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Ellie Carpenter

La trayectoria de Ellie Carpenter inició como la de muchas niñas que hicieron del futbol su profesión. Veía a su hermano Jeremy, dos años mayor que ella, con el balón y después, ella también lo tomó. Al principio jugaba con solo varones, en Cowra, Nueva Gales del Sur, en Australia. Y aunque aquí no hay mucha diferencia con la historia de otras futbolistas, es que Ellie, a los 15 años, ya representaba a Australia en la selección absoluta.

Un camino por recorrer

Carpenter nació un 28 de abril del 2000 y a los 12 años de edad halló en el futbol una actividad para dedicar su vida. A esa edad, su familia decidió mudarse a Sídney, debido a que los traslados sobrepasaban la situación. A la semana, la familia de Ellie dedicaba alrededor de 20 horas en viajes en automóvil para llevar a la joven defensa a sus entrenamientos.

“Siempre fue muy ajetreado en el auto cuando manejábamos 100, 200 o 300 kilómetros para que yo entrenara o jugara”, dijo la australiana. En los trayectos, donde incluso la llegó a acompañar su abuela o su hermano, trataban de amenizarlos con juegos en el carro. Las preguntas de cultura general o los quizzes musicales hacían menos tediosas aquellas horas, en búsqueda de cumplir su sueño en el césped.

Su familia, entonces, prefirió dejar la granja en donde vivían y llegaron a Sídney. La jugadora recuerda que sus padres apostaron por su carrera sin presionarla. Incluso, Ellie asegura que de haber fracasado, ellos nunca se hubieran arrepentido. Razón por la que la asiática está eternamente agradecida con ellos. 

Talento en nuevo siglo

Realizó sus estudios en la escuela Westfields Sports High School y a los 14 años de edad fue llamada a la categoría sub-17 de la Selección Australiana, esto para disputar la clasificación del campeonato femenino sub-16. Un año después, jugaba ya para Western Sydney Wanderers y fue convocada a la selección mayor de Australia. Ellie solo tenía 15 años de edad y era la única jugadora -entre hombres y mujeres del representativo- que había nacido en este siglo y ya defendía a su país. 

Su talento en la defensa, en mezcolanza con dotes ofensivos la llevaron a disputar el preolímpico rumbo a Río 2016. “Fue un día muy emocionante cuando me dijeron que iba a empezar. Estaba muy nerviosa, pero fue entonces cuando realmente pude pensar: ‘Todo ha valido la pena. Ha valido la pena’. Sentí que estaba viviendo el sueño”, compartió Ellie. También recordó que la camiseta con la que debutó está enmarcada en la casa de su familia.

En agosto de ese año, Carpenter, de 16 años ya, disputó sus primeros Juegos Olímpicos. Además, se convirtió en la futbolista más joven en llegar a la justa olímpica. A pesar de que cayeron en cuartos de final contra Brasil, nadie le quitó a Ellie la experiencia que adquirió. Desde entonces, no ha dejado de ser una jugadora imprescindible en el cuadro de las Matildas

Seguir el camino

En 2017 fichó por el Canberra United y aunque es defensa, en su primera temporada con ellas, marcó dos goles y dio dos asistencias. En dicha contienda obtuvo el mérito como la mejor Joven Futbolista del Año. En su segundo año, también anotó dos tantos y volvió a ganar dicho premio de manera consecutiva.

Para febrero del 2018, el club estadounidense Portland Thorns anunció la llegada de Ellie como refuerzo. “[Carpenter] tiene una gran capacidad técnica con una actitud de ataque que se sumará a nuestro juego desde la parte de atrás. Su mentalidad ganadora para mejorar y competir la convierte en una gran incorporación a nuestro grupo”, dijo Mark Parsons, técnico del equipo.

