El conflicto bélico que azota a Siria desde 2011 ha provocado una gran crisis humanitaria entre la población. La cotidianidad de la vida ha sido manchada por la violencia e incluso al futbol le han pasado factura con esta guerra.
Desde que iniciaron las protestas contra el régimen sirio, futbolistas profesionales fueron torturados y asesinados por el gobierno de Bashar-Al Assad tras oponerse a su mandato. Otros tantos perecieron dentro del conflicto en calidad de soldados rebeldes o civiles muertos por bombardeos.
Sin embargo, hubo jugadores y entrenadores que salvaron su integridad al buscar asilo en países europeos después una larga y peligrosa travesía. De igual forma la Liga Premier Siria se mantuvo sin interrupciones, a pesar del conflicto armado.
Las ciudades de Damasco y Latakia fungieron como únicas sedes de la liga hasta 2017 cuando Alepo, en manos del régimen, volvió a tener un partido de futbol profesional. Por sanciones de la FIFA y de organismos internacionales se prohibió que el país tuviera juegos de talla internacional.
A pesar de esto, Malasia, como anteriormente lo había hecho con Palestina, le extendió la mano al combinado sirio para buscar su boleto a Rusia 2018, mismo que perdió en última instancia contra su similar de Australia.
La guerra es el peor de los males que acompaña al hombre, sin embargo, el futbol en Siria busca mantenerse y dar una desahogo a tantos años de violencia y muerte.
Por: Manuel Vázquez Laguna