Estadio Monumental de Santiago, Chile. Un 24 de septiembre de 1997 se disputa la Supercopa Sudamericana entre dos grandes escuadras, Colo Colo y Boca Juniors. En un recinto repleto de aficionados, nadie, ni siquiera el técnico xeneize Héctor Viera, ni la entonces estrella del club Diego Armando Maradona, tenía idea del maravilloso acontecimiento que estaba por suceder.
En medio de la tensión sucedería la magia. Un 2-2 con goles de Marcelo Espina e Ivo Basay por parte de los chilenos y de Claudio Caniggia y Luis Hernández por parte de los xeneizes, desperdiciaba dos valiosos puntos, necesarios para dejar atrás la fase de grupos.
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Minuto 93’. Caniggia recibe un trazo de Maradona, quien sin pensarlo dos veces manda un pase perfecto a los pies del “Matador” quien con un disparo cruzado logra perforar las redes del Colo Colo. En un segundo, hay cinco jugadores de Boca celebrando con su afición que se desvive por esta increíble hazaña.
El espectáculo que se acaba de presenciar es único, uno de los mejores partidos disputados en Sudamérica. Maradona es su propio espectáculo, pero la extraordinaria mancuerna que se formó ese día entre Claudio Caniggia y Luis Hernández fue el estelar, se convirtió en una de las mejores duplas del futbol mundial, brindando un maravilloso deleite al verlos jugar y emprendiendo así el vuelo de los pájaros xeneizes.
Claudio Caniggia y Luis Hernández: La caída del nido
Si no conoces la leyenda de los pájaros xeneizes es probablemente porque esto nunca sucedió, en realidad los eventos se dieron de manera muy diferente. Colo Colo terminaría por ganar ese encuentro (2-1) y la magnífica dupla entre “El Pájaro” y “El Matador” nunca se dio, aunque Luis Hernández si anotó un gol para Boca Juniors aquella jornada.
¿Un ave de verdad?
La relación entre el míster Héctor Viera y Luis Hernández fue un complicada y no necesariamente porque el artillero mexicano no fuese de su agrado. El técnico tuvo preferencia por otros jugadores en el sector ofensivo de la cancha, pero al mismo tiempo declaró: “Es veloz y de gran dinámica. Demostró que sabe pasar el balón a un toque y que puede retrasarse para buscar juego en la mitad de la cancha. Ya va a tener su chance. Es un gran contragolpeador”, esto después del partido de Supercopa Sudamericana.
Nada sobre esa relación es certero. Basándonos en las previas declaraciones se puede inferir que el rompe redes azteca es del agrado del “Bambino”, pero durante el semestre que Hernández estuvo en Boca también se expresó de la siguiente manera: “Quiero saber qué planes tienen para mí. Si no me van a dar oportunidad de jugar, pediré que me permitan regresar para re-incorporarme al Necaxa.”, declaró el veracruzano con la intención de estar en la mejor forma para la Copa del Mundo de Francia 1998.
Un vuelo tranquilo
Claudio Caniggia, arribó a Boca Juniors en julio de 1995 como un gran refuerzo para los de la Bombonera. Tras venir de una temporada decente con el Benfica, el carismático jugador fue bienvenido de buena manera a pesar de tener un pasado “millonario” al principio de su carrera en 1985.
En su primer torneo no mostró lo que se esperaba de él, pero terminó por ser la figura y goleador en el Clausura 1996. De 1995 a 1998, “El hijo del viento” disputó 56 encuentros anotando 17 dianas. Terminó por regresar al futbol italiano con el Atalanta en julio de 1998, a un equipo donde su afición se desvivió por él debido a su buen paso en su primera etapa con el club (1989-1992).
Un vuelo turbulento
Por el otro lado, está el originario de Poza Rica, Veracruz, Luis Hernández. Arribó a Boca en julio de 1997 donde tuvo un paso fugaz. Tras haber sido campeón dos veces con el conjunto del Necaxa (1994-1995 y 1995-1996), “El Petrolero” llegó como uno de los cinco jugadores mejores pagados del país (ganado 50 mil dólares al mes de aquella época). La continuidad de Hernández en Boca dependió mucho de la federación de futbol local, que en ese momento intentaba convencer al sindicato de jugadores del futbol argentino de la ampliación del cupo de extranjeros (tres foráneos de los 16 jugadores incluyendo titulares era la regla en ese momento).
El paso de “El Matador” fue complicado debido a que el técnico, Héctor Viera, tuvo preferencia por elementos como Norberto Solano, Sergio Martínez, Óscar Córdoba y Jorge Bermúdez. A pesar de esto, él quiso continuar en el equipo y pelear la titularidad. En una entrevista declaró: “No vine a robar, que eso quede claro a la gente de Boca. Si me hubieran dicho que me traían para no jugar, ni hubiera viajado hasta Buenos Aires. No tengo problemas en pelear un puesto, pero de esta manera es imposible”. Disputó dos partidos y marcó dos goles en su paso por “La Bombonera.” Regresó al futbol mexicano con Tigres, teniendo satisfactorias actuaciones con los felinos.
Volando tan cerca del Sol
Más allá del increíble parecido físico que tienen estos extravagantes delanteros y de haber sido figuras en Copas del Mundo, también coincidieron por firmar con una cantidad alta de clubes durante sus carreras. Caniggia firmó por diez clubes entre los que destacan River Plate, Atalanta, Roma y Boca Juniors. Hernández tuvo paso por once equipos como Cruz Azul, Necaxa, Tigres y, por supuesto, Boca Juniors.
Aunque nunca sucedió, a muchos aficionados les hubiera encantado ver más de esta prometedora dupla de delanteros jugando uno al lado del otro. Tanto Caniggia como Hernández son ejemplo de los grandes artilleros que puede ofrecer el continente americano y realmente hubiera sido una maravilla haber presenciado “el vuelo de los pájaros xenienzes” si éste hubiera sucedido.
Por: Mario Badillo / @n7mariobadillo