Israel Solorio, uno de los fundadores del Ritual del Kaoz –barra no oficial del América-, platicó con Apuntes de Rabona sobre la fundación del grupo, los males del futbol moderno y cómo el futbol mexicano se ha visto afectado por distintos poderes.
¿Cómo se crea El Ritual del Kaoz?
El Ritual del Kaoz surgió como una fractura al interior de La Monumental, barra oficial del Club América. En el 98-99 surgieron las barras en el futbol mexicano, quitando a la Ultra Tuza que surgió años atrás. Los clubes vieron la oportunidad de tener un grupo de animación que les permitiera vender en las pantallas un producto y apoyaron a estos grupos.
En esa generación nacieron los Libres y Lokos (Tigres), La Adicción (Monterrey), La Rebel (Pumas), y en el América surgió La Monumental, de la cual yo fui parte. Aunque aclaro que no desde su concepción, ese es mérito de otros, pero sí estuve ahí desde los primeros partidos. A partir de ciertas diferencias con el fundador de La Monu, surge la idea de crear El Ritual del Kaoz para generar estructura que no estuviera controlada por el Club América.
Recuerdo mucho una anécdota, cuando ya nos estábamos empezando a dividir entre El Ritual y La Monu, que el entonces encargado de tener contacto con las barras, Enrique del Castillo -si no me equivoco- quería que pusiéramos una manta en la cancha del Estadio Azul que dijera Goles por la educación, Televisa. Yo le dije que no, y después de eso vetaron mi entrada a las instalaciones del Club.
Lo que quiero decir es que El Ritual del Kaoz surgió como una forma de decir Somos americanistas y este americanismo está desligado de Televisa. No tiene por qué haber un vínculo. Con los años mis ideas fueron madurando en torno a lo que tenía que ser un club de futbol social, y pues también las ideas de la barra se fueron encaminando hacia otro lado.
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Yo recuerdo mucho la ruptura. Había un cansancio hacia el líder original de La Monumental porque era jerárquico. Yo tenía la idea de impulsar una mayor horizontalidad y fui apoyado por un grupo de gente junto a la cual formamos una fracción dentro de La Monumental. Fue un movimiento contestatario, y empezó a revolucionar a la propia Monumental con trapos como La Tremenda Monu.
Las tensiones fueron aumentando hasta que se decidió dar la ruptura. Para mí un momento que marcó un antes y un después fue un partido de visita Pumas-América en el que La Rebel nos superó y El Ritual del Kaoz decidió que teníamos que ganar la centralidad de la afición del América. Ahora, el tema con El Ritual del Kaoz es que se fue consolidando en un movimiento compuesto por muchos barrios de la Ciudad de México, de otros estados de la República e incluso con filiales en otros países, principalmente en Estados Unidos.
Entonces el Ritual del Kaoz se volvió un monstruo de mil cabezas que nadie controla.
Es un monstruo de mil cabezas y desgraciadamente no todas se mueven en la misma dirección. No se mueven en la misma dirección porque en la horizontalidad estaba la esencia misma del Ritual. Hubo quienes lo entendieron y quienes no. También es cierto que hay mucho males del Ritual que son simplemente un reflejo de la sociedad mexicana.
Por ejemplo, te asomas a ver la organización de la barra y se nota claramente el papel secundario que tienen las mujeres. Pero el machismo no es un problema exclusivo del Ritual, sino extensivo a toda la sociedad mexicana. Un gran recuerdo que tengo del estadio de Sankt Pauli es ver a las mujeres punk organizando la entrada a la tribuna de los Ultras Sankt Pauli. En las tribunas del futbol mexicano hacen falta más mujeres con peso organizativo.
¿Es oximorónico decir que eres del América y al mismo tiempo ser una persona de oposición?
Yo creo que no. Cualquier estudio sociológico te dice que la forma en la que se transmite el amor a un club es principalmente a partir de los vínculos familiares. Es decir, la televisión sí tiene un papel en la popularidad adquirida por los clubes. Pero, en el fondo, la transmisión del amor a los colores está en el vínculo familiar, entonces es como una extensión de lo familiar. Yo no creo que sea oximorónico. Al final del día, el club de futbol América es una institución social y como tal, los aficionados también nos apropiamos de esta institución.
Desgraciadamente, el propietario del Club América es Emilio Azcárraga, pero ello no impide que las tardes más alegres de mi vida las haya pasado en el Estadio Azteca, aún sabiendo el daño que Televisa le ha hecho a la sociedad mexicana. El Club América nació antes que Grupo Televisa y seguirá estando cuando el grupo Televisa caiga, lo rescatarán sus hinchas.
¿Y al final, por qué te saliste del Ritual?
En lo personal porque tengo una vida, tengo un trabajo, una lucha política que va más allá del estadio. Y también entiendo que una barra, cualquiera, te implica mucho tiempo.
Entonces tú no puedes criticar si no estás dispuesto a hacer.
Lo que me tocaba era hacerme a un lado, porque yo tengo una idea de organización que implica hacer política desde las tribunas de futbol. Mi visión es usar la fuerza social del futbol para buscar cambiar la sociedad. Para mí esto no es contradictorio con la pasión del futbol. Al contrario, la hace mayor pues implica algo más grande, pero entiendo que no todos lo vean así. Algo que siempre digo es que a mí no me interesa tener el control de la barra.
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A mí lo que me interesa es recuperar el control del club para la gente. Es una lucha política que va más allá del control de uno o dos barrios. Lo que me gustaría es un cambio en la forma de pensar del americanismo. Par mí, la barra representaba una forma de expresar un americanismo alternativo. El primer fanzine que sacamos se llamaba América Klandestina… para mi eso era El Ritual del Kaoz.
Lo que se ha convertido ahora… tengo poco que decir porque ya no soy parte, para mí El Ritual del Kaoz tiene que ser la representación del americanismo popular y qué mejor que un americanismo popular organizado… sí, también políticamente.
¿Qué representa el América para México?
El América es el club de futbol más grande de México. Es el más ganador y también el más popular. Esto es algo que le costará mucho aceptar a la gente de Pumas, a la gente de Chivas, pero tú vas al estadio Azteca y te encuentras representada a la complejidad de la sociedad mexicana.
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Basta de falsos antagonismos, el Club América no sólo cumple cien años de grandeza, sino también de ser el club más popular de México. Y con popular me refiero a su sentido más amplio, le guste o no le guste a la gente de Televisa. Aunque ellos vean a los aficionados simplemente como consumidores de su producto, nosotros vemos al Club América como una parte de nosotros, de nuestras vidas, y eso es algo que esos empresarios nunca entender.
No veo porqué el futbol y la política tienen que estar peleados. Yo lo que les diría a todos esos que critican el mezclar futbol y política que el futbol ya está politizado, ya está secuestrado por un sector que es el mismo que tiene secuestrada la política en México. No pensemos que hacer política en el futbol es malo.
No nos quedemos con que este es el futbol que nos tocó, sino que luchemos por el futbol que queremos, que es un futbol popular y, de paso, luchemos por una sociedad más justa y equitativa. Repito, se trata de encaminar el potencial social del futbol hacia objetivos que pasan por, pero van más allá, del futbol.
Por: Bernardo OV / @bernaov