Tenemos instalados en semifinales de la Liga MX Femenil a Chivas, Rayadas, Tigres, y América, equipos que dejaron fuera a Cruz Azul, Pachuca, Toluca, y Xolas respectivamente. Nunca he sido fan del “echeleganismo” porque en este país usualmente se pregona irresponsablemente, sin entender contextos y en una clave absolutamente individualista.
Y a ver, no me malentiendan, claro que tiene que haber un deseo irracional, por así decirlo, o inquebrantable, de competir y hacer las cosas bien con el fin de ganar. A mí me gusta llamarlo hambre, hambre de ganar, pero quizá es más un hambre de mejorar, hambre de más y mejor. Y claro que eso tiene que venir de adentro de unx, pero la clave en la vida y deportes colectivos como el futbol, es normalizar esa hambre.
Hacer primero, que todxs lxs involucradxs la tengan. No solo jugadoras y cuerpos técnicos, sino todxs en la estructura. Segundo, que entiendan que esa hambre sólo sirve si es colectiva, si también ayuda a quien está a lado. Eso es hacer vestidor en deportes colectivos. Eso es hacer comunidad en la sociedad.
Ser mejores
El gran detalle es entender que, independientemente de las diferencias, roles, o jerarquías, valoramos quién “está a lado”, porque nos consideramos iguales. Cuando esto pasa, las jerarquías, de hecho, se difuminan; las diferencias se abrazan, y cada quién tiene un rol crucial para ganar. Haciendo difícil determinar una sola causa de éxito, o una sola forma. Porque entre jerarquías, diferencias y roles tienes un sinfín de posibilidades y caminos de trabajar con ellas. Aunque sólo las puedes trabajar cuando las pones a disposición de un fin mayor: ser mejores juntxs.
Por eso no es difícil entender qué equipos llegan a semifinales, y quiénes quedan fuera. A Chivas le tomó tiempo pero ha logrado balancear calidad técnica de jugadoras que incluso venían de equipos en donde individualmente podían no alinear, con un trabajo táctico en donde todas pesan porque todas corren, todas van a todo, y dejan el alma en la cancha.
Siempre he escuchado: sin técnica no hay táctica y sí, pero también, sin compañerismo, no hay táctica. Sin hambre colectiva no logras eso. Cruz Azul, por más que se fue con pocos goles en contra, y por eso no se ve mal… Es un equipo ratonero sin hambre de ganar en la estructura, más preocupado por no perder o por no verse mal perdiendo. Lo que, eventualmente, permea en jugadoras y cuerpo técnico. En cómo trabajan y quiénes están.
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Rayadas, a mí, siempre me ha intrigado. Creo que siempre han carecido de alguna u otra cosa, pero siempre quieren ganar. En todos los niveles. Logrando cosas que sí parecen imposibles. El golear en la vuelta a Pachuca no es “raro”, aunque el torneo pasado las Tuzas las eliminaran. Pero hacerlo con una menos, te habla del empaque de vestidor que tienen. Más allá de si la roja de Gato fue imprudente o no, creo que fue necesaria. Ella la asumió, y el equipo más allá de echárselo en cara, también la asumió y hasta pareció que jugó así por ella. En un claro sacrificio colectivo. Pachuca por el otro lado, es un equipo en el que en estructura y más abajo, no es que no haya esa hambre de ganar. La hay. Pero nunca termina por ser colectiva. Por eso es triste, porque ha sido un eterno ya merito, o una sucesión de eventos impensables en la mayoría de sus juegos de vuelta. A pesar de “bombazos”, o más bien, por pretender que sólo “bombazos” te hagan vestidor.
Tigres, no sé. Lo trae en el ADN, y si no, lo compra. No es queja. Tienen hambre de ganar, y si carecen en algo, tienen recursos para atenderlo. No por nada son el equipo más ganador. Aunque en un equipo así, luego se dan problemas de “primer mundo” por ego y soberbia. Pero este torneo en particular, aunque no acabaron líderes, se les ve un hambre distinta a torneos anteriores que no han ganado. Golear con esa superioridad en cuartos es un statement.
Aunque creo que es “normal” golear a un equipo inferior en suma de técnica individual que, sin embargo, quiere ganar, como Toluca. Toluca creo que hizo un gran torneo, con todo y que es un entrenador nuevo, un plantel más limitado, y una estructura con menos recursos. Se me haría duro juzgarlo por la goleada en cuartos, porque sí potenciaron en conjunto a muchas jugadoras y por eso salieron a querer competir, y arriesgar. Más allá de lo “feo” que se ve el marcador final, eso sí construye. No sé si hoy o mañana, pero al menos hay hambre de ganar en el cuerpo técnico y jugadoras.
América es un equipo que ha tenido vestidores con muchas diferencias culturales en el interior. Curiosamente el campeonato que ganaron fue cuando la liga era nacional y “geográficamente cerrada”. Creo que en ese tiempo era cuando menos diferencias culturales tenían. Este torneo, aún con diferencias culturales y con varias contrataciones europeas bomba, creo que han sabido amalgamar mejor sus diferencias. Con todo y confrontaciones entre jugadoras locales, de calidad, y mediáticas que no han tenido muchos minutos. Ese tipo de confrontaciones también son normales, y a veces, necesarias.
Xolas por otro lado, aunque parecido al Ame en diferencias culturales, creo que es un equipo que quiso ganar y lo estaba haciendo durante el torneo, pero algo no estaba bien. No sé si es individualismo a distintos niveles, o el choque abierto entre gente que quiere ganar juntxs y gente que quiere ganar individualmente que terminó por resquebrajarse en liguilla. Que una jugadora futbolísticamente clave durante todo el torneo salga del club repentinamente, incluso antes del partido de vuelta no es normal, ni bueno. Es un foco rojo que está y espero vean.
Pero bueno, más allá de los cuartos, creo que los juegos de semifinal serán juegazos. Cerrados, pero emocionantes. A ver qué pasa.
P.d. Perdón por explayarme
Por Paola López / @Khanpaola
*Publicado primero en Milenio Diario