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futbol de Surinam

En el mundial de Rusia, hubo 82 jugadores naturalizados que jugaron para 22 selecciones. Hay ejemplos marcados que reflejan la nueva configuración de la sociedad, como el caso de Suiza, que ha integrado con éxito a descendientes de diásporas serbias, croatas y kosovares, entre otros. Más adelante hablaré de este tema.

Marruecos es quien lleva la voz cantante, con un total de 17 naturalizados de 23 posibles: hay ocho franceses, cinco neerlandeses, dos españoles y un canadiense. Túnez le sigue con nueve nacidos en Francia. Muchos aficionados de esos países, sobre todos los africanos, argumentan que con el talento nacional no hace falta usar jugadores que hayan crecido en el extranjero.

Fuera de las luminarias que alumbran a los países clasificados hay casos todavía más dramáticos. Timor Oriental echaba mano de brasileños para aumentar considerablemente sus chances para calificar al mundial pasado. La razón era que Timor Oriental usaba su pasado ligado a Portugal y al compartir idioma, había menos posibilidades de ser atrapados (puedes ver el artículo aquí). También podemos recordar todas las peripecias administrativas que hizo Guinea Ecuatorial para dejar de ser un país débil en África, entre ellas naturalizar jugadores de España, Brasil, países francófonos de África y hasta de Latinoamérica (aquí está el artículo).

Al fin lo logró Surinam

Con la llegada de su Liga de Naciones, Concacaf de pronto ha estado en la boca de todo el mundo. No solamente porque empieza a ser más competitiva, al menos en países de peso medio, sino también porque su sistema para determinar quién califica al hexagonal sea mucho más entretenido. Y los países que antes no destacaban, han dado la campanada.

El caso más sonado es el del futbol de Surinam. El pasado 17 de noviembre logró ganar como visitante 2-1 ante Nicaragua. La selección sudamericana había hecho su parte, y ahora había que esperar un milagro. Dominica, que había descendido hace dos jornadas, le ayudó al vencer a San Vicente y las Granadinas por la mínima. Había sucedido lo impensable: no solamente Surinam ascendió a la División A, sino que calificó a la Copa Oro por primera vez en en su historia.

Lo que pocos saben es que hasta hace poco Surinam era un país que, a pesar de contar con la oportunidad de una gran comunidad en el extranjero, había decidido no aprovecharla.

El futbol de Surinam

Aunque está geográficamente en Sudamérica, por su conexión cultural con las Antillas y por su debilidad ha formado parte de la CONCACAF desde su fundación en 1961 (más información en este artículo). Aunque la Surinaamse Voetbal Bond (Federación de Futbol de Surinam) se fundó en 1920 y se afilió a la FIFA en 1929.

La época dorada del futbol de Surinam ocurrió en los años ’70, cuando fue campeón y subcampeón de la Copa del Caribe consecutivamente (1978 y 1979). Tampoco hay que dejar de lado que clubes surinameses incluso llegaron a ser campeones y subcampeones de la Copa de Campeones de la CONCACAF (actualmente la Liga de Campeones): Transvaal en tres ocasiones y Robin Hood en cuatro.

Por ahora, Surinam ocupa la posición 141 del ránking FIFA y en la Concacaf es la 16a selección, posiciones que no reflejan el hecho de que Surinam tiene mucho talento para el futbol. Con los 348 mil surinameses que residen en los Países Bajos —casi el 60% de la población entera de Surinam— se podría hacer un equipo que domine el Caribe y, a mediano plazo, represente una amenaza para el tridente México-Estados Unidos-Costa Rica. 

Por cierto, la comunidad surinamesa no es la más grande en los Países Bajos; de hecho, es la quinta más grande. ¿Sabes cuál es la que ocupa el primer lugar? La comunidad turca.

Un poco de política

Tres siglos de esclavitud indolente a manos de conquistadores neerlandeses que usaban este territorio para plantaciones de azúcar que posteriormente vendían en los puertos de Ámsterdam dejó cierto rencor en el gobierno con sede en Paramaribo.

En el siglo XX la unión de la colonia con los Países Bajos se empezó a debilitar: en 1922, Surinam se convirtió en un territorio anexo de la corona. En 1954 logró la autonomía y fue hasta el 25 de noviembre de 1975 que consiguió la independencia. Después de eso, alrededor de la tercera parte de la población surinamesa se marchó a los Países Bajos temiendo que las condiciones empeoraran. Y así ocurrió: fricciones entre las diferentes etnias (javaneses, indios, africanos, indígenas y criollos neerlandeses) y la pobreza rampante hicieron que Surinam dependiese de la ayuda financiera.

