Las letras y el futbol no son una alianza rara. Si bien no es la norma, no es difícil encontrar grandes nombres vinculados a la pelota. Ryszard Kapuściński y su “La guerra del fútbol y otros reportajes” dan testimonio de ello. El Premio Nobel también cuenta con figuras que encuentran en el balón y el mundo que lo rodea, un pretexto para contar historias. Por ejemplo, Peter Handke es el galardonado del año 2019 y entre sus obras podemos encontrar «El miedo del portero ante el penalti» (o «El miedo del portero al penalti», dependiendo de la traducción).
Peter Handke: el miedo del portero ante el penalti
El texto vio la luz en 1970 y fue traducido al español hasta 1990. La historia se centra en Bloch, un ex portero que trabaja como mecánico y termina por perder su trabajo. Poco después de que esto suceda, el protagonista de la novela estrangula a una mujer y comienza una “huida”. Lo que más llama la atención, es que justamente la huida no es tal. El personaje principal se ve atravesado por una completa abulia: la ausencia de deseo o motivación alguna, son la constante en el camino del ex cancerbero
Un ejemplo perfecto de esto es justamente la forma en la que comete el asesinato, que inmediatamente genera reminiscencias a otro homicidio célebre en el mundo de las letras: el realizado por Meursault al inicio de la novela “El Extranjero” de Albert Camus. No hay razones. Aunque a su alrededor comienzan a aparecer señales de persecución debido al crimen que cometió, es claro que no está huyendo. Hay más un sentimiento de hartazgo que de desesperación o temor a lo largo de la obra.
Si bien «El miedo del portero ante el penalti» no es necesariamente el texto más célebre de Peter Handke, sí se encuentra entre los más aclamados de su obra. Para 1970 la historia de Bloch fue llevada al cine de la mano de Wim Wenders (con quien Peter Handke ya había trabajado un año antes, en la realización de “Tres LP’s americanos”). Handke mismo se hizo cargo del guión.
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Debe decirse que esta historia no tienen al futbol como epicentro, sino que más bien encuentra a la pelota como algo anecdótico. Sin embargo, es difícil pensar en la novela del escritor austriaco con un centro, además de la ausencia de deseo de su protagonista. La ausencia de una fuerza que motive al protagonista es lo que constituye la columna de la historia. El más mínimo interés terminaría por desmoronar esto.
Además de escribir novelas, Peter Handke se dedica al teatro, la poesía, el ensayo y ha realizado guiones de cine además de dirigir películas. En cuanto a su vida pública, es famoso por denunciar el retorno de la extrema derecha en su país, el cual terminó por abandonar luego de que en 1986 salieran a la luz los vínculos del entonces presidente Kurt Waldheim con el nazismo.
Por: Alberto Román / @AlbertoRomanGar
