Nada es más difícil que encontrar un nuevo hogar a más de 13,000 kilómetros de distancia, tal como tuvo que hacerlo el pueblo de la región palestina a finales del siglo XIX ante el dominio del Imperio otomano. La ruta lógica –y más fácil– de seguir era la de Europa, sin embargo, la idea de un mundo donde pudieran empezar desde cero y con oportunidades fue una de las razones que impulsó al pueblo palestino para aventurarse a cruzar el Océano Atlántico.
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El destino directo era Buenos Aires, pero el país donde elegirían formar una nueva vida se encontraba del otro lado de los Andes. Decidieron abandonar el territorio bonaerense y solamente usarlo como el nexo que los llevó a su nuevo país de residencia, Chile. El buen recibimiento del país sudamericano permitió que para la segunda década del siglo XX, la comunidad palestina contara con cerca de 10,000 habitantes.
El graderío del Estadio Municipal de La Cisterna, así como los que juegan dentro del rectángulo de hierba, muestran solidaridad y apoyo de quienes defienden los mismos colores e ideales sin importar la distancia.
Fue tanto su apogeo que fundaron iglesias ortodoxas, periódicos en árabe y clubes sociales. Incluso, el 20 de agosto de 1920, nació el Club Deportivo Palestino, un equipo de futbol fundado por los inmigrantes de Palestina que estaban orgullosos y felices de haber encontrado un sitio que geográficamente era similar al territorio de donde salieron.
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El conjunto pasó 32 años jugando en el escalafón amateur. En 1952, la Asociación Central de Futbol -organismo rector del balompié en Chile- aceptó la petición del conjunto para ubicarlo en la Segunda División. La buena organización y la preparación de los jugadores se reflejó desde los primeros partidos. En su primera temporada consiguieron el ascenso a la máxima división, únicamente con jugadores de origen árabe, pero dicho salto del club abrió las puertas a elementos externos a su comunidad en pos de la profesionalización y un proyecto a largo plazo.
Para 1955 se acumularon los resultados favorables. El primer campeonato llegó a la vitrina de los Tricolores, hecho que parecía vaticinar una época dorada, sin embargo, los siguientes quince años transcurrieron sin novedad alguna. Fue en 1970 que las noticias importantes regresaron al Palestino. Por desgracia, el equipo perdió la categoría. Solo dos años en la división de plata duró el suplicio, pero no sin antes dejar huella. Para ese entonces, el futbol se jugaba exclusivamente los fines de semana, sin embargo, Palestino empezó a jugar de local los días martes.
Los dos años en segunda fueron suficiente escarmiento. La década de los setenta fue un punto de inflexión en el antes y después de los Árabes. Las copas de Chile y sus primeras apariciones en la Copa Libertadores no se hicieron esperar como antesala del segundo campeonato, el de 1978.
Otro descenso y el regreso inmediato, cambio de directivas y de estadio continúan la historia del Club Deportivo Palestino. Lo que hace especial la existencia del club es la cercanía que tienen con la región de donde partieron los fundadores del equipo.
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El Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, ha destacado en distintos medios la identificación que existe entre los pobladores de Oriente, el equipo y viceversa. Incluso, por primera vez en la historia del club, después de 96 años de su fundación, el plantel del primer equipo viajó a Palestina para reencontrarse con sus raíces y participar en eventos deportivos y juegos amistosos.
El objetivo es reforzar los lazos que, a pesar de miles de kilómetros, parecen más fuertes que nunca, tanto en el campo como en las tribunas. Cada que un suceso pone a Palestina en boca del mundo, el graderío del Estadio Municipal de La Cisterna, así como los que juegan dentro del rectángulo de hierba, muestran solidaridad y apoyo de quienes defienden los mismos colores e ideales sin importar la distancia.
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Por: Obed Ruiz/@ObedRuizGuerra