De pronto el delantero del Mario’s Holanda, equipo de futbol sala, se lesionó y el profe no sabía a quién poner. “Torres -gritó-, quítate los guantes y vete enfrente de esos dos de allá que vas a jugar de delantero”. Fernando no lo sabía, pero en aquel partido se encontraba un scout del Atlético de Madrid, quien después de verlo anotar en un par de ocasiones, preguntó por él y sin dudarlo lo mandó a la cantera de ese equipo; del que muchos años después ‘el niño’ se convertiría en una de sus leyendas.
Infancia
Oliver Atom y Benji Price lo ayudaron involuntariamente; pues Fernando pasaba largas horas del día viendo ‘Los Súper Campeones’. Ese manga lo motivó a seguir los pasos de Israel, su hermano mayor, quien ya llevaba un tiempo jugando de arquero para un pequeño equipo de fut sala de su localidad, en Fuenlabrada.
Cuando Fer le dijo a su padre que lo llevara a entrenar, no dudó ni un instante en aceptar y así, los dos hermanos Torres le dedicaban tres días a la semana a su práctica para crecer y desarrollar técnica futbolística. Aunque era cierto: Fernando se veía más chico de lo que era.
Poco le importaba eso y más cuando se trataba de burlar a los defensores cuando empezó a perfeccionar su posición de punta nominal. Fer anotaba más de dos goles en cada uno de sus duelos y como pieza alevín de la cantera del Aleti siempre sirvió en cada una de las categorías, mismas que fue escalando con el paso de los años.
Sueño colchonero
Solo tenía 17 años de edad cuando Luis Aragonés lo mandó llamar al primer equipo del Atlético. En mayo del 2001 debutó -aunque en Segunda División- contra el Leganés y en menos de dos semanas marcó su primer tanto, a la par de recibir la confianza de ser titular con sus demás compañeros que alineaban en cada jornada.
Su ascenso fue brutal y más si se habla de lo rápido que llegó a ser convocado con su nación desde la categoría sub-16. Fernando Torres ya traía el dorsal ‘9’; número que intentaría usar hasta el último día de su trayectoria.
Un ciclo le bastó en el club colchonero para ser el mejor goleador del equipo y su máximo referente. Además, el retorno a Primera División se consolidó y Torres jugó sus primeros minutos en la Liga Española, en el ya lejano septiembre de 2002; ni más ni menos que en la casa del Fútbol Club Barcelona.
Aventura europea
Dicen por ahí que “el resto es historia”, pero la realidad es que no está demás repasar un poco de todo lo que hizo con sus otros clubes, en donde también fue figura indiscutible.
Con el Liverpool estuvo tres años siendo parte vital del famoso “Spanish Liverpool”, equipo que conformó Rafa Benítez e hizo soñar a sus hinchas con algo más que simples victorias en la Premier League. Siendo Torres su máximo goleador en dos de aquellas tres campañas; llamó poderosamente la atención de Román Abramóvich, quien no dudó en darle su preciado ‘9’ para que se convirtiera en delantero del Chelsea.
Fernando Torres pasó a los libros de historia, por ser el futbolista español más caro en la historia de la liga inglesa y en la de los fichajes del Chelsea, con 50 millones de euros en su contrato de traspaso. Dinero que sería una de las mejores inversiones del zar ruso; pues con él, alzó la caprichosa Liga de Campeones de Europa por primera vez en 107 años.
Después de haberse ganado el corazón de todos los blues; ‘el niño’ pasó por un gran momento como seleccionado nacional, ganando dos Eurocopas y el Mundial de Sudáfrica 2010. Momentos que proyectaron a esa mítica Selección Española, como la mejor de todos los tiempos.
Regreso a casa
Luego de un breve paso como delantero rossonero, llegó a un acuerdo para regresar al equipo que lo formó y del cual quedó enamorado de por vida: su Atlético de Madrid. En enero de 2015, con la ‘19’ debajo de su nombre, el Vicente Calderón se llenó para ver a su niño de vuelta; esta vez, ya convertido en hombre.
Y como gran acto romántico que le pudo dar la vida; su deuda pendiente como colchonero se cumplió, cuando Fer pudo alzar la Europa League, único trofeo que pudo conseguir como delantero del ‘Aleti’.
Fernando Torres dejó colgados los botines tras quemarlos con tantos registros goleadores que hizo a lo largo de 19 años de carrera sobre las canchas. Aquel niño que sus compañeros señalaban de “enano”; creció y se convirtió en el mejor delantero que pudo tener el Atlético de Madrid; pues además de ser su máximo goleador por mucho tiempo: Torres pintó su corazón de blanco y rojo.
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Por: Bryan Trujillo / @BryanKameron