Club Social y Deportivo Villa Calzada, ubicado en la localidad de Rafael Calzada. Adentro se encuentra un pequeño salón de futbol de sala, pero que se utiliza para un formato llamado “Baby futbol”.
Es ahí donde se enfrentan equipos de cinco contra cinco, que cuelgan fotografías de un pequeño al que le encantaba deleitar con su magnífico juego. El comienzo de la historia de uno de los mejores futbolistas de la última década del Siglo XX y la primera del Siglo XXI. Permanecen los recuerdos de Fernando Redondo.
La magia en los botines
Fernando Carlos Redondo Neri, después de jugar en el Club Social y Deportivo Villa Calzada, pasó a jugar en Talleres de Remedios de Escalada, a los diez años de edad su padre lo llevó a la cantera de Argentinos Juniors, donde sin duda alguna dejó una sobresaliente impresión.
Fue con el club de “La Paternal” que tuvo su debut con tanto solo 16 años de edad en un encuentro frente a Gimnasia y Esgrima en 1985. Las destacadas cinco temporadas en las que formó parte del club fueron el motivo perfecto para emigrar al futbol europeo.
El ojo de Valdano
Fue precisamente su compatriota argentino Jorge Valdano quien se fijó en él y le llevó al Tenerife durante su primera etapa como director técnico. Fue con el conjunto de los blanquiazules donde elevó su nivel de una manera superlativa.
Su velocidad, visión de juego, maravillosos regates y un impresionante control del balón fueron algunas de las habilidades que más destacaron del argentino.
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Fueron sus impecables actuaciones con el conjunto de Tenerife las que respaldaron su convocatoria a la selección nacional de Argentina. Escuadra con la cual disputó la Copa Confederaciones en 1992 (en ese momento conocida como Copa Rey Fahd) y donde fue galardonado con el Balón de Oro al mejor jugador del torneo.
Conflictos con la albiceleste
Redondo solo disputó un total de 29 ocasiones con su selección nacional, entre los que destacan la previamente mencionada Copa Confederaciones y la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994. De igual manera se coronó campeón de la Copa América Ecuador 1993.
A pesar de ser uno de los más brillantes jugadores con los que podía contar el cuadro argentino, Fernando no volvió a ser convocado debido a su enfrentamiento con el entonces estratega de la selección: Daniel Passarella.
El entrenador obligó a todos los jugadores a acudir a la convocatoria con un corte de cabello corto. Durante esa época, “El príncipe” movía el balón junto con su característica melena la cual se rehusó a cortar sin importar que.
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«Lo comprendo y lo respeto pero el pelo es parte de mi personalidad. Soy jugador de fútbol, pero antes de eso soy una persona y me siento bien así». Comentó Redondo. También se pronunció al respecto Diego Armando Maradona, quien declaró que era “una estupidez” y que Argentina tenía suerte de contar con un jugador como Redondo.
Consagración en La Casa Blanca
Fue el mismo Valdano quien solicitó su fichaje, ahora como estratega del conjunto blanco. Fernando estremeció el Estadio Santiago Bernabéu con un magnético juego que enamoró a todos los hinchas merengues.
Con el conjunto blanco ganó: dos títulos de Primera Liga Española, dos Champions League, una Supercopa de España y una Copa Intercontinental.
Un trabajador incansable
Para finalizar su carrera, el argentino fichó con el Milan, equipo con el que lamentablemente no pudo demostrar su potencial como le hubiera gustado debido a frecuentes lesiones de rodilla.
A pesar de esto ayudó a los rossoneri a conseguir más títulos entre los que destacan: Un Scudetto, una Champions League y una Copa de Italia.
Su amor por el juego fue tanta que a pesar de sus lesiones declaró que “no quería morir sin jugar con la camiseta del Milan” y que no pararía hasta conseguir jugar con ella. Un ejemplo más del sensacional jugador que fue Fernando Redondo.
Por: Mario Badillo / @n7mariobadillo