¿Es justo que si tu equipo gana no te den medalla pero si tu equipo pierde sí te la den?
La justicia es uno de los conceptos abstractos que ha atormentando a la humanidad a lo largo de su historia, ya que ¿quién podría decir qué es la justicia? Para muchos es un castigo o una pena. Para otros es sobre un proceso. Y, para los más cínicos, ésta simplemente no existe.
La justicia y el futbol se han visto obligados, desde su comienzo, a coexistir de una forma extraña, obtusa y violenta. Véase el caso de la final de la Carabao Cup, por ejemplo: cuando el Newcastle, dueño de la carta y donde milita actualmente el arquero Martin Dubravka, perdió 2-0 y sin embargo, el portero es oficialmente es campeón de la Copa de la Liga Inglesa pero con el Manchester United.
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El problema radicó en que el portero Dubravka ha sido jugador de ambos clubes. Hace algunos años se hizo famoso un caso similar: en el préstamo de Courtois del Chelsea al Atlético de Madrid, los blues habían estipulado que en caso de enfrentarse en Champions, los colchoneros no podrían usar al portero Belga. El Atleti, ante la necesidad firmó la cesión. Sin embargo, antes del partido, la UEFA intervino y estipuló que la cláusula era injusta, por lo que Courtois pudo participar de la eliminación de su equipo.
La situación en la Carabao Cup fue diferente: además de que son clubes del mismo país, el arquero ha defendido ambos colores en una misma edición de la copa, motivo por el cual no pudo jugar la final. Tenemos que remontarnos al verano pasado para entender la raíz del problema: específicamente, a cuando el Newcastle compró al arquero Pope, para que Dubravka fuera el suplente.
Ante esta situación, el arquero esloveno buscó una cesión para jugar más minutos, la cual se daría gracias a la venta de Dean Henderson, también suplente del Manchester. Y lo más interesante de toda esta controversia mediática y filosófica es que el el arquero esloveno sólo ha defendido el arco de los Devils en un par de ocasiones el 10 de noviembre del 2022 contra el Aston Villa y el 21 de Diciembre del mismo año contra el Burnley, ambas en la Carabao Cup.
Pero ¿Si a principios de temporada Dubravka jugaba en Manchester, qué pasó? Cuando las urracas cedieron a su portero suplente al Hull City, decidieron cortar la sesión de Martin, a comienzos del 2023. Su regreso a la portería llegó el pasado fin de semana, cuando Pope tomó el balón con las manos fuera del área, para que Salah no marcara a puerta vacía, acto que le costó ser expulsado.
Justicia abstracta
Debido a esta situación, el Newcastle no pudo contar con Pope para la final, ni con Martin. Debió elegir entre dos arqueros que —con toda la bondad, humildad y autocrítica del mundo— casi nadie afirmaría que son buenos. Están Karius (último juego: 30/9/2020), recordado por regalarle una Champions al Madrid, cuando defendía el arco del Liverpool; y Gillespie (último juego: 28/2/2021), quien es fan de toda la vida del Newcastle —la primera vez que defendió los colores fue a los ocho años—, pero también a sus 30 años ha jugado casi toda su carrera en tercera y cuarta división, y no ha debutado en primera.
La justicia, como ya se mencionó, es una cuestión sumamente abstracta: si el equipo de Martin ganaba, Martin no sería campeón oficialmente; pero como perdió, sí que lo es. Sin embargo, la más abstracta de todas las justicias no es la de la Premier League (y mira que ésta es muy abstracta), sino la poética.
Tanto, que definirla sería un desperdicio. Es de esas cosas que es más fácil señalar con el dedo que crearles una entrada en el diccionario. Justicia poética es aquello que ocurrió el 11 de febrero de 2018, el día que Martin Dubravka debutó con el Newcastle, como no podía ser de otra forma, contra el Manchester United. El único campeón de su equipo pese a caer 2-0 en la final de la copa. Una corona sin campeón.
Por Caleb Orta / @caleb_orta