Es curioso como se espera que los atletas mantengan la cabeza fría cuando se encuentran en un deporte de contacto. A final de cuentas, ¿no es normal que uno se moleste cuando constantemente le golpean, patean o insultan?. La historia de Curtis Woodhouse es muy parecido a esto.
Un niño que se convirtió en jugador profesional de futbol pero que creció admirando a boxeadores de la talla de Nigel Benn y Mike Tyson. Él quien cumplió el sueño de debutar en la Premier League y al mismo tiempo convertirse en campeón de boxeo. Su historia es la de una búsqueda de balance entre sus tres pasiones.
El comienzo con el balón
Woodhouse comenzó su trayectoria futbolística en las inferiores del York City Football Club en 1994, antes de ser transferido para formar parte del Sheffield United. Equipo con el cual debutó con tan solo 17 años de edad en la victoria frente al Crewe Alexandra en la entonces llamada “First Division”. También debutó en Premier League.
Sus destacadas actuaciones le valieron el llamado para formar parte de la selección nacional de Inglaterra sub-21. Incluso representó a su selección en el campeonato europeo del año 2000 en Eslovaquia de la misma categoría.
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Curtis tuvo una turbulenta trayectoria en varios equipos en las ligas inferiores de Inglaterra, formando parte de equipos como Birmingham City, Rotherham United, Peterborough United, Hull City, Grimsby Town, Rushden & Diamonds, Mansfield Town, Harrogate Town y Sheffield.
Desamor al balón
A través de su adolescencia y como adulto joven, tuvo un historial con antecedentes que lo ligaban con robo, al igual que disturbios y peleas callejeras. Incluso declaró en haber estado involucrado en cientos de ellas.
Justo durante su paso en Grimsby Town, Woodhouse declaró que “había dejado de estar enamorado del futbol” y que planeaba comenzar su carrera como boxeador profesional. Haciendo hincapié en que:
“El boxeo siempre fue mi primer amor cuando era niño. Amo pelear, ahora en lugar de que me encierren, prefiero que me paguen por ello”.
Arriba el ring
Curtis entrenó con el antiguo campeón de peso pluma: Gary De Roux y debutó con una victoria el 8 de septiembre de 2006 en el Grosvenor House Hotel de Londres.
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Durante su infancia, Woodhouse fue víctima de racismo por parte de algunos de sus compañeros de escuela, él habló con sus puños y al poco tiempo dejaron de molestarlo.
“Me llamaban nombres debido a mi color de piel, pero con un puñetazo rápido en la boca, pronto se apartaron de mi camino” mencionó el mediocampista.
Su récord como boxeador es de 31 combates, 24 victorias (13 por knockout) y 7 derrotas.
Encontrando el balance
Tras su primera pelea como boxeador profesional, Curtis decidió que quería volver a jugar futbol. Continuó desarrollando ambas profesiones con la dificultad de encontrar un equilibrio entre ambas y su vida personal.
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Durante sus últimos años como jugador profesional, obtuvo su revancha ante Jay Morris quien anteriormente lo había derrotado en el ring. Woodhouse obtuvo el campeonato “International Masters light welter-weight”.
Actualmente se encuentra retirado del ring y es entrenador del Gainsborough Trinity Football Club en la Northern Premier League. Logrando mantener un balance entre sus tres amores: su familia, el boxeo y el futbol.
Por: Mario Badillo / @n7mariobadillo