
Si una palabra caracteriza a Carlo Ancelotti es “ganador”.
Las formas que han sido criticadas – de manera exagerada en muchas ocasiones – pasan a segundo plano, porque el gen vencedor del técnico italiano se alinea con las aspiraciones principales del Real Madrid.
Es por eso que Ancelotti formó un vínculo especial con los Merengues y su legado en la institución será recordado por toda la historia.
La primera etapa de Carletto al frente del equipo Blanco comenzó en verano de 2013. Después de una época Mourinho cargada de drama e intensidad, tal vez a Florentino Pérez le sedujo la idea de tener un perfil más sobrio como el del italiano.
Esa misma temporada llegó la ansiada décima. El máximo ganador de la Champions League cortó una sequía de 12 años sin levantar la orejona y así comenzó a formarse una historia de amor.
Como en cualquier romance, existieron baches. La paciencia merengue no es demasiada y la siguiente campaña, tras no tocar metal, culminó con el primer rompimiento.
Las segundas partes suelen ser más duraderas. Ese fue el caso cuando Ancelotti volvió a la capital española en verano de 2021, ésta vez para hacer funcionar la relación con mayor madurez.
Pronto llegaron dos Champions más, dos ligas, una Copa del Rey y dos Mundiales de Clubes. Con trofeos de por medio, el amor floreció. Porque, insisto, al Real Madrid le interesa más el fin que el medio, y Carletto dio resultados.

A veces le han faltado soluciones tácticas en contextos adversos, en otras ocasiones sus cambios han sido equivocados y, en su mayoría, no muestra un estilo de juego específico que defienda a muerte. Esto ha atraído diferentes críticas.
Lo que también es verdad es que el italiano prioriza el encontrar contextos ideales para sus individualidades más virtuosas, y lo ha conseguido con éxito. Cuando Luka Modric tenía que convertirse en la estrella, Carletto le daba libertad. Cuando Toni Kroos necesitaba ser el referente en contextos con menos espacios, Carletto le daba el balón. Cuando Vinicius buscaba la confianza para ser la estrella, Carletto lo entendía a la perfección.
Hay muchas virtudes del italiano, no solo como gestionador de plantilla, sino como facilitador táctico para que los futbolistas brillen. De ahí se puede entender el éxito de su paso por Madrid.
Puede que esta historia de amor esté llegando a su final. Todo tiene un final. Sin embargo, la relación entre Carlo Ancelotti y el Real Madrid dejará su huella como una caracterizada por el triunfo.