El estado de Sinaloa cuenta con una de las flotas pesqueras más importantes del país. Ésta se centraliza principalmente en la pesca de camarón, atún y sardina. Sin embargo, muchos turistas, tanto nacionales como extranjeros, se ven atraídos por la búsqueda de otro espécimen: el pez dorado. La pesca y venta de esta especie está prohibida. Solamente se permite su caza de manera deportiva (lo que ha generado un lucrativo negocio en la zona, así como debates sobre el derecho a su pesca). Aunque no se encuentre en las cartas de los restaurantes, se sabe que su venta es más que común.
Es justamente este pez el que el club ha decidido poner en el centro de su escudo. Es curioso que este animal, que se mueve ilegalmente de forma tan natural por los restaurantes de la costa sinaloense, sea la insignia de un equipo que también está en la mira. Principalmente gracias a sus posibles vínculos con una actividades ilegales.
Dorados de Sinaloa: Un escudo que dice mucho
El primer nombre que salta en estas acusaciones es el del político y empresario mexicano Jorge Hank Rhon. Es considerado líder del Grupo Caliente (grupo propietario de los Dorados de Sinaloa y de los Xolos de Tijuana, ahora en la primera división).
Tiene en su haber múltiples acusaciones entre las que destacan relaciones con el narcotráfico, asesinato de periodistas o portación de armas de alto calibre. Llegó incluso a ser detenido y encarcelado por un breve período. Si bien es Hank Rhon quien más suspicacias levanta, hay más piezas sospechosas en el engranaje de Dorados. Un ejemplo sería el caso de Christian Bragarnik, a quien se responsabiliza del arribo del Pelusa al equipo de Sinaloa.
Bragarnik, siendo presidente del Querétaro, fue desafilado de la FMF por nexos con el narcotráfico. Según las investigaciones, sus entonces jefes, Paul Solórzano Lozano y Jorge Mario Ríos Laverde (conocido también como “El Negro”) tenían vínculos con el poderoso narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán y en ese momento comenzaron a ser buscados por la Drug Enforcement Administration (DEA).
Ante esta situación el empresario argentino declaró “a mí me contrató una sociedad anónima. Después me enteré que la mayoría de los accionistas se dedicaban al narcotráfico. (…) Yo no era investigador privado para evaluar las situaciones particulares”. También fue socio de Tirso Martínez Sánchez. Mejor conocido como “El Futbolista”, se dedicaba al lavado de dinero y trabajaba para Ignacio Coronel Villarreal, alías “Nacho Coronel”.
El vinculo entre el mar y la pelota
Quizá la figura del pez dorado con el ceño fruncido sea un guiño (¿inconsciente?) de todas las sospechas que levantó el equipo. Pudo construir su estadio en sólo tres meses, y traer a figuras de talla internacional, como Guardiola o Maradona (a quien, además de su exorbitante sueldo, lo premiaron por llegar a la final, regalándole un auto con un valor cercano al millón de pesos) entre otras proezas económicas que se probablemente se realizaron fuera del marco de la ley. Como la venta del pescado en su escudo en los restaurantes locales.
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Hay un pez áureo navegando en el triángulo dorado del narcotráfico nacional, con una mirada que hace desconfiar y pensar que, quizá en Sinaloa, todo lo que brilla sí es oro.
Por: Alberto Roman / @AlbertoRomanGar