El Chelsea Femenino, a inicios de los 90, boteaba afuera del Stamford Bridge y vendía boletos de lotería para conseguir recursos para su equipo. Hoy, 30 años después, es uno de los equipos con las nóminas más altas y se posiciona como el mejor equipo de su liga, al liderar la FA Women’s Super League, y de Europa, al estar en la final de la Champions League.
¿Prohibición?
El balompié femenil en Inglaterra se prohibió durante 50 años. La guerra mundial motivó su práctica pero después fue borrado. En Stamford Bridge, por ejemplo, se disputó un partido de mujeres en 1920: Dick, Kerr’s Ladies vs. Femina. Un equipo inglés contra uno francés, donde las visitantes se llevaron la victoria al ganar 2-1.
No obstante, un año después, la federación inglesa consideró que un deporte como el futbol “no podía ser para señoritas”, así que las dejaron fuera del mapa. Les quitaron el balón y las alejaron de él. Fue hasta los 70 cuando las europeas volvieron a patear la de gajos. Su inquietud de estar en una cancha nunca se borró.
En esa década, justamente, Harry Batt, quien era secretario del club femenino de Chiltern Valley, presagió que en diez años, equipos como el Arsenal, Tottenham, Leeds, Manchester United y el propio Chelsea, tendrían sus planteles de mujeres y así fue. De hecho, los Blues fueron unos de los fundadores de equipos femeniles.
Un nuevo comienzo
En el 72, surgió el Chelsea Ladies FC, su presidente era John Hollis y su técnico, John Martin. Por su parte, gracias a jugadoras como Derese Meade y Debra Hollingshead, la escuadra conquistó la Challenge Cup y la liga de la temporada 73-74. El siguiente año, también consiguieron el doblete.
No obstante, el equipo se perdió y la escuadra londinense regresó hasta la última década del siglo pasado por solicitud de los seguidores. En 1992, se creó el nuevo equipo y, al inicio, había hasta 50 jugadoras en los tres planteles que conformaron: dos mayores y una Sub 14. Las futbolistas entrenaban dos veces a la semana y competían en torneos de su localidad.
“Estábamos comenzando poco a poco y las jugadoras se podían encontrar en Stamford Bridge los días de partidos masculinos vendiendo boletos de lotería para recaudar fondos para el equipo”, relata el propio club inglés. En ese entonces, las mujeres autofinanciaban su equipo, aunque sí recibían el nombre de su par varonil, pues todavía se llamaban Chelsea Ladies.
Durante los primeros años, solo eran parte de ligas locales y lo más grande que disputaron, en la temporada 93-94, fue la FA Women’s Cup. Esto implicó mayores gastos por el vuelo que realizaron a Newcastle. En un principio, esto no parecería un problema pero, al recalcar que ellas manejaban sus propios gastos, la cuestión económica sí lo implicaba para la institución femenina.
Dos años después, las inglesas cayeron en dos ocasiones en una copa local y esto, por otro lado, también comprendió un conflicto para ellas porque sus mejores futbolistas empezaron a salir del equipo. Cada temporada, según el club, suponía reestructurar a la plantilla porque la mitad de ella apostaba por otros caminos. “Todavía quedaba mucho para que el Chelsea pudiera ofrecer las recompensas, la plataforma y la cantidad de entrenamiento que otros clubes podían ofrecer”, expone el cuadro londinense.
Entre las jugadoras destacadas se encontraba Casey Stoney. Desde los 12 años de edad llegó a las filas del Chelsea y, tiempo después, fue llamada por la Selección de Inglaterra en la categoría Sub 18. Después terminó por fichar por el Arsenal. Hoy, esa futbolista sigue siendo una vieja amiga del equipo, pues ha visto el avance de la escuadra al ser la actual DT del Manchester United Femenil.
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En la temporada del 99-2000, las Blues dejaron atrás las competiciones locales y avanzaron a las regionales. Allí ganaron dos copas y una liga. Incluso, tuvieron una ceremonia en el Stamford Bridge donde pudieron presentar sus trofeos.
