Hablemos de la carrera de un tipo como Frank Rijkaard, quien sostuvo una época como futbolista brillando en el legendario Milan de Arrigo Sacchi, un mediocampista dotado físicamente y técnicamente, quizás uno de los todoterreno más brillantes en la historia del balón.
Así como hacía goles también los evitaba, manejaba los partidos a su gusto y vio el futbol de una manera muy especial. Tal fue el caso que como entrenador logró rescatar al FC Barcelona de una de las crisis más grandes de su historia, y no solo eso, con él empezó la era más importantes de los blaugranas, que después sería glorificada por Guardiola.
El hijo de Ámsterdam
Nacido el 30 de septiembre de 1962 en Ámsterdam, Países Bajos. Comenzó su carrera con apenas 13 años, vistiendo los colores del Ajax. Para 1980 debutó con el primer equipo, donde marcó y se empezó a hacer de la titularidad de la mano de Leo Beenhakker. Permaneció en el Ajax hasta 1997, durante su estadía conquistó tres ligas de manera consecutiva, tres Copas y una Recopa. Ya como ídolo de la afición dejó al club por problemas con el técnico de ese entonces, Johan Cruyff.
Aquel invierno firmó por el Sporting de Lisboa donde no disputó ni un solo minuto, para tiempo después llegar cedido al Zaragoza de España, donde jugó cuatro meses, los suficientes para enamorar a los aficionados. Terminada la temporada del 87, llegó el gran momento de su carrera, arribó un club histórico no solo de Italia sino a nivel mundial, el Milan, el cual se hizo de sus servicios como pedido express de Arrigo Sacchi, quién llegó esa misma temporada al cuadro rossonero.
Los mejores tulipanes
Justo ese mismo verano “el Cometa” fue pieza fundamental para que el combinado nacional de los Países Bajos levantara la Eurocopa, el mundo entero se dio cuenta de su magnífica capacidad de polivalencia y su fuerza física, la cual le permitía ir al corte, rematar de cabeza, llegar de segunda línea e imprimir disparos bastante potentes al arco rival. Además, para la posteridad quedan sus carreras verticales con balón controlado y esa visión de juego que le ayudaba para hacer cambios de juego exactos, como si se tratara de una pincelada, un deleite.
El Milan de Sacchi
Ya de regreso en Italia, formó parte de un equipo de época, acompañado en el centro del campo por Carlo Ancelotti, y sobre todo hizo una espléndida tripleta de neerlandeses con Ruud Gullit y Marco van Basten. El Milan de Sacchi, es reconocido como uno de los mejores conjuntos de la historia, una auténtica máquina de matar siempre organizada en bloque. Levantaron dos Scudettos de forma consecutiva, dos Intercontinentales, dos Supercopas de Italia y dos de Europa, pero sobre todo esta brillante época de los rossoneri fue marcada por las dos Copas de Europa.
La primera corona de Europa llegó en 1989, tras golear al Real Madrid cinco por cero en semifinales. Para la final el Camp Nou fue testigo de aquel Milan en todo su esplendor, ganaron la ahora orejona tras vencer uno por cero al Steaua de Bucarest. En la segunda, Frank fue protagonista pues con su solitario gol, el Milan venció al Benfica y levantó la Copa de Europa de 1990.
Galardones y regresos
A nivel individual fue nombrado balón de oro de la Serie A en 1992, y balón de bronce en dos ocasiones. En Italia, el tulipán se convirtió en un tipo temido por los rivales, su gran futbol le permitió ganarlo todo vistiendo la rossoneri. Como toda historia de amor, en 1993 esta llegó a su fin, Rijkaard decidió regresar a casa.
Con 32 años fichó por el Ajax y convirtió su posición en defensa central. En Amsterdam consiguió una Copa de Europa más, esta vez contra su antiguo equipo el Milan de Fabio Capello, la final se la llevó el combinado holandes con un solitario gol de Patrick Kluivert, quien para ese entonces apenas era un jóven que prometía mucho.
