“En nombre de todas las jugadoras del futbol femenino del Salvador, hacemos un llamado a todos los clubes de la Primera División para que sigan apoyando el proyecto del futbol femenino. Somos mujeres futboleras que amamos este deporte y nos merecemos igualdad de condiciones. El futbol femenino está creciendo y se ha demostrado en la Liga Nacional. Como seleccionadas nacionales pedimos un total apoyo de parte de todos los equipos que representamos. ¡Porque unidas somos más fuertes y juntas saldremos adelante!”.
El anterior llamado lo hicieron las seleccionadas salvadoreñas a inicios del mes de junio. ¿El motivo? La Federación Salvadoreña de Fútbol se encuentra gestionando la posible conclusión de la Liga femenina de su país, esto sucedería al final de la temporada 2022, pues los representantes de los clubes de la Liga Mayor de Fútbol de El Salvador consideran insostenible continuar con el proyecto de la Liga Mayor de Fútbol Femenino (LMF).
Por su parte, Samuel Gálvez, presidente de la Primera División en El Salvador, expresó que se buscará la continuidad a la liga femenina, sin embargo, para ello es necesario el apoyo de la FesFut:
“Queremos darle la prioridad que se le ha dado a la liga femenina, eso quedó claro con los presidentes y buscar una forma u otra como buscar los patrocinios para que esa liga brille más en la liga mayor. Además, de esta manera, no toda la responsabilidad económica recaería en los clubes”.
Además, Galvéz expresó que de los 12 clubes que componen la LMF, son pocos los equipos que ofrecen un salario a sus jugadoras. En su gran mayoría, los clubes solo se encargan de cubrir los costos de transporte y alimentación. De hecho, la desigualdad salarial ha formado parte del día a día de esta liga desde que nació en el 2016.
Solo 3 (Alianza Women, Fas y Municipal Limeño) de los 12 clubes de la LMF le pagan a sus jugadores.
Por ejemplo, en el 2019, la Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc), evidenció que el salario más alto para un jugador era de 9 mil dólares mensuales, mientras que las jugadoras mejores pagadas percibían 300 dólares al mes. El futbol femenino en El Salvador dista mucho de ser realmente profesional, más allá que en el papel la Concacaf así lo avale.
La delantera Alejandra Reyes, quien es la primera salvadoreña en haber conseguido un título de liga en Argentina (2017) con River Plate y que, actualmente juega para el Alianza Women llegó a comentar: “Tenemos un salario mensual, sí tenemos fecha fija de pago y todo eso, pero no es un salario digno de una profesión, digamos”.
En este mismo sentido, Raquel Ramírez, quien también juega en Alianza Women ha dicho: “Acá si hablamos de profesionalismo no hay, si es muy bonito jugar y quizá uno dice puya está representando a Alianza, pero ya profesional del todo, un 100 por ciento, no. Ni siquiera llega al 50 por ciento”.
Aún no se sabe qué determinación tomará la FesFut respecto al futbol femenino en El Salvador. Lo que es un hecho que las jugadoras no quieren que este sueño que inició hace seis años se termine. Aunque no será suficiente con que mantengan la categoría, las condiciones laborales deben mejorar y pronto.
Las jugadoras de la selección de El Salvador están pidiendo que no se termine la liga en el 2022. Quieren terminarla porque los clubes de la Liga Mayor (masculina) alegan no contar con lo fondos necesarios para su sustentabilidad. pic.twitter.com/ed75Gsqtxx
— Fútbol Ace (@FutbolAceMedia) June 5, 2021
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Por: Redacción