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Carlos_Garcés_López

Fundador apasionado


Es momento de redescubrir la historia de uno de los pioneros del futbol mexicano tal y como lo conocemos. Es el caso de Carlos Garcés, ex futbolista nacional que fue parte esencial de la fundación tanto del Club América como del equipo de futbol del Cruz Azul.

Muchos de los fanáticos azulcremas y celestes podrán considerarlo casi un hecho mesiánico de inicios de siglo, pues nació un 25 de diciembre de 1900 en San Luis de la Paz, Guanajuato.

El Club América fue fundado en 1916 por Rafael Gutiérrez Garza ‘Récord’ junto con Pedro “Cheto” Quintanilla, Eugenio Cenoz y Germán Núñez Cortina, entre otros, y en 1917 ya se encontraba disputando la Primera Fuerza de la liga mexicana, el máximo circuito de la época. Y Carlos Antonio Bernardo Garcés López fue parte esencial de esta fundación y miembro del plantel del Club América hasta 1928, lapso en el que consiguió varios títulos.

Profesionista azul

Dado que en esos años el deporte no ofrecía los ingresos necesarios para los jugadores ya que no estaba profesionalizado, el futbolista se desarrolló también como médico en la rama de la odontología. Fue entonces que se vio tentado a aceptar un puesto en la localidad de Jasso, Hidalgo en la Cementera Cruz Azul como su dentista de cabecera.

Dentro de la cooperativa, altos mandos como Manuel Marroquín y Rivera, Gilberto Montiel y Carlos F. Marroquín, fueron convencidos paulatinamente por Garcés para cambiar el deporte principal que practicaban en la empresa, puesto que el apoyo estaba sobre su equipo de beisbol. 

Fue así que, gracias a su reconocimiento y talento como futbolista, el todavía jugador del América promovió y logró en 1927 la fundación del equipo de futbol cruzazulino.

Con el tiempo, el dentista dejó por completo las labores con los azulcremas para enfocarse en su nuevo proyecto como cementero donde incluso fungió como entrenador.

El primer olímpico 

Carlos Garcés no solamente fue de los iniciadores de dos de las más importantes escuadras de nuestro país. También perteneció a la primera selección nacional en 1923, e incluso participó en el conjunto que debutó en el torneo de futbol en Juegos Olímpicos en Amsterdam 1928, donde fueron eliminados 7-1 contra España.

Pero es más curioso aun que ése no fue el estreno olímpico de Garcés, ya que en París 1924 formó parte del debut de una delegación mexicana, la cual acudió con tan solo 15 atletas. Él compitió en los 200 y 400 metros planos.

De hecho, junto con Alfonso García, Jesús Moraila y Lucílo Iturbe, tiene una medalla de oro en la prueba de 4 x 400 de los Juegos Centroamericanos y del Caribe llevados a cabo en Ciudad de México en 1926.

Carlos Garcés, al ser un atleta reconocido de la época, se convirtió en presidente de la Federación Mexicana de Futbol de 1937 a 1942, periodo previo a la profesionalización de 1943 gracias a la fusión de la Liga Mayor con clubes de la Liga Veracruzana y la Liga de Occidente. Una de las principales causas de este hecho fue la presión existente por registrar a los jugadores nacionales y extranjeros ante la Secretaría del Trabajo.

Artífice de la porra

Finalmente, el odontólogo también cuenta con un curioso récord cultural para México, pues a él se le atribuye la creación de la famosa porra del “Chiquitibum”. Durante el primer encuentro internacional de la Selección Mexicana ante Guatemala, junto con sus compañeros de viaje, Garcés imitaba el sonido del tren y de ahí surgió un canto de apoyo que con los años se fue transformando y que ahora es utilizado por aficionados y no aficionados de todo el país.

Carlos Garcés fue, en pocas palabras, uno de los pioneros de nuestro deporte en los años en que comenzó a desarrollarse tanto a nivel nacional como internacional, y deberá tener un lugar importante en la historia atlética de nuestro país.


Por: Alan Holguín Hoffman

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