¿Qué significa grandeza? El concepto parece demasiado subjetivo. Por ejemplo, Uruguay tiene una extensión territorial de 176 215 km², si lo comparamos con los 1 973 millones de México, Uruguay es ínfimo. Vamos, Montevideo cuenta con una extensión de 200 km² y la CDMX con 1 458 km². Por donde lo veamos, Uruguay no puede ser un país “grande”. Sin embargo, si vemos las leyendas que este pequeño país le ha brindado al futbol, Uruguay no solo es grande, es colosal. Estoy completamente seguro que Álvaro «el Chino» Recoba aportó muchísimo a Uruguay y a la garra charrúa.
El Chino, un hijo más de la garra charrúa
Álvaro Alexánder Recoba Rivero, mejor conocido como el chino, nació en Montevideo, ciudad que lo vio florecer como futbolista, ya que Recoba inició su carrera en Danubio, equipo en el que debutó a los 17 años ante Defensor Sporting. Bastó un solo año para que migrara a uno de los clubes más grandes de Uruguay, Nacional de Uruguay, donde en poco tiempo (se mantuvo de 1996 a 1997) se convirtió en el goleador del equipo y una promesa lista para demostrar la grandeza de Uruguay en Europa.
En 1997, todo se alineaba para que Recoba llegase a Italia. Sandro Mazzola, una de las leyendas indiscutibles de Inter de Milán, lo vio jugar, y en cuanto revisó sus estadísticas con Nacional, supo que su calidad en el frente ofensivo era indudable. Mazzola vio en el jugador una capacidad de regate y golpeo de balón que pocas veces se ve en alguien que aún no supera los 20 años. Por lo tanto, el tope de su talento aún no llegaba. Esa fue la apuesta de Mazzola, pero sobre todo de Massimo Moratti, quien se encargó de concretar el fichaje que rondó los 17 millones de euros.
El uruguayo lo había logrado, llegó a uno de los equipos más grandes de Italia. Sin embargo, no sería sencillo consagrarse, pues Recoba llegó a un club donde competía con el fenómeno Ronaldo (quien portaba el 9) y con otra leyenda sudamericana, Zamorano (quien portaba el 9+1). Por lo tanto, las oportunidades fueron pocas. Otro factor que los medios italianos aseguraban no lo hacía brillar era su estatura -Recoba mide 1.76 cm-.
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Por esta razón fue prestado a Venezia, club donde Recoba demostró su calidad con goles y asistencias. 11 goles en 19 partidos marcaron su regreso al Inter de Milán. Su retorno a Milán fue por la puerta grande, ya que Recoba se convertiría en el jugador mejor pagado de Italia. Durante su segunda etapa, el Chino marcó más 60 goles. Con Inter, Recoba ganó dos ligas, dos Copas de Italia, dos Supercopas de Italia y levantó una orejona de Champions League.
Durante los 11 años que se mantuvo en Italia, el Chino compartió vestidor con Zanetti, Crespo, Iván Cordoba, Figo, Baggio y Dejan Stankovic, entre otros. Por si fuera poco, el uruguayo se afianzó como uno de los mejores cobradores de tiro libre de Italia.
El retorno del chino, el amo de los goles olímpicos
Después de las glorias con Inter, Recoba jugo para Torino y después en Grecia para el Panionios. Para algunos, su carrera se encontraba en el final, sin embargo, el chino tomó un segundo aire en Danubio donde todo comenzó. Al igual que durante su primera experiencia, Recoba se mantuvo un año con el club.
En 2011, cual déjà vu, fichó por Nacional, escuadra en la que se mantuvo hasta 2015. Jugó 84 partidos y marcó 18 goles, entre los que destacan los anotados contra Peñarol, específicamente, el gol del Apertura 2015. Al minuto 94, el chino con toda la experiencia y calidad que tenía aún su pierna izquierda, se paró frente al balón. Lo que siguió fue un gol de tiro libre que le dio la victoria a Nacional frente a Peñarol.
Esta gesta seguramente queda en la memoria de todos los aficionados de Nacional, aunque algo que también deben recordar/extrañar son los cobros de tiro de esquina. Eran muchas cosas la que Recoba era capaz de hacer en el campo, pero los goles olímpicos ocupan un lugar especial. Durante su carrera marcó más de 5 goles desde el tiro de esquina, algo que no parece sencillo, mucho menos probable que vuelva a suceder. Cuando vemos los vídeos de Recoba pensamos que es posible siempre y cuando tengas garra.
En pocas palabras, el Chino Recoba no fue un jugador más dentro de la estadística de un país. Recoba, al igual que gran parte de los uruguayos que han irrumpido en Europa, demostró con la calidad de sus pies que la grandeza no se mide en expansión territorial; la grandeza se mide con el trabajo y esfuerzo, mismos que te otorgan el reconocimiento. No hay otra forma.
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Por: José Macuil García / @J_Macuil