Una estructura se define como: “un conjunto de relaciones que mantienen entre sí las partes de un todo”. En el caso de la búsqueda de la FMF por encontrar al nuevo entrenador de la selección mexicana, hay un problema que parte desde el origen. ¿Qué se espera del nuevo director técnico?
En un escenario ideal, el entrenador debería ser una pieza del organigrama, no la base de la estructura. La insistente búsqueda por un salvador que exprima a los jugadores para sacar hasta la última gota de talento, continúa. La realidad es que se busca que el entrenador cubra más funciones de las que debería. Proteger a un entrenador parte de la fortaleza de una estructura y un plan definido.
Una de las opciones que se toman en cuenta, es la eterna promesa del cambio. Un candidato que seduce con sus ideas y sobre todo porque es el que más se parece a lo que buscaría la Federación. Marcelo Bielsa ha estado ligado al futbol mexicano de forma constante. Su paso por América y Atlas en los noventa dejó buenas sensaciones, aunque resultados deportivos que se pueden cuestionar.
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Su perfil encajaría con un ideal que tienen los directivos: que una sola persona pudiera ser el cambio. Bielsa traería estructura. Su paso por la selección chilena es un claro ejemplo. Puso las bases de un equipo exitoso que conquistó 2 Copas América. El tema es que Bielsa generalmente planta la semilla, pero no alcanza a recoger los frutos. Sus detractores mencionan el Mundial del 2022 con Argentina. Más allá de la pésima actuación en la Copa del Mundo, fue un equipo que probablemente alcanzó su pico antes de lo que debía. En México no debería resultarnos ajena esta situación. ¿O ya olvidamos la Confederaciones del 2005?
Por supuesto que la extraordinaria promesa viene con un precio alto. El carácter y las condiciones de el «Loco”, cuyo apodo se ha ganado a pulso, ponen a más de un directivo a temblar. Además de que hay un impedimento principal con la manera de manejar la selección mexicana desde hace 50 años: el futbol por encima de todo. Las decisiones deportivas están ligadas a lo económico. Será cuestión de ver si la Federación sería capaz de cambiar sus objetivos, con la gran posibilidad de tener que sacrificar ganancias a corto plazo.
¿Los candidatos?
Del otro lado de la moneda se manejan 3 candidatos: Miguel Herrera, Ricardo Ferretti y Guillermo Almada. Los dos primeros ya con experiencia (poco convencional) al mando del “Tri”. El tercero es actual campeón de la Liga MX y con un estilo considerado ofensivo y vistoso. Apostar al conocimiento del medio para poder sacar el máximo potencial del futbolista mexicano.
Ferretti es una anomalía en el medio futbolístico nacional. Un técnico de procesos largos y de continuidad. Una opción light de lo que podría ser Bielsa. Habría incomodidad en algunas decisiones, pero habría puntos de acuerdo. La desventaja es que sus rechazos pasados a la Federación y su declive como entrenador ya le están pasando factura. Herrera tiene como su carta fuerte su buena relación con los futbolistas y su actuación en 2014. La sombra del golpe a Christian Martinoli y su carácter explosivo le juegan en contra.
Por otro lado está Guillermo Almada. Uruguayo, de carácter fuerte y sabe trabajar bien con jóvenes. Ya ha tenido una relación laboral con los grupos Orlegi y Pachuca, aunque no salió de la mejor manera de Santos. Esto le da el impulso de la oposición a las televisoras y al orden establecido. Su opción es atractiva, pero hay intereses detrás que podrían complicar su llegada al banquillo tricolor.
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En los últimos días la opción de un técnico de la Liga MX toma fuerza. Esto también viene acompañado de una lucha interna de poder dentro de la Asamblea de Dueños para darle un rumbo diferente a la selección mexicana. Gatopardismo futbolístico. Habrá cambios para que hacia afuera haya reconocimiento. El objetivo final será mantener los ingresos fluyendo y “Tri” como un producto mediático exitoso. Al final del día esta opción apuesta a calmar las aguas y dejar tranquila, (y con ganas de seguir consumiendo el producto), a la afición.
Sea cual sea la elección, sigue existiendo un problema desde la búsqueda. El entrenador no es una estructura, es una parte de ella. Con el Mundial en “casa” en el horizonte, México busca hacer un papel decoroso. La solución a largo plazo no llegará en este proceso. Tristemente para el aficionado mexicano, que es el que se va a llevar la peor parte, el futbol mexicano aún tiene que cometer muchos errores más para poder aprender de ellos.
Por Patricio Salom / @PatoSalom