Un día al finalizar algún entrenamiento, el entrenador al que hoy tengo el placer de llamarle amigo, nos dijo que “el futbol es reflejo de la sociedad de cada país”, se me quedó muy grabada aquella charla porque creo, al menos, en el caso de México aplica perfectamente.
Para nadie es un secreto que vivimos en un país altamente desigual, donde unos pocos tienen más que la gran mayoría, un país con índices de movilidad social muy bajos y esa lamentable situación que vivimos en la sociedad, se refleja en nuestro futbol, con algunos clubes que tienen la posibilidad de traer grandes fichajes torneo tras torneo y otros que tienen que hacer verdaderos milagros en cada mercado. Aunque para ser justos este fenómeno de concentración no solo sucede en México siendo algo habitual en todas las ligas del mundo.
Lo que no pasa en las ligas del mundo es esa nula movilidad de los de “arriba”, en México la Primera División se ha vuelto un club que se reserva el derecho de admisión y que para nada desentona con la realidad que video nuestro país y sus bajos índices de movilidad social.
Futbol mexicano y movilidad social
La movilidad social se refiere al cambio que experimenta una persona a lo largo de su vida o en un periodo determinado en la escala social. En otras palabras, la movilidad social es moverse de una clase social a otra, en México según el CEEY (el principal centro que se encarga de la medición en nuestro país) 7 de cada 10 mexicanos que nacen en los estratos socioeconómicos más bajos, mueren ahí.
La sociedad mexicana es una de las más inmóviles del mundo, esta situación de inmovilidad esta dada por ciertas funciones que no cumple el Estado, pero lleva tanto tiempo esta tendencia que se ha interiorizado en la sociedad mexicana.
Una de las pocas actividades que hacían creer (indirectamente tal vez) en el mérito y la posibilidad de movilidad, era el futbol, pero esta situación lapidaria que vive la sociedad mexicana llegó también a nuestra liga con la abolición del ascenso y descenso, volviendo a nuestro futbol para no variar, inmóvil.
Leer más: ¿El Atlante está recuperando el futbol de barrio?
En el papel, la desaparición del ascenso y el descenso sería por 10 torneos, regresando para el 2025. Sin embargo, es bien sabido que la idea de los dueños es replicar el modelo de la MLS y con esto terminar de matar de tantas plazas y principalmente de sus aficionados de algún día lograr el tan ansiado lugar en Primera División. El ascenso al igual que la movilidad social cumple la función de brindar nuevas oportunidades, crear bienestar y por qué no, felicidad.
El sueño de ascender
La gente de Mérida, Zacatecas, Oaxaca, Tlaxcala o los de un histórico de nuestro futbol como el Atlante, merecen tener esa ilusión y oportunidad de algún día recibir en su campo al Guadalajara, al América o al Cruz Azul, merecen vivir lo que vivió el León en aquel 2012 que después de 10 años en segunda, volvió tras golear 5-0 a Correcaminos, merecen gritar el gol con gran desahogo como lo hicieron los poblanos con lo goles del “Bola” González en aquel 2007, tras 2 años en segunda. Momentos como esos y tantos otros que a lo largo del tiempo vivió nuestro futbol, hoy más que nunca es necesario que vuelvan.
Hace un par de años, en diciembre del 2021 para ser más exacto, se viralizó la carta a Santa Claus de una niña argentina, hincha de Quilmes, en dicha carta la pequeña no pedía la clásica muñeca, el juego de té, balones o la consola de moda, no, ella lo único que quería, era que el “Cervecero” volviera a Primera.
Lo que más deseaba la pequeña era ver la playera de su equipo en las canchas más importantes de la Argentina, quería ver a Quilmes en la bombonera de Boca, en el Monumental de Núñez o en el Libertadores de América. Esa niña pese a su corta edad e inocencia, comprende el valor del mérito y lo difícil que es ganarse un lugar en algún lado, aunque no este consiente del concepto, esta niña sabe de primera mano lo que es la movilidad social.
Leer más Guardiola hacía que el Barcelona viera futbol mexicano | Tifoso con Marc Crosas
Es por eso que es momento de que nos devuelvan el ascenso – descenso, es momento de que los goles vuelvan a crear esa esperanza (y también esa tristeza de los que se ven relegados) que vuelvan a valer y que no haga que nuestro futbol sea un club de unos cuantos, es momento de que se deje de manchar la pelota y la competencia.
Es momento de que el mérito deportivo vuelva a tener valor, es momento de que la sociedad mexicana este consiente de la importancia de la movilidad, empezando en este caso por algo tan burdo (para mucha gente) como el futbol, para después poder avanzar como sociedad, dada la masividad de este deporte que apasiona a millones de mexicanos podemos hacernos consientes de muchas cosas.
Por Román Eduardo Jiménez