_{Por Eugenio Tamés}

Dejando a un lado las formas, la salida de Martín Anselmi se entendía a partir de la oportunidad importante que significaba dirigir a un equipo de renombre y con trascendencia continental. Sin embargo, este jueves se ha quedado sin la oportunidad de destacar este año en el viejo continente.

En el compromiso de vuelta del playoff en la Europa League, el Porto cayó ante la Roma por un marcador de 3-2 (global en contra de 4-3).

En la capital de Italia, el equipo portugués encontró el optimismo temprano en el encuentro. El 9 español, Samu Aghehowa abrió el marcador con una definición acrobática espectacular al minuto 27.

Pero el gusto le duró poco a los Dragones, quienes se fueron en desventaja al medio tiempo después de un doblete de Paulo Dybala, figura del encuentro. Ambos tantos de la Joya, por cierto, fueron golazos.

Ya en la segunda parte, Stephen Eustaquio le restó cualquier posibilidad de una remontada a los portugueses, ya que agredió a un rival y se fue expulsado. Niccolo Pisilli, finalmente, sentenció el encuentro con otro gol para la Loba y un último tanto del Porto ya no tuvo consecuencias.

Hay que decirlo, el contexto al que llegó Anselmi no es el ideal, con un Porto a la baja y un plantel que no está adaptado a su estilo de juego.

Ante la ausencia de sus perfiles ideales, es común ver a un equipo que depende en demasía del juego directo hacia su centrodelantero Samu, quien acaba muy lejos de sus compañeros.

Esta falta de sinergias se ha hecho evidente en un equipo poco productivo en ofensiva, por lo que Martín Anselmi tiene mucho trabajo por delante y podrá apostar por alcanzar su mejor versión a partir de la próxima temporada.