El divo de tepito es básicamente un enemigo de Gauss. Cuauhtémoc Blanco es el imprevisto en las estadísticas. Nació en uno de los barrios más complicados de un país que ya es en sí mismo complejo, su complexión no es precisamente la que se espera de un deportista del alto rendimiento -incluso resulta un poco tosca-, y por si esto fuera poco, no se ha caracterizado por ser la clase de persona que se conduce con los ojos puestos en el futuro.
A pesar de esto (la perspectiva del tiempo nos permite pensar que quizá por ello) logró ascender a lo más alto del futbol mexicano, convertirse en un ídolo nacional e incluso ser llevado al balompié de Europa.
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Durante su segunda etapa en el América, Cuauhtémoc Blanco tuvo un desempeño brillante logrando hacerse con el campeonato de goleo durante el invierno 98. Además de destacar a nivel local, en la Copa Libertadores hizo un papel pletórico, donde alcanzó la cantidad de nueve goles en doce partidos (dos hat-tricks incluídos), además de colaborar en una de las goleadas más épicas del torneo todo (8-2) contra el Olimpia. El escenario estaba servido para que diera el salto del gran charco; el Real Valladolid se llevó al Temo de préstamo para la temporada 2000-2001.
La anécdota que define la personalidad del Cuauh
Aunque su período en España fue más bien discreto (en gran parte debido al tiempo que tuvo que pasar en recuperación gracias a la brutal lesión que sufrió cortesía del jugador trinitario, Ancil Elock), logró una hazaña que sigue siendo recordada tanto en España como de este lado del mundo. El 29 de septiembre del 2001, el Real Valladolid visitaba el Santiago Bernabéu en la última jornada, y los pronósticos no eran ni por asomo esperanzadores. Por un lado estaba el llamado “equipo del siglo”, mientras que por el otro había una escuadra de modesto presupuesto que peleaba por evitar el descenso.
El equipo blanquivioleta jugaba el penúltimo partido de la jornada junto al Madrid y como ya era costumbre, habían armado su quiniela. Al momento de predecir los resultados, todos estuvieron de acuerdo en que su equipo caería frente al Real Madrid y el arquero Albano Bizarri sería el responsable de anotar la información (cabe señalar que siempre se ponían perdedores en las quinielas, para en caso de perder, poder tener ese pequeño consuelo). Para cuando los jugadores salían a la cancha, todos los demás resultados se habían conjugado. Únicamente necesitaban perder para acertar 14 de 15 resultados y ganar 80 millones de pesetas.
A pesar de esto, los jugadores y el cuerpo técnico estuvieron de acuerdo en que la quiniela era lo menos importante y salieron a vencer a los merengues; sin embargo, el Madrid se fue adelante con un gol de Zidane al minuto 5, tanto que obtendría una respuesta casi inmediata cuando al minuto seis, Fernandez Fernando igualaba el marcador. A pesar de esto, Raúl adelantó de nuevo a los merengues en el minuto veinte y el marcador se mantuvo así hasta el minuto 87, cuando el Temo (quien había entrado de cambio) cobró un tiro libre que perforaría violentamente la red de Íker Casillas. Ese sería el marcador definitivo del encuentro.
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¿Hasta dónde llegará su poder?
Entre risas, Cuauhtémoc Blanco llegó a reconocer que lamentaba haber dejado ir ese dinero, sin embargo, también dijo que se sentía muy orgulloso de haberle anotado un golazo al Real Madrid. Al final los jugadores del Valladolid lograron llevarse un aproximado de 200 mil pesetas cada uno por los trece aciertos, además de un punto en el Bernabéu. Aquella noche Cuauhtémoc Blanco fue testigo de cómo la suerte se acomodaba y sólo tenía que dejar que las probabilidades siguieran su camino para que, como todos esperaban, el Madrid ganara. Pero su derechazo deja de manifiesto que él tenía otros planes.
El sueño español terminaría poco después y el divo de Tepito seguiría rompiendo quinielas tanto dentro del futbol, cuando más cerca del retiro que del balón, lograría llevar al Dorados de Sinaloa a sus primer título -campeones de la Copa Mx-, como fuera del balompié. Sobre todo en la política, donde nadie apostaba por él para presidente municipal de Cuernavaca y contra todo pronóstico logró hacerse con el puesto. Hace poco nadie lo veía como gobernador de Morelos y ganó con mayoría aplastante. Muchos dicen que la presidencia nacional ya es demasiado complicada pero, ¿alguien recuerda cuando Trump presidente parecía sólo un chiste?
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Por: Alberto Román / @AlbertoRomanGar