Como pocos, Eduardo Galeano comprendió que el balón puede ser letra. Y es precisamente a partir de la literatura que el periodista y escritor uruguayo compartió su pasión desbordada por el futbol.
Les dejamos 10 frases que Eduardo Galeano enmarcó en un mundo que rueda, porque también la pelota lo hace.
1 – “Como todos los uruguayos, quise ser jugador de fútbol. Yo jugaba muy bien, era una maravilla, pero sólo de noche, mientras dormía: durante el día era el peor pata de palo que se ha visto en los campos de mi país”.
2 – “La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber: A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí.”
3 – “¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales”.
4 – “Juego, luego soy: el estilo de jugar es un modo de ser, que revela el perfil propio de cada comunidad y afirma su derecho a la diferencia. Dime cómo juegas y te diré quién eres”.
5 – “Escribiendo, iba a hacer con las manos lo que nunca había sido capaz de hacer con los pies: chambón irremediable, vergüenza de las canchas, yo no tenía más remedio que pedir a las palabras lo que la pelota, tan deseada, me había negado”.
6 – “A veces, raras veces, alguna decisión del árbitro coincide con la voluntad del hincha, pero ni así consigue probar su inocencia. Los derrotados pierden por él y los victoriosos ganan a pesar de él. Coartada de todos los errores, explicación de todas las desgracias, los hinchas tendrían que inventarlo si él no existiera. Cuanto más lo odian, más lo necesitan”.
7 – “¿Ha entrado usted, alguna vez, a un estadio vacío? Haga la prueba. Párese en medio de la cancha y escuche. No hay nada menos vacío que un estadio vacío. No hay nada menos mudo que las gradas sin nadie”.
8 – “Pero la pelota también tiene sus veleidades, y a veces no entra al arco porque en el aire cambia de opinión y se desvía. Es que ella es muy ofendidiza. No soporta que la trates a patadas, ni que le peguen por venganza. Exige que la acaricien, que la besen, que la duerman en el pecho o en el pie. Es orgullosa, quizás vanidosa, y no le faltan motivos”.
9 – “En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol”.
10 – “Y yo me quedo con esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al final del partido”.
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Por: Ricardo Olín /@ricardo_olin