La comunidad científica se preguntó: ¿Por qué aficionados de equipos rivales pueden tener percepciones distintas, y en ocasiones incluso contrarias, sobre un mismo partido? ¿Cómo puede ocurrir esto si vieron el mismo encuentro? Un grupo de investigadores de la Universidad de York en Gran Bretaña se dieron a la tarea de resolver esto. A través de tomografías, analizaron el cerebro de un grupo de aficionados casados con sus equipos para analizar los procesos que experimentan al ver o jugar futbol y descubrir sus juicios y pasiones.
Compararon la actividad neuronal entre aficionados de cabecera, un grupo amante del Manchester United y otro del Chelsea, mientras todos observaban distintas escenas históricas de partidos entre las dos escuadras. Los participantes habían apoyado a su equipo por más de 15 años y los habían visto mínimo 25 veces en vivo.
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Redacción ADR