Frank coincidió en el Ajax con su gran amigo Edgar Davies, quién después honraría su amistad con un gran favor en Camp Barca. Tras dos temporadas, en 1995 decidió que era el mejor momento para colgar las botas. Posteriormente inició su carrera como entrenador, quizás igual de gloriosa a la que tuvo como jugador.
Un escupitajo para la historia
No todo carrera es perfecta, y la de Rijkaard tiene una gran mancha. Corría el Mundial de Italia 1990, Países Bajos se enfrentó a Alemania, ambas generaciones eran doradas; Ruud Gullit, Marco van Basten y Frank Rijkaard vestían a la Naranja Mecánica, y Andreas Brehme, Lothar Matthäus, Jürgen Klinsmann y con el mítico Franz Beckenbauer en el banquillo, defendían los colores teutones. Tras una serie de piques y faltas entre Völler y Rijkaard, el colegiado amonestó al neerlandés, quien perdió la cabeza y le escupió en el pelo al alemán.
Acto seguido, Völler le cometió una falta a Frank, y el árbitro decidió expulsar a ambos, en su salida, el mediocampista neerlandés le escupió por segunda ocasión al alemán. Los dos se llevaron una sanción por tres encuentros.
Como técnico
Su carrera en el banquillo inició como segundo al mando de la Selección Neerlandesa para después pasar a ser el primer entrenador en el año 2000, donde no consiguió cosas importantes. En 2002 se hizo cargo del Sparta de Rotterdam, donde no pudo salvar al equipo de su inevitable descenso. No fue hasta 2003 que llegó su gran cita con la historia.
La segunda etapa de Louis van Gaal en el Barcelona fue un completo desastre, los jugadores que quejaban de no jugar en su posición y los esquemas tácticos del neerlandés variaban mucho, nadie lo entendía, y esto se veía reflejado en el campo con muy malos resultados. Dejó hundido al club en una crisis deportiva importante de la cual no se veía salida.
La opción perfecta
Johan Laporta tomó en 2003 la arriesgada decisión de contratar a Frank Rijkaard como técnico, un tipo que aprendió de Cruyff y de Sacchi, en busca de levantar al equipo y regresarlo al lugar que se merecía como el mejor del mundo. Desde su llegada impulsó el fichaje de Ronaldinho, cosa que terminó por suceder. Supo reconstruir la identidad de un equipo que no ganaba nada desde 1999 y sus aficionados estaban a la espera de un un título.
Si bien apostó por futbolistas experimentados de alto nivel como Dinho, Eto’o, Henry y Deco; también supo llevar a las promesa de casa, como Xavi, Iniesta y Puyol, quienes empezaron a tener muchos minutos con el plantel. El gran acierto de Frank fue subir a primer equipo a un joven de 16 años, con un talento fuera de lo común, un tal Lionel Messi.
Logró conquistar dos Ligas, dos Supercopas y una Champions en 2006, convirtiéndose así en la quinta persona en levantar la Orejona como técnico y como jugador. Por si fuera poco, en el año 2006 ganó el premio al mejor entrenador del mundo. Dos años después dejó al club en gran parte por críticas de la directiva, quienes comentaron que no regañaba lo suficiente a los jugadores y le acusaron de ser muy blando.
Sin duda alguna, Rijkaard dejó la mesa puesta para la llegada de Pep Guardiola y de épocas históricas en el Fútbol Club Barcelona. En 2009 dirigió al Galatasaray y después a la selección de Arabia Saudita. En 2013 dejó el ojo público y actualmente se dedica a manejar su propio restaurante.
Frank Rijkaard, el tipo que aprendió de Cruyff, lo ganó todo con Sacchi, le devolvió la sonrisa al Barcelona y fue pilar en la construcción del mejor futbol de todos los tiempos con Guardiola como maestro de ceremonias. El más completo de todos.
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Por: Diego Albarrán / @diego_cuba08