Hay una cultura que inunda las calles de Ciudad Juárez, que mezcla a un mismo compás las tradiciones mexicanas con el espíritu cosmopolita de la frontera y funda el esquema mediante el cual el futbol surge en la zona. A mediados del siglo XX, Juan Rulfo describía en Paso del Norte todo un micro-cosmos que hoy es más un recuerdo, una memoria.
La situación actualmente es grave. Datos oficiales y de ONG´s y son sorprendentes: la inseguridad sigue marcando la pauta en Juárez. En Chihuahua, de acuerdo a los datos del Semáforo Delictivo las cifras hablan aproximadamente de 171 homicidios sólo en el mes de abril de 2019. Habría que considerar que muchos casos no se denuncian, con lo cual los números probablemente crecerían.
Bajo este código se fusiona el futbol como sujeto político y social, entre la violencia y el clamor. La realidad mexicana no se compone de justos medios, sino todo lo contrario. Queremos en demasía y nos entristecemos fácilmente; con el balompié sucede lo mismo.
De ahí que sea propio voltear a ver a través de los Bravos de Juárez la construcción social que establecen en un espacio urbano de transición, modelo efímero de la industria que ha permanecido, pese a los embates de inseguridad.
David Harvey, el teórico social, plantea la desigualdad en la distribución como la condición fundamental para que el capital sostenga un ingreso activo. Eso explica en gran medida el despojo de derechos laborales en las maquiladoras, que conjunto a la corrupción y la represión son el pan de cada día.
Así con este clima los juarenses viven su rutina, esperando el siguiente partido y soñando con el ascenso -o vuelta a Primera por otros medios- de sus Bravos.
El abrupto regreso. ¿Quién es Alejandra de la Vega?
Los Bravos regresaron para el Apertura 2019 del torneo mexicano gracias a la compra de la franquicia poblana de Lobos BUAP. La institución nació a raíz del descalabro de los Indios en 2011. F.C. Juárez debutó en la Liga de Ascenso en julio de 2015 -justo en un partido contra el equipo de la Benemérita-.
En su primer torneo (Apertura 2015) quedaron campeones. Sin embargo, perdieron la final de ascenso 2015-2016 ante Necaxa, escuadra que había conquistado el Clausura 2016. Hoy mágicamente, los Bravos se encuentran en Primera División.
Según El Financiero, De la Vega es la primera dueña de un equipo en el máximo nivel. Desempeña el cargo de secretaria de Innovación y Desarrollo Económico de Chihuahua desde 2016.
Fundó el club en 2015 y es socia mayoritaria. Su familia siempre ha tenido relación con el futbol, pues eran dueños de las Cobras de Chihuahua en los años noventa, escuadra que jugó incluso en la Primera División.
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¿Cuál es el propósito de F.C. Juárez? No hay atajos a la felicidad
La apuesta del F.C. Juárez de cambiar la estructura solo por la construcción de un equipo efectivamente brinda esperanza a la gente, pero no contribuye a la transformación social del Norte y sobre todo de Chihuahua.
Alejandra de la Vega, dueña del equipo, comentó en el ya lejano 2016: «Para nosotros el objetivo es muy claro, vemos al futbol como un vehículo para que la ciudad crezca». Lamentablemente, en ese entonces el vicepresidente del equipo no era otro que Álvaro Navarro Garáte, ex secretario de Economía del Gobierno del estado de Chihuahua.
Por otra parte, la idea de que solo un elemento sea el articulador de la seguridad y el crecimiento de una población cae en una paradoja que el mismo pensador francés Michel Foucault resolvió: «la cuestión fundamental es la economía y la relación económica entre el costo de la represión y el costo de la delincuencia». Por lo tanto, no es propio solo de un elemento, ni mucho menos del impacto que pueda ocasionar dentro del ámbito juarense, sino más bien de la forma en que se estructura la economía del estado de Chihuahua y de la ciudad.
La esperanza, el motor de la revolución
Desde el cambio del uniforme y el abandono del rojo y el blanco que pertenecían al F.C. Indios, es llamativo que los colores de los Bravos son muy parecidos a los del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Al menos ese verde que se cuela en el escudo tiene tintes institucionales, pero de acuerdo a las anécdotas que algunos hinchas narran, esto no es ningún impedimento, pues se niegan a ondear las banderas de ese color en específico y salen alentando a su escuadra.
Otro caso de estos se dió cuando en mayo de 2016, las fechas del debate entre candidatos a la gubernatura de Chihuahua se empalmaba con un partido de los Bravos. La protesta del hoy gobernador Javier Corral no se hizo esperar y quedó evidenciado el interés por desinformar a la población. Sin embargo estos nexos no impidieron que la gente tome como suyo al club.
En una ciudad tan castigada como lo es Juárez, foco predilecto de la guerra contra el narcotráfico que entabló Felipe Calderón durante su sexenio (2006-2012), el futbol se vislumbra como un punto de eclosión en donde la esperanza se vuelve efectivamente el motor de una revolución.
No hay jerarcas, solamente jugadores, no hay ausencias sino presencias que demandan justicia y equidad cuyo punto de encuentro se da en la cancha. Son héroes trágicos como los personajes de Rulfo los que visitan las gradas del estadio. Allí donde sucede la función elíptica de un sueño que sueña con la Primera División.
Hoy está en Primera un club que pertenecía a la Segunda División. F.C. Juárez acabó el Clausura 2019 en el penúltimo sitio (14 de 15). Nuevamente, en el futbol nacional se premió el capital y se desprecia al mérito deportivo. ¿Le queda a la Liga Mx un resquicio de legitimidad?
Por: Redacción