Es bien sabido que el hacha que mejor corta siempre es la más afilada (como los colmillos). Esto quiere decir, que la mejor hacha no es la más grande, deslumbrante o pesada: sino la más eficaz. Y en el futbol puede haber muchas instancias a debatir, pero ninguna respecto a cuál ha sido el hacha más eficiente de los últimos años: la número 18 del Manchester United. Y es que, apenas a comienzos de este mes, recibió su primera tarjeta roja directa como profesional.
Por muchos años, los fans del Real Madrid aseguraron, sin atisbo de duda, que Carlos Enrique Casemiro era el mejor pivote (5, contención, volante defensivo o fierrito, como le dicen en el llano). Algunos, contrargumentaban con nombres como Kanté o Busquets; con críticas que, a la fecha, siguen sin cambiar de tono: su “falta de técnica” y su fetiche por golpear al rival.
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Lo cierto es que el medio brasileño está atravesando una segunda juventud con los Devils, la cual ya ha cosechado un título luego de una sequía de 6 años, con MVP en la final incluido. E, independientemente de quién tenga razón, se debe de reconocer que es el mejor del mundo en el negocio que existe entre cometer una falta y recibir una tarjeta.
El simple arte de matar
Sus números así lo demuestran. Y es que hacer una entrada dura e irte sin cartulina es un arte complejo, que solo las personas que han estado en una cancha saben más o menos en qué consiste. Recordemos que, a final de cuentas, el árbitro es un humano y cómo tal tiene cierto rango de convencimiento. Se trata entonces, en todo el sentido de la palabra, un verdadero performance: La cosa consiste, primero, en hacer la falta lo menos aparatosa posible.
Luego, se tiene que evidenciar la ausencia de una intención violenta, juego en el que Casemiro es un experto: desde hacerse él el lesionado, hasta el clásico levantar ambas manos y decir mea culpa, para demostrar que fue un accidente. También está la clásica: alejarse con prontitud de la escena, como si nada hubiera pasado: como si las marcas de tachones en la rodilla del rival fueran apenas un rasguño. Y, por último y más importante, mantener siempre la facha de quien no rompe un plato (aunque, como ya todos sabemos, si lo descuidas te rompe la vajilla entera).
Las cifras lo avalan: esta temporada ha hecho 31 faltas y ha recibido solo 5 amarillas.
Imagínese, lector, que Casemiro le patee o codee seis veces, y sólo hasta la última el árbitro se convenza de que debe ser amonestado. Es una variante de lo que Raymond Chandler denominó “el simple arte de matar”.
¿El brazo de Florentino?
El tipo encontró la fórmula mágica para pegar mucho y que le cobren poco. Por muchos años hubo quien no vio en esto una técnica, sino una conspiración. Se sostuvo la teoría de que Florentino movía los hilos para que su pivote nunca fuera expulsado (véase Los datos que demuestran que Casemiro goza de impunidad del Diario Sport), pues en el Real Madrid jugó 318 partidos y vio sólo dos rojas por doble amarilla.
Sin embargo, al duplicar esta técnica en la Premier, sería interesante saber cómo es que el brazo de Florentino llega hasta Inglaterra, si es que la ausencia de expulsiones no es un mérito entero del brasileño. Y es que fue hasta apenas este 4 de febrero del 2023 que Casemiro vio su primera roja directa, en su enfrentamiento contra el Crystal Palace.
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Y resalta mucho la forma en que esto sucedió: con el juego detenido y fuera de la bolita de empujones (los españoles le dicen tangana y los argentinos quilombo). Pasó en segundos. En el instante donde olvidó toda la técnica que le tomó años desarrollar. Las escenas son las siguientes:
- Corte A: Casemiro con ambas manos aprieta del cuello a su rival, Will Hughes, el cual no reacciona y lo mira paciente, esperando a que éste termine o se aburra (si a mí Casemiro me ahorcara, probablemente tampoco le devolvería el favor).
- Corte B: Ambos se abrazan, se palmean la espalda, se sonríen y esperan que el referee reinicie el juego. Perder los papeles. Yo le llamo: hasta la mejor hacha falla una.
Un camino casi imbatible
En La Liga, antes de eso sólo vio la cartulina carmesí literalmente un par de veces
(ambas por doble tarjeta amarilla), sucediendo la primera vez en el encuentro Real Madrid vs Real Valladolid el 10 de marzo de 2019 (luego de 308 faltas en La Liga, según FOTMOB). Su segunda roja, tardaría en llegar dos años después. Justo en el escenario más complicado: un Clásico.
El del 10 de abril del 2021 contra el Barcelona. Llegó a tener un ratio de escándalo: 44 amarillas/1 roja (Mundo Deportivo). Y esto, aunque no se quiera ver, puede terminar influyendo más en el marcador final que, inclusive, un gol. Curiosamente fue Gil Manzano el árbitro de ambos juegos. Mismos en los que el equipo de Casemiro ganó.
Por cierto, el Manchester también ganó su encuentro contra el Palace. Es lo que tiene ser la mejor hacha del condado: tuvo que llegar el VAR para poderte atrapar, y ni eso te sacó el resultado.
Por Caleb Orta / @Caleb_Orta