El catorce de diciembre de 2000, tras buscar de manera persistente algún equipo que pudiera apoyarlos con el tratamiento hormonal necesario que necesitaba el pequeño, la familia de Messi llegó a su objetivo. Luego de una serie de complejas negociaciones, el Barcelona fichó al rosarino. Todo quedó pactado en una servilleta, que sirvió de contrato para el pequeño Lionel que entonces tenía doce años. La de Messi es una historia de ensueño que transformó el juego: el chico pequeño con problemas para crecer que irónicamente terminó por ser uno de los más grandes en la historia. Sin lugar a dudas es toda una inspiración para miles de niños y niñas. Paradójicamente abrió la puerta a la explotación infantil en el futbol.
Sin embargo no solamente inspiró a los chicos, también despertó una vorágine de cazadores de talento que vieron cómo un contrato en una servilleta terminaba en un futbolista de costo estratosférico. Todo chico con talento podría devenir en un futuro astro. Esto implicaba mucho dinero. Por si fuera poco, esto cambio la concepción del futbol infantil, aquí el análisis de Marion Reimers sobre el tema.