Vivimos la era de la información. Datos van, datos nos llegan, datos nos restriegan, gracias, en gran medida, a los poderosos tentáculos de la red de redes. Hay que darle valor agregado a lo que ya se sabe, es decir, saber más de lo que ya se sabe. En estos tiempos ya no se necesita hablar inglés para ser exitoso y triunfador. El lenguaje que debemos dominar para ser líderes en el mundo es el lenguaje de las estadísticas…al menos en el mundillo del futbol.
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Ya no hay partido, programa o cápsula informativa dedicada al futbol (y al deporte en general) donde no se mencione una estadística: que si tu equipo siempre que juega a 27 grados y con el cielo medio nublado, mete gol cada 65 minutos. Que el portero de tal equipo lleva 400 minutos sin recibir gol…en la liga, pero en la SuperCopa MX es el portero más goleado. Que la última vez que perdió un partido tal selección nacional fue hace 10 meses… pero resulta que solo ha jugado 3 veces en ese periodo.
¿Qué onda con tantos jodidos números?
Ya bastante atiborrados estamos en nuestra vida cotidiana de cifras de devaluaciones, de impuestos, de robos de sorteos, de la alza de choques automovilísticos en las ciudades, de homicidios por año, etc., para que los especialistas de futbol nos bombardeen aún más de numeritos que solo pretenden mostrarle al público que se posee una amplia posibilidad de certeza de lo que va a pasar en el jueguito que tanto nos gusta.
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Qué bueno que exista ese ánimo por querer ponerle números cerrados y porcentajes exactos a una actividad que en apariencia debería ser lúdica. Pero tampoco hay que ver el futbol como un acto que puede ser pronosticado como si se tratara de contar cuántas cabezas de ganado van a morir a causa del calor de este verano en las zonas desérticas del país.
Son solo estimaciones. Un a-pro-xi-ma-do. Por algo es un deporte donde los minutos corren sin detenerse, no es como el basquetbol, futbol americano, tenis o el béisbol, donde se hacen pausas continuamente y las acciones y las cifras y porcentajes son más comunes. No por algo nuestro bien amado Carlos Slim, ha decidido -hasta hace poco-, invertirle al futbol.
El motivo de su poco interés en el deporte de las patadas inteligentes era que “no hay suficientes números en el futbol”, por eso su deporte favorito es el beis (incluso Slim tuvo una colaboración en la revista Letras Libres, sí ¡LETRAS LIBRES!, donde demuestra su amplísimo conocimiento del rey de los deportes). Aunque hay que decirlo: claro error del señor Slim, porque números sí los hay en abundancia –habrá que presentarle al señor estadística, Ricardo Salazar-, pero pocas veces te ofrecen una certeza de eventos que van a suceder.
Al final del documental “ilusión nacional”, la voz serena del gran romántico, Eduardo Galeano, nos advierte que el futbol continúa queriendo ser “el arte del imprevisto”. Donde menos se espera, salta lo imposible. Y bien tenemos presente los futboleros que desde hace unos años, Leicester City es sinónimo de cuento de hadas cuando quedaron campeones de la Premier League. Galeano, en su tumba, gritó los goles de Vardy y compañía, demostrando que sí se puede luchar contra lo imposible y se le puede vencer.
Por: Gerardo Padrón
¿Cómo obtiene tantos datos Ricardo Salazar? ¿Es verdad el «señor estadística»? Yo digo que tiene una colección de videos bien clasificada y catalogada, recupera datos a través de un metabuscador y que le ayuda a identificar mejor los hechos. Perdón, es que soy bibliotecario.