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En 1980 ocurrió un golpe de estado. El entrenador de la selección de básquetbol del ejército, Dési Bouterse se valió de 15 sargentos para sacar del poder al primer presidente electo de Surinam, Henck Arron. Dos años después, Bouterse ordenó fusilar a 15 ciudadanos prominentes que criticaban a este nuevo régimen, lo cual fue suficiente para que los Países Bajos rompieran relaciones con la antigua colonia. Un lustro después, tras numerosos intentos de golpes de estado, Bouterse convocó a elecciones y su partido cayó al tercer puesto.

No sería suficiente para Bouterse y en diciembre de 1990 intentó de nuevo ocupar el poder, despidiendo a todos los ministros por teléfono. Hubo una guerra civil que forzó a más de 10 mil surinameses a marcharse a Guyana Francesa. Después de 20 años, Bouterse fue de nuevo presidente y se reeligió en 2015.

¿Qué es lo verdaderamente incómodo de Bouterse? En el papel hay democracia, pero en la práctica Bouterse ha centralizado el poder. Y colecciona acusaciones: Países Bajos dice que tiene nexos con el narcotráfico, mientras que Estados Unidos lo culpa de nexos con las guerrillas colombianas; eso sí, ambos países son sus principales socios comerciales.

¿De dónde viene tanto talento en el futbol de Surinam?

¿Recuerdas a Edgar Davids? Cedámosle la palabra para que nos ilustre el secreto:

Surinam tiene tanto en común con Brasil. En ambos países hay pobreza, hay muchos niños sin dinero en la calle. Salen de sus favelas para jugar futbol descalzos. No tienen dinero ni para otras distracciones.

Las palabras de Davids son confirmadas por Humberto Tan-A-Kiam. un reconocido periodista de origen surinamés. Según él, Brasil le aportó a Surinam la habilidad y la adicción de hacer todo relajado y con calma, sin preocuparse demasiado, pero cosechando al mismo tiempo resultados. Los surinameses están llenos de la libertad y el amor por el futbol característicos de los brasileños, lo cual les da un potencial único de crecimiento. Por otra parte, a los neerlandeses les gusta la libertad y privilegian jugar con técnica. En los Países Bajos se aprovecha y se perfecciona ese talento, integrándolo al futbol total patentado.

Los neerlandeses son propensos a inventar diferentes conceptos, buscar soluciones y siempre son prácticos. El surinamés juega porque le gusta. A veces no juega para ganar, sino para divertirse. En los Países Bajos todo está planeado con anticipación, mientras que en el futbol de Surinam todo se deja a la intuición. Esa combinación con la efectividad neerlandesa es dinamita pura.

Por esa razón, los surinameses se adaptaron sin problemas al futbol neerlandés y surgen de ahí estrellas de clase mundial. Aquí surgió a un tipo de futbol callejero en Ámsterdam y Rotterdam: el panna, o “portería” en sranan tongo. Partidos de uno contra uno a tres minutos con porterías pequeñas. Si bien se juega a goles, el juego se detiene si un jugador le hizo un túnel a otro, logrando en ese caso la victoria inmediata.

¿Cómo empezó todo?

En 1954, Surinam logró la autonomía y así empezó la migración en masa hacia la metrópoli. De acuerdo con la nueva “acta del Reino de los Países Bajos”, todos los habitantes de la colonia podían recibir la ciudadanía neerlandesa. A los puertos neerlandeses llegaron todos los que no querían trabajar en las minas de bauxita.

El primer futbolista surinamés fue Humphrey Mijnals. Aunque ya había jugado en el América de Recife, en el campeonato pernambucano, recaló en el Elinkwijk de Utrecht como el mejor defensa central de Surinam. Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas. En el Elinkwijk no podían creer que un jugador de raza negra pudiera jugar tan bien en la defensa. Por ello, en su debut lo pusieron de centro delantero, donde Mijnals no pudo demostrar nada.

Antes de su siguiente partido, Mijnals convenció al entrenador de que lo pusiera en la defensa y mostró que el defensa central podía ser técnico. Y después se le unieron cuatro surinameses a Mijnals: su hermano Frank, Erwin Sparendam, Michal Kruin y Charly Marbach. En un partido que el Elinkwijk perdía 3-0 en el medio tiempo, la mini colonia surinamesa convenció al entrenador de que jugaran con pase corto, en vez del sistema inglés que dominaba. Santo remedio: remontaron el marcador a un 5-3, y al día siguiente los diarios hablaban de la locomotora negra que había arrollado con su adversario.

