Johan Cruyff jugó en el Levante. Tras un partido benéfico contra el Barcelona para la UNICEF tenía algo seguro: deseaba volver a un club europeo. Los rumores no esperaron; Arsenal, Chelsea, Espanyol, Betis o Sevilla. También apareció el equipo granota, pero nadie lo tomó en serio, mas que el número 14.
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Cruyff y el Levante, de segunda división
Fue el presidente del Levante, Francisco Aznar, quien ofertó a Cruyff pisar las canchas de la Segunda División española. Así ocurrió. Dejó a los estadounidenses Diplomats y un año después del partido benéfico ya estaba en el cuadro de Enrique Pérez Díaz “Pachín”, en segundo lugar de la tabla y a un punto del líder: Rayo Vallecano.
Mientras Aznar aseguraba que el holandés llenaría el estadio y el número de socios, el DT no podía creerlo, cuando dio la noticia a los futbolistas pensaron que era una broma. Así lo recordó Vicente Latorre:
“Nos parecía una broma. Luego nos hizo una ilusión enorme. ¡Imagínese! Yo era un chaval de 19 años, había entrado el año anterior por la norma que obligaba a dos sub-20 por partido. El primer año, me ponían por cumplir la norma y me cambiaban a los diez minutos. Pero en la 80-81 ya estaba consolidado. ¡Y me iba a ver al lado de Cruyff!”.
Con casi 34 años ya no era el mismo seductor de la afición del Mundial del 74, en donde se consagró y fue líder de la “Naranja Mecánica”. “Ahora soy más listo”, dijo.
No Levantó
En su primer entrenamiento, los hinchas abarrotaron el estadio para ver a Cruyff. Su “debut” ante el Sabadell sería un éxito. Sin embargo, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) rechazó el fichaje por las deudas pendientes con otros futbolistas.
El presidente del club consiguió el dinero en un mes y el número 14 estaría presente contra el Palencia el primero de marzo de 1981. El estadio no se llenó por la incertidumbre de si Cruyff asistiría. Ganaron 1-0, pero sin espectacularidades del holandés.
En sus siguientes encuentros y en los entrenamientos siguió irregular. “Era un lujo entrenar con él… si le apetecía. A veces llenaba un cubo de agua caliente, se sentaba en el banquillo, metía el pie en él, decía que para curarse el tobillo, y miraba. En cada partido dejaba algún detalle colosal, pero sólo eso. Con Rifé se montó todo al gusto de Cruyff, pero no salió bien”, recordó Vicente Latorre para El País.
Levante perdió contra el Granada 1-0, con el mismo marcador quedaron ante el Barakaldo en un recinto ansioso por ver a Cruyff brillar. Al enfrentar al Alavés, en Vitoria, decidió no presentarse a jugar.
Los rumores dijeron que el Levante y el propio futbolista pidieron dinero al presidente rival, José María Zárraga, para ponerlo como titular; se negaron.
Cruyff volvió a Valencia mientras que la institución argumentó la supuesta enfermedad de la esposa del jugador. El Levante regresó con otra derrota de 1-0. Fue el último partido de “Pachín” en el banquillo:
“Yo creo que todo estaba preparado de antemano. Se buscó el momento para quitarme y se aprovechó el revuelo de Vitoria”.
Lo sustituyeron por Joaquim Rifé, ex compañero del holandés en el Barcelona. Tampoco Levantó. Los derrotaron en su debut contra el Málaga, también cayeron contra el Cádiz y lograron un empate a cero en Oviedo. Siguió la mala racha.
Imposibilitado de ascender, el Levante pasó del segundo al noveno lugar en la tabla. En diez partidos Johan logró dos goles. No ocurrió nada de lo esperado por Francisco Aznar. Las gradas poco a poco perdieron el fanatismo por ver a Cruyff y los socios no aumentaron. Para la temporada 81-82 el Levante se fue a tercera división en medio de una crisis por el impago a sus jugadores.
Él se fue. Terminó el préstamo de los Diplomats con el Levante y pasó al Ajax. Se retiró con su acérrimo rival Feyenoord ante la imposibilidad de renovar su contrato con la escuadra anterior, de donde fue ídolo.
En el clásico de los Países Bajos, Ajax derrotó 8-2 al Feyenoord. “No sólo vengaremos esta derrota sino que seremos campeones de Liga y Copa”, advirtió el holandés. Cumplió su promesa y dejó el futbol.
Por: Nayeli Valencia / @nayevalencia_a