Allí, la defensa volvió a batir un récord al ser la futbolista más joven en debutar en la National Women’s Soccer League con 18 años y 11 días. Asimismo, 22 días después de cumplirlos, se convirtió en la jugadora con menor edad en anotar gol en la NWSL. Durante su paso en Thorns, Ellie fue titular en 16 partidos de 19 y en su primera temporada llegó hasta la final, aunque no logró consumar el título. En su segunda campaña, comenzó en la misma cantidad de juegos como titular, pero perdió en semifinales.

Consolidación

Con su selección, Carpenter fue fundamental para llegar a Francia 2019. Este fue su primer Mundial. Las Matildas avanzaron en la fase de grupos, pero cayeron ante Noruega en la tanda de penales en octavos. La zaguera admite que en todos los certámenes que compiten de manera internacional los buscan ganar. “Pero por la forma en que aparecimos en los grandes torneos, tenemos que ser mejores en eso. Quedar fuera en penales nunca es divertido. Tenemos que asegurarnos de que eso nunca vuelva a suceder”, agregó la australiana.

Tras el Mundial de Francia, Ellie volvió a su país, ahora a defender la playera del Melbourne City en calidad de préstamo por una temporada. En esta, se consagró campeona de la W-League y causó que el Melbourne se convirtiera en el primer equipo en tener cuatro títulos. Asimismo, debido a su edad, la volvieron a nombrar como Joven Futbolista del Año.

En junio del 2020, el Olympique de Lyon se convirtió en su nueva casa. El club francés, catalogado como el mejor del mundo, acogió a la zaguera Carpenter. A los pocos meses de su llegada, las europeas llegaron a la final de la Champions League Femenina y alzaron su séptimo título al vencer al Wolfsburgo. Aunque Ellie no participó en la contienda, debido a que estaba en la banca, sí fue parte del equipo que conquistó otra copa de Europa. 

Juventud y experiencia

La futbolista fue nombrada la jugadora #88 de las mejores 100 del planeta por The Guardian en 2019 y la mejor jugadora de Asia del 2020. Además, es una pieza elemental en las Matildas y ha militado en los mejores equipos de tres continentes. Ellie recuerda que, al inicio de su carrera, marcaba en un mapa del mundo los lugares en donde había jugado. Después de seis años perdió la noción de hacerlo.

Su contrato con las francesas era vigente hasta el 2023, año en el que Australia será uno de los anfitriones del mundial femenino. “Estoy muy emocionada de empezar de nuevo, esta nueva temporada es importante para progresar como jugador y, con suerte, en 2023 estar en la mejor forma”, declaró Carpenter en tanto llegó a su nuevo equipo.

Un descanso

Parece que una mala broma del destino le puso a Ellie una de las pruebas más difíciles de su carrera. Cuando estaba por ganar su segunda Champions League, esta vez contra el Bacelona en 2022, se rompió los ligamentos cruzados. En entrevista, confesó que contó los meses que tendría que detener su carrera: 14 y medio antes del Mundial.

Aunque esta es de las lesiones que más juegan en contra de las futbolistas, para Carpenter significó un descanso obligatorio y -casi-, merecido. Tenía 6 años sin tener ni una semana libre entre las prácticas del Lyon y Australia. Al final, sirvió para recuperarse y descansar unos meses antes de la Copa del Mundo.

El nivel del Olympique

Pertenecer a un equipo élite del mundo ha permitido que Ellie experimente la dificultad de mantenerse en uno. Ha comentado que los entrenamientos son más complejos y que la competencia interna exige ganar cada juego, por mínimo que sea. Además, reconoce que el Olympique es uno de los mejores porque trata a las jugadoras como a los varones. También les exigen hablar francés, por lo cual la lateral derecha toma tres clases por semana de este idioma.

La futbolista sabía que era el momento de dejar su zona de confort y llegar a Europa. Destaca su maduración, personal y profesional, y aún observa a la pequeña Ellie, que hace no más de diez años, viajaba 20 horas a la semana para entrenar en equipos juveniles. Hoy, Ellie sigue en la cima del mundo, es una referente de las Matildas, es el presente y futuro de su club, del futbol femenino, y solo tiene 23 años.

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Por: Samantha González Silva / @ssmanthaglez

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