En 1960 Mijnals se convirtió en el primer jugador de raza negra en ser convocado a la selección neerlandesa. Participó en tres juegos. La selección participó en un torneo en Sudamérica, pero el DT rumano Elek Schwartz se negó a incluirlo en el once inicial contra Surinam. ¿La razón? Se quejó con un periodista por la política de juego y selección. ¿El resultado? La federación neerlandesa lo colocó en una lista negra y jamás lo volvieron a convocar.

¿De dónde salieron Gullit y Rijkaard?

Regresemos a 1957. A los Países Bajos llegaron dos amigos: George Gullit y Hermann Rijkaard. A George no le interesaba el futbol y mejor se matriculó en la universidad de economía. Al final consiguió trabajo como profesor. En cambio, Hermann era jugador del único club de Paramaribo, Robin Hood. De ahí llegó a uno de los fundadores de la Erevidisie, el Blauw-Wit, un equipo yo-yo. Ahí jugaba el galés Barry Hughes y Martin Koeman (el padre de Roman).

En septiembre de 1962 Gullit y Rijkaard tuvieron hijos al mismo tiempo. Ruud y Frank. Como sus papás llegaron antes de las migraciones serias, Ruud y Frank crecieron como neerlandeses de clase media y la sociedad no tuvo problemas en aceptarlos. Ruud Gullit decía que se dio cuenta de que era negro hasta los 10 años.

Ruud y Frank continuaron la amistad de sus padres y llegaron al Door Wilskracht Sterk, un modesto club de Ámsterdam. A los 15, Ruud y Frank ya destacaban no sólo por su color de piel, sino por su calidad. Eran más altos, más rápidos y más técnicos.

Gullit era defensa, pero en ese entonces el futbol total estaba en su apogeo. Entonces, empezaba como libero, pero podía pisar el área penal. En cambio Rijkaard prefería la concentración y el balance en el equipo. Por ello su posición fue el medio campo. Al llegar al primer equipo, el Ajax quiso fichar a ambos jugadores, pero sólo lo logró con Rijkaard. Ruud partió al Haarlem, dirigido por el viejo amigo de su papá, Barry Hughes.

En el Haarlem, Gullit se convirtió en la estrella cuando Hughes lo colocó en de centro delantero. Hughes resistió el impulso de presionarlo para obtener resultados inmediatos y le tuvo paciencia. Mientras tanto, Rijkaard tuvo un camino menos meteórico para llegar al once inicial del Ajax. Leo Beenhakker lo puso también como defensa central. Rijkaard tenía muy buena lectura del juego y podía predecir el movimiento del contrario, y en caso de fallas, tenía la rapidez para alcanzar al delantero.

Ambos también coincidieron con la Naranja Mecánica que venía a menos. En 1981 fueron convocados por primera vez para un amistoso contra Suiza. En el primer tiempo estuvo Rijkaard, y en el segundo lo sustituyó Gullit. Se parecían tanto en complexión como en peinado, que el comentarista no los podía distinguir.

En 1983 llegó Johan Cruyff con el Feyenoord, donde ya estaba Gullit. Cruyff decidió colocar a Ruud como volante derecho. Al principio, Gullit protestó y pensó en sabotear esta nueva formación, pero Cruyff lo convenció con este consejo: todas las posiciones en el campo son importantes, y el futbolista que juega bajo el sistema de futbol total debe poder desempeñarlas. Así se la pasó dos años, hasta que Cruyff llegó al Ajax de sus amores.

Lo primero que hizo Cruyff fue cambiar el sistema hacia un 3-3-1-3. Como había una falta de defensas, tenía que compensar con un contención que subiera o bajara dependiendo de la situación del campo. Cruyff le delegó esa responsabilidad a Rijkaard.

Eurocopa 1988: la consagración surinamesa

Todo esto les ayudó a ambos en la Eurocopa de 1988. Gullit jugaba en el ataque con Marco van Basten y Rijkaard iba a la defensa. Sin embargo, no eran las únicas posiciones: Gullit bajaba constantemente al medio campo para recuperar el balón, mientras que Rijkaard se movía libremente por la mitad del campo, controlando a los rivales y asegurando el movimiento de sus compañeros. Esta idea nada trivial fue el principal ingrediente para el triunfo de esta Eurocopa.

