaron terreno y se fueron con un balance positivo de 39 MDE, gracias a las ventas de Thiago Silva (42MDE) y Zlatan (21MDE) al PSG. No obstante, como ya es costumbre, las incorporaciones fueron proporcionales a un Silvio Berlusconi abstraído por sus problemas con la ley italiana y mundo político. Los reemplazantes fueron Mario Balotelli y Giampaolo Pazzini en orden de valores. Fueron terceros de la Serie A, pero la caída libre fue en la 2013-14 con un atípico puesto ocho, teniendo incluso la segunda nómina más cara de Italia.
Los años terribles
Aún con Berlusconi, el AC Milan perdió su esencia. No solo decayó en el rentado local, saliendo de los primeros seis puestos en tres temporadas seguidas, sino también el fracaso continuo a nivel internacional. La Champions League de 2013-14 fue la última para los de San Siro, quedándose en octavos de final ante Atlético de Madrid. Difícil hablar también de la temporada 2014-15, cuando en la Serie A, Milán fue décimo y ni siquiera participó en Europa League. A eso se le suma, de nuevo, el balance negativo de 17 MDE que acarreaba del último mercado de fichajes. Un daño desde la dirigencia desinteresada.
Silvio Berlusconi ganó 29 títulos en un lapso de 29 años. Ocho ligas locales y cinco Champions League desde 1986. Así, la caída de su popularidad y sus investigaciones por prostitución de menores y corrupción, entre otros temas delicados, siendo condenado incluso, rompieron los cimientos de un AC Milan desamparado. “Cuando construyes Pompeya y un volcán la destruye, queda solo el recuerdo de una ciudad extraordinaria. Ese volcán fue Berlusconi”, afirmó Luca Serafini, periodista italiano, para el diario AS.
La única solución fue vender el club. Para 2017, luego de ganar la Supercopa italiana, el grupo inversionista chino Li Yonghong lo adquirió por cerca de 470 MDE, invirtiendo en el mercado europeo casi 200 millones y haciéndose con los servicios de figuras como Leonardo Bonucci, Hakan Calhanoglu, Mateo Musacchio y Ricardo Rodríguez, principalmente. Se pensaba que iba a ser el final de una sequía amarga. Pero no. Milán fue sexto en liga, subcampeón en copa y salió en octavos de final en la Europa League. El balance fue negativo por casi 20 millones.
La aventura china duró un año. Con un déficit financiero que superó los 145MDE, el equipo italiano quedó en manos de otro desconocido propietario. Aunque sin muchas credenciales, llegó como un salvavidas para los náufragos de aquel barco; en 2018, el grupo inversionista norteamericano Elliott tomó el mandato, pero tampoco, hasta la fecha, han podido subir del quinto escalón en la Serie A, sumándole un balance negativo de 44MDE en la temporada 2019-20 en tema de fichajes.
Tomarse confianza y avanzar
Los números no han dejado de caer. Incluso, por lo ocurrido con la pandemia, el club informó hace unos meses que hubo una pérdida neta de 195 MDE. Sin embargo, al parecer esa crisis financiera le ha dado alas a un equipo renovado, lleno de confianza y con algunos jóvenes que pueden llegar a ser el futuro cercano del AC Milan en los dos ámbitos trascendentales, el tema deportivo y económico. También, comandados por dos veteranos, uno en el banquillo y otro desde el césped; Stefano Pioli y Zlatan Ibrahimović.
Pioli llegó a finales de 2019, tras la salida del poco rendidor Marco Giampaolo, quien tuvo el peor arranque de temporada en 22 años. Por su parte, este nuevo entrenador venía sin mucho rédito, con un tercer puesto en la Serie A como mejor antecedente. Sin embargo, desde su designación, Milán ha disputado 48 partidos, ganando 28 y cayendo en apenas siete, número positivo teniendo en cuenta el pasado reciente de la escuadra milanesa. Incluso, previo a su derrota ante Lille por Europa League, el equipo había ajustado 28 partidos sin caer.
El club en cuestión ha tenido 10 directores técnicos desde que su gloria cesó. Además, la fuga de jugadores ha sido insostenible cada temporada. Tal como lo manifestó Serafini, “Comenzaron a fichar jugadores de equipos inferiores. Hicieron un auténtico desastre”. Y es que como lo reveló AS, 33 jugadores del Génova pasaron a vestir la camiseta del AC Milan, gracias a la amistad entre el presidente del club genovés, Enrico Preziosi, y el histórico director deportivo milanés, Adriano Galliani.
Los últimos en llegar de aquel club fueron Krzysztof Piatek y Diego Laxalt, en la temporada 2018-19. Casualmente, hoy ninguno de los dos viste los colores rossoneri. El delantero polaco se encuentra en Hertha de Berlín, mientras que el volante uruguayo milita para el Celtic de Escocia.
Para esta campaña, AC Milan incorporó nuevos surgimientos, tales como Sandro Tonali, Brahim Díaz y el mismo Diogo Dalot. Si se suman los que llegaron en la temporada pasada, como Rafael Leão, Alexis Saelemaekers, Ismaël Bennacer y el mismo Theo Hernández, AC Milan cuenta con una plantilla de 24 años en promedio, además de tener entre brazos una generación que podría devolverle el protagonismo al club, como también un un respiro económico, gracias a eventuales ventas en Europa.
El dios sueco, Zlatan Ibrahimović, ha sido ese poste guía, sin olvidar que ya está cerca de su retiro, rindiendo a un gran nivel. Esta temporada, Ibra ha marcado ocho goles en siete fechas de la Serie A. Igualmente, desde su inesperado regreso al elenco italiano, su estadística ha sido de 18 goles en 23 partidos de la liga local. Hoy, sus anotaciones han servido para meterse en Europa League y ser los líderes parciales del campeonato italiano con 17 puntos de 21 posibles, sacándole dos unidades a Sassuolo, segundo en la tabla. Al parecer las tribunas vacías están del lado milanés.
Por: Samuel Vásquez Rivas / @svasquezrivas95