Además, ascendieron a lo que antes era la Premier League del Sur. Gracias a sus logros, obtuvieron fondos que les permitieron contratar a un fisioterapeuta, a un preparador físico y a otro entrenador.
Tres años después, aún con deficiencias económicas, y con la reciente pena de que en un juego de visitante contra el Middlesbrough cinco jugadoras no pudieron asistir por no tener los suficientes recursos, el Chelsea decidió que financiaría al equipo femenino. Esto, a través del departamento de “Futbol por la comunidad”, y con la llegada de Roman Abramovich a Londres.
La puesta en escena del ballet azul
En la edición de 2005-06 de la FA Women’s Premier League National Division, la primera división del futbol femenino hasta 2010, Shaun Gore llegó a estar al mando del equipo y se mantuvo en él hasta 2008, cuando Steve Jones lo reemplazó. Jones no duró mucho en el cargo y en enero del 2009, Casey Stoney volvió con las Blues y fungió como jugadora y entrenadora al mismo tiempo.
No obstante, la exseleccionada nacional tampoco pasó una gran temporada en la dirección técnica y Matt Beard se encargó del equipo londinense. Él ayudó a que el Chelsea Ladies llegara a su primera final de la FA Women’s Cup en 2012, aunque cayó en la tanda de penales. La situación económica mejoró gracias a la intromisión de John Terry y, también, el equipo pasó a ser de los ocho fundadores de la FA Women’s Super League, la máxima categoría inglesa desde 2011.
En julio del 2012, Beard dejó de ser DT del Chelsea y dio paso a la era de Emma Hayes, su actual entrenadora. De la mano de la inglesa, las Blues han vivido su mejor época en toda su historia. En 2014 calificaron, por primera vez, a la Champions Femenina, y un año después, ganaron la FA Women’s Cup y la liga, por lo que consiguieron su primer doblete. Esto lo volvieron a repetir en la temporada 2017-18, donde llegaron hasta semifinales de la Champions.
La nueva etapa de las londinenses repercutió hasta en el nombre: dejaron de ser “señoritas” (Chelsea Ladies) y empezaron a ser “mujeres” (Chelsea Football Women). “Es algo que pasará a la historia, de que ahora se hable de nosotras de manera igualitaria. Esto es algo que el club quiere alcanzar, la igualdad, y hay que tener el lenguaje para representar eso también”, dijo para la BBC Hedvig Lindahl, ex portera del conjunto y actual del Atlético de Madrid.
La apuesta del Chelsea por el futbol femenil en la última década, ha sido impresionante. Los triunfos en su liga, copa y Champions han reflejado su disposición por colaborar en el desarrollo del deporte a nivel mundial. En 2020, por ejemplo, siendo campeonas de la FA WSL, ficharon a Pernille Harder, la capitana de la Selección Danesa y exdelantera del Wolfburgo. Su transacción fue de nada menos que de 350,000 euros, lo que la convirtió en el fichaje más caro en la historia.
Hoy por hoy, el Chelsea está en lo más alto de todo el continente. Marcha en la primera posición de su liga y con miras al bicampeonato. Además, este domingo avanzó a la final de la Champions League tras vencer al Bayern Múnich. Futbolistas como Pernille Harder, Samantha Kerr, Fran Kirby, Ji-Son Yu, Millie Bright, entre otras, así como la cabeza del equipo, Emma Hayes, conforman una plantilla que tiene sed de conquistar toda Europa.
La institución londinense ha desafiado sus propios retos desde dentro del club. Ahora, gracias al interés, convicción, apoyo e inversión en la escuadra femenil, está a un juego de presumir ser el segundo equipo inglés de ganar la liga de campeonas. Está a solo 90 minutos de hacer historia pero con un siglo detrás de desarrollo. El Chelsea, se encarga de escribir su destino.
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Por: Samantha González Silva / @ssmanthaglez