Sin los surinameses, la Naranja Mecánica no habría tenido el éxito que tuvo en esa Eurocopa. Tenía un movimiento mecánico que estaba ya depurado, pero no tenía creatividad. Gracias a esa libertad procedente de Sudamérica, los Países Bajos regresaron a la cima.

Para Louis van Gaal, la zona más peligrosa del campo era el mediocampo porque puedes elegir cualquier dirección hacia el ataque, pero careces de una dirección como extremo. Para dicha posición, se buscaban jugadores multifuncionales que lo mismo fueran inteligentes que tuvieran comprensión de los espacios. Los surinameses realizaron dicha encomienda a la perfección.

Gracias a ese triunfo, Rijkaard llegó al Milán de Arrigo Sacchi y fue el mejor pivote el mundo. Un año después llegó Gullit a i diavoli rossi. Gullit empezó en la defensa central pero no tenía problemas en cambiar de posiciones.

El legado continúa: Davids, Seedorf y Kluivert

Cuando Surinam se independizó, 200 mil surinameses desembarcaron en los Países Bajos, aprovechando dicho vacío legal. También cambiaron las condiciones: los migrantes que llegaban en los años 70 se establecieron en las afueras de las ciudades, vivían en la pobreza y enfrentaban insultos y prejuicios de los neerlandeses, que decían que ni trabajaban ni estudiaban. Empezaba el racismo.

En los guetos de surinameses floreció la prostitución y el narcotráfico. Y los nuevos surinameses que querían destacar en el futbol fueron los más perjudicados porque los clubes no deseaban ficharlos por miedo a ver afectada imagen.

En una entrevista, el entrenador del Feyenoord, Thijs Libregts, decía que los migrantes no tenían estabilidad mental y eran vagos, pero irónicamente consideraba a Gullit como “su negrito”. En ese contexto crecieron Edgar Davids, Patrick Kluivert y Clarence Seedorf. No había día en el que Davids se peleara con quien se atreviera a llamarlo “negro”.

De todos modos, los clubes aún se hacían de los servicios de jugadores de origen surinamés. Acostumbrados a jugar en pequeñas canchas de concreto, fueron la base de ese brillante Ajax de los años 90. Debido a la importancia que tenía el mediocampo para van Gaal, necesitaba jugadores que pudieran tomar la iniciativa, por ello Reiziger jugaba por la derecha, pero poco a poco se fue moviendo a la defensiva. Rijkaard subía a apoyar a Seedorf y a Davids, que jugaban arriba.

Ese Ajax con mediocampo surinamés lo ganó todo en los Países Bajos y se llevó la Champions League en 1995. Al año siguiente no pudo repetir ese campeonato al caer en penales con la Juve. Todo se debió al conflicto entre neerlandeses blancos y migrantes surinameses.

Este conflicto manchó la participación de la Naranja Mecánica en la Eurocopa de 1996. El periódico De Kabel decía que en la selección neerlandesa había un grupito de seis conspiradores, todos ellos surinameses: Davids, Reiziger, Bogarde, Kluivert, Seedorf y Winter. Ese apodo ya estaba desde antes del torneo, pero se hizo evidente debido a los roces entre Davids y Guus Hiddink. En el partido contra Suecia, Hiddink substituyó a Seedorf en el minuto 26. Y eso no le gustó a Davids. Despotricó contra Hiddink. Así, David se marchó a casa temprano, y Países Bajos solamente llegó a cuartos de final sin él.

No obstante, según Winston Bogarde, esas pésimas relaciones con los migrantes fueron catalizadores para que surgiera otra camada de talentos de Surinam. Para Bogarde, o eras el doble de bueno que el blanco, o te retirabas del futbol. Por ello, para el mundial de Francia 1998 llegaron ahora ocho surinameses: Jimmy Floyd Hasselbaink se sumó al equipo, al igual que Frank Rijkaard, ahora asistente de Hiddink. Ya no hubo conflictos internos y llegaron hasta semifinal. Repitieron semifinal ahora para la Euro 2000, pero ahora Rijkaard era el DT.

Los rencores afectan a Surinam

En el duelo ante Alemania del septiembre de 2019, Ronald Koeman convocó a siete surinameses: Vermeer, van Dijk, Wijnaldum, Promes, Babel, Malen y Kluivert (hijo). Y pueden ser más opciones. Una investigación llevada a cabo por la FIFA en 2009, reveló que había 150 jugadores que podían tener ciudadanía de Surinam en la Eredivisie, primera división neerlandesa. ¿Por qué ninguno de ellos elige a la patria de sus padres?

