La primera mitad del siglo XX se encuentra marcada por los atroces hechos que acometieron los regímenes totalitarios en Europa. Olas de persecución y asesinatos que tuvieron por objetivo población inocente e individuos que se oponían a dichos gobiernos. Alemania con el Nacionalsocialismo, España con el régimen franquista e Italia con el Partido Fascista, fueron los lugares donde la represión se llevó al límite.
Los gobiernos totalitarios implementaban una inyección de miedo a sus opositores, sin embargo, dichos regímenes también usaban el populismo para ganarse a la población; promesas de empleo, comida, trabajo o salud, eran los estandartes que encabezaban sus campañas para tener gente a su favor. Pero entre todas estas estrategias, hubo una que destacó particularmente debido a que era un evento donde las masas poblacionales se sentían atraídas y prácticamente se encontraba al alcance de todos: el futbol.
No es ningún secreto que estos gobiernos de ultraderecha vieron en el futbol una herramienta de cohesión para la proyectar sus ideales y a su vez, generar discursos para legitimar sus regímenes. Francisco Franco lo hizo con el Real Madrid, Adolf Hitler impulsó a la Selección teutona a ser partícipe de su propaganda pro-nazi junto con el Schalke 04 y Benito Mussolini organizó la Copa Mundial de 1934, donde el conjunto italiano salió campeón.
No obstante, la relación de Mussolini con el futbol no quedó solo en ello. Il Duce, junto al Partido Fascista Italiano, fue responsable de la creación de uno de los equipos más reconocidos del calcio italiano y que además es ícono de la ciudad de Roma: la Associazione Sportiva Roma. ¿Parece increíble, no? Considerando además que Mussolini era aficionado de la Lazio, equipo que en el futuro generaría gran rivalidad con La Loba en el Derby della Capitale, aunque otras fuentes señalan que Il Duce era más apegado al Bologna FC.
Sea cual fuese la versión, Mussolini tuvo en mente fundar un equipo en la capital italiana -y no es que no existieran equipos en la urbe-, pues el objetivo primordial del líder del Partido Fascista era crear una asociación deportiva lo bastante fuerte como para contrarrestar los éxitos de los clubes del norte del país como la AC Milan, la Juventus y el Internazionale di Milano. Y es que Il Duce no solo buscó dar un equilibrio dentro del medio deportivo, también tener una Italia fuerte y unida bajo los ideales del fascismo, con lo que el futbol, un deporte de masas, le dio un instrumento para lograr sus objetivos.
La institución del nuevo equipo que representaría a la urbe italiana comenzó su gesta de la mano del político Italo Foschi que, apoyado directamente por el líder del Partido Fascista, inició los preparativos para que la ciudad tuviera un club digno de su historia. Fue así que el 22 de Agosto de 1927 la capital italiana vio nacer de la mano del dictador a la AS Roma, gracias a la unión de tres equipos ya existentes en la ciudad: el Foot Ball Club di Roma, el Alba Audace y el la Società di Ginnastica e Scherma Fortitudo.
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Fueron estos tres clubes los que le dieron vida a La Loba, aunque hubo un cuarto equipo que rechazó la propuesta de unirse a este proyecto debido a que el entonces dueño del equipo, el General Giorgio Vaccaro, miembro del Partido Fascista, consideraba que el club de la águilas tenía una esencia diferente a lo que buscaba el dictador. Según otras fuentes, el general rechazó la oferta monetaria que le ofrecieron ya que le pareció insuficiente.
La AS Roma dirigida por Italo Foschi buscó en el pasado del histórico Imperio Romano un sentido de pertenencia que representara al equipo y a sus nuevos aficionados, pues el proyecto fascista requería tener un equipo con el cual la gente se sintiera identificada. Es así que nace el escudo de la Roma, una loba que amamanta a los hermanos Rómulo y a Remo que, según la leyenda, fueron los fundadores de la ciudad. Por lo tanto, el escudo del club involucraría también a la población de la capital romana, en especial los habitantes de la Lacio y la zona meridional de Italia, ya que el símbolo de la AS Roma era el símbolo de la ciudad.
El Partido Fascista creó al club, el club es para el pueblo, el pueblo es para el régimen, así lo quería dejar claro el dictador italiano, ya que la AS Roma englobaría los valores del pasado para que se expresaran en su presente, valores de grandeza y respeto para Il Duce y también para el Partido.
No es ningún secreto que estos gobiernos de ultraderecha vieron en el futbol una herramienta de cohesión para la proyectar sus ideales.
Hecha ya la esencia de La Loba, Mussolini le dio colores a su nuevo club, y los vistió con los colores propios de la legión romana, ya que ahora sus jugadores serían los soldados dentro de la cancha, el ejército que le daría glorias y victorias, y si no lograban conseguirlo pues Il Duce estaba dispuesto a regalarles un triunfo. Tal es así que el primer scudetto de la loba en la temporada 41-42 ha sido puesto en duda, ya que se cree que Mussolini literalmente regaló al club romano dicho campeonato, ya que, concordando con el periodista Ismael Monzón, la gloria romana está más forjada en el mito que en la realidad, es decir el club no cubrió las expectativas del dictador.
Verdad o no, la AS Roma logró ser tomada en cuenta por los habitantes de la Italia meridional como modo representativo de la región a través del calcio, sin embargo, otros equipos de la zona como la Lazio, el Nápoli o el Pescara, continuaban siendo representantes de los territorios en las comarcas medias de la península. Así que uno de los objetivos del Duce al crear a la Roma tuvo efecto: el de poder generar un sentido de pertenencia para los romanos dentro del futbol, pero la meta de crear un equipo competitivo contra los equipos del norte no llegó a realizarse de forma factible, debido a que los clubes lombardos continuaron dominando el calcio italiano.
Epílogo
Si bien ahora la AS Roma es un equipo ícono de la capital italiana, con tres scudettos, nueves Copas de Italia y dos Supercopas, además de que ha formado a una de las leyendas más grandes del calcio italiano como Francesco Totti, el club no gusta de recordar su pasado con el Partido Fascista. Sin embargo, los aficionados más radicales de La Loba, pertenecientes a los grupos ultras de la Curva Sud, The Boys, se sienten orgullosos de su pasado con Il Duce debido a su simpatía con la extrema derecha, y esto lo expresan con cánticos y señas fascistas.
La herencia de Mussolini dentro del calcio quedó impregnada para siempre dentro de la AS Roma y de paso manchó a otros aficionados de clubes rivales con sus ideales fascistas, por ejemplo a los ultras de la Lazio conocidos como los Irriducibili. Ambas escuadras romanas desempeñan en la actualidad uno de los derbis más explosivos del mundo, y no sólo por el juego que generan, sino también por la cantidad de pasión y violencia llevada al extremo de parte de sus aficionados más radicales.
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Es imposible negar el pasado, no obstante, es tarea de la gente hoy día no permitir que estos ideales de odio, racismo y fascismo dentro de las canchas italianas se multipliquen, al contrario, que esta fiesta llamada futbol no quede marcada por el pasado, sino por las acciones que generemos en el presente, acciones de hermandad, unión y amor.
Por Manuel Vázquez Laguna