Franck Ribéry nunca conoció a sus padres biológicos. Fue abandonado en las puertas de un convento, donde él era el monstruo; le apodaron Quasimodo y Cara cortada. En palabras suyas, forjó su carácter desde los dos años, cuando sufrió el accidente automovilístico que dejó su cara marcada de por vida.
Inicio incierto
Ribéry, también conocido como Bilal Yusuf Mohamed tras convertirse al islam en 2006, nació en Boulogne-sur-Mer, una localidad al norte de Francia con apenas 43,211 habitantes para el 2013. Recién nacido fue abandonado en la entrada de un convento, donde las monjas decidieron adoptarlo y hacerse cargo de él.
Cuando Ribéry tenía dos años, un accidente automovilístico dejó marcado su rostro y también su vida. Él iba en la parte de atrás del carro cuando éste se impactó con un camión, lo que provocó que saliera impulsado. El resultado fue más de cien puntos en el rostro, así como marcas internas que, a esta corta edad, provocaron que el francés forjara su personalidad y carácter; marcas que nunca quiso borrar con operaciones, ni tratamientos.
Aún siendo niño, Franck fue expulsado del convento por revoltoso, aunque realmente peleaba porque se defendía de las constantes burlas. El paso siguiente fue demostrar su talento como futbolista en las calles de Boulogne-sur-Mer, a la vez que trabajaba como albañil para poder comer.
Talento imparable
Su primer equipo profesional fue el de su barrio, el Union Sportive de Boulgone, donde duró dos años. También tuvo un breve paso por el Olympique Alés, el Stade Brestois 29 y el Football Club de Metz. Posteriormente, su destino estuvo en Turquía, vistiendo la camiseta del Galatasaray, pero solo duró seis meses como león.
La partida de Turquía para regresar a Francia e incorporarse al Olympique de Marsella, tuvo complicaciones pues el Galatasaray metió una apelación por el traspaso, pero el TAS dio la razón al Ribéry. De manera inevitable y natural, terminó por llamar la atención de la selección absoluta, misma con la que disputó el Mundial de Alemania 2006, resultando subcampeón.
Baviera como destino
Tras la Copa del Mundo, el Bayern Múnich y Ribéry se encontraron. En 2007, el equipo alemán anunció la incorporación del extremo, aunque nunca se reveló la cantidad del traspaso, misma que se especuló sería la más grande en la historia de la Bundesliga hasta ese momento.
Ribéry y los bávaros fueron uno mismo; Franck fue un monstruo. 120 goles en total en 11 años como rojo; 9 títulos de la Bundesliga, una Champions League, un Mundial de Clubes, una Supercopa de Europa, 4 Supercopas de Alemania, 5 Copas de Alemania y muchos momentos de felicidad para la afición, fue lo que el francés aportó a la escuadra de Múnich.
Todo su carácter, todo su esfuerzo y todo su talento rindieron frutos, pues en el 2013, Ribéry fue nombrado el mejor futbolista de la UEFA, pasándole por encima a Lionel Messi y a Cristiano Ronaldo, con 36 puntos, por 14 del argentino y solo 3 del portugués.
¿Renacimiento?
Imposible para los aficionados del Bayern Múnich, así como para los fanáticos del futbol mundial, no pensar en una dupla de extremos como la de Ribéry y Robben, quienes compartieron nueve años y alcanzaron la gloria en varias ocasiones. En agosto del 2019, el francés tomó la decisión de no continuar en Alemania y partir hacia Italia, donde la Fiorentina ya lo esperaba.
Se convirtió en una pieza clave del conjunto florentino, antes de fichar por el Salernitana de la misma liga italiana. Demostrando que su calidad no tenía fecha de vencimiento aunque los años hayan pasado.
Futbol y felicidad
Con la Selección de Francia, participó en la Copa del Mundo de Alemania 2006, terminando como subcampeón, y en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, donde los galos fueron eliminados en fase de grupos. También participó en dos Eurocopas: Austria/Suiza 2008 y Polonia/Ucrania 2012. En total, Ribéry vistió 81 veces la camiseta francesa, anotando 19 goles.
A pesar de la infancia y de la adolescencia complicada y triste que vivió, nunca perdió la esperanza gracias a una persona clave en su vida: su esposa, Wahiba Belhami. A pesar de los escándalos de infidelidad, el amor salió adelante e inclusive Ribéry se convirtió a la religión musulmana, su nombre cambió a Bilal Yusuf Mohamed.
Franck Ribéry tuvo que sobreponerse desde lo más abajo, a lo más turbio, a ser agredido por las marcas en su rostro y ser conocido como un monstruo, hasta ser el mejor futbolista de Europa y ser reconocido como un monstruo… en la cancha. En octubre de 2022, decidió colgar los tacos tras una trayectoria lúcida en el futbol.
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Por: Ángel Sánchez / @AngelSG_MX