La FIFA tiene un procedimiento: para jugar en la selección, basta con que el futbolista nazca en ese país o que viva ahí al menos cinco años. El gobierno neerlandés puede otorgar la ciudadanía bajo cualquiera de las tres siguientes condiciones:

  • El padre es ciudadano neerlandés en el momento del nacimiento del candidato.
  • El candidato nace y vive en los Países Bajos hasta cumplir la mayoría de edad.
  • El candidato tiene madre neerlandesa (aplica para los nacidos a partir del 1° de enero de 1985).

La Ley de Ciudadanía y Residencia de Surinam en esencia es muy similar a la neerlandesa. Se adoptó tan pronto Surinam se independizó en 1975. La diferencia que nos interesa es el artículo 11, cortesía de un gobierno de corte socialista encabezado por Hendrick Chin-A-Sen: cualquiera que reciba otra nacionalidad pierde en automático la surinamesa. No es posible tener doble nacionalidad y jugadores como van Dijk dejaron de ser surinameses en cuanto recibieron pasaporte neerlandés.

Por si eso fuera poco, los hijos de refugiados necesitan vivir dos años aquí si quieren obtener el pasaporte surinamés. Con tal de mejorar sus condiciones de vida, estos jóvenes surinameses no dudan en renunciar a la oportunidad de representar al suelo que los vio nacer para darse a conocer en el viejo continente. ¿Quién en su sano juicio interrumpiría su carrera en Europa para jugar con los Suriboys?

Surinam dejaba pasar años para ver cristalizar el sueño de muchos aficionados del país sudamericano: tener un equipo competitivo, mezcla de jugadores que construyen su futuro en el país conquistador con jugadores oriundos.

Todo empieza a cambiar

A pesar de esto, no todo está perdido. Inspirado en equipos como Argelia, en 2014, el presidente de la SVB, John Krishnadath propuso a la asamblea nacional permitir que jugadores con pasaporte neerlandés participen en la selección de Surinam para poder calificar al mundial de Rusia 2018. Cundieron rumores de que el gobierno permitiría la convocatoria de jugadores de doble nacionalidad.

Para realzar este proyecto la diáspora organizó un partido amistoso entre “surinameses europeos” y el W Connection de Trinidad y Tobago. De 100 surinameses, 85 respondieron positivamente a la convocatoria. Entre ellos estaba el sobrino de Hasselbaink y el primo de Davids. Todo esto quedó en simples habladurías.

Después se llevó a cabo un partido amistoso entre la selección de Surinam y un equipo conformado con jugadores “neerlandeses” en Navidad de ese año. El proyecto está encabezado por Nordin Wooter, jugador afincado en los Países Bajos y David Endt, columnista en periódicos de Ámsterdam, además de estar avalado por la FIFA. El entrenador de ambos equipos (el oficial y el extraoficial) fue Dean Gorré. A mediados de 2016, la asociación determinó que Roberto Gödeken lo reemplazaría, dando por dos años carpetazo al proyecto.

Los funcionarios de Surinam aseguran que usar jugadores que militan en el extranjero sería una losa sobre las ambiciones de jugadores locales. Los aficionados locales secundan estas palabras: la mayoría considera que los que se largaron son neerlandeses, no surinameses.

Buena parte de la producción goleadora en la Liga de Naciones pasada de Surinam se debe a Gleofilo Wlijter, delantero del Aris de Limassol (segunda división de Chipre): 10 goles en cinco partidos con los Suriboys.

Gorré regresó al banquillo de los Suriboys en junio de 2018 con miras hacia las eliminatorias de la Liga de Naciones de Concacaf. Con su regreso, la SVB y el gobierno de Surinam estuvieron trabajando en una iniciativa de ley que permita la existencia de jugadores Eredivisie en la selección. Gorré más que nadie desea ver más surinameses en Europa, algo que lo conduciría al más alto nivel. Además de la cansina burocracia surinamesa, hay otro problema: las normas estrictas para el empleo de extranjeros en la mayor parte de los países de la Unión Europea.

Al parecer, ya hay avances. En noviembre se convocó al primer jugador con pasaporte neerlandés: Nigel Hasselbaink, que milita en Hapoel Be’er Sheva de Israel. Además, este año hay elecciones parlamentarias. Hay esperanzas de que los nuevos políticos elegidos hagan algo al respecto. Por cierto, ese mismo mes Bouterse fue declarado culpable por el fusilamiento de esos 15 líderes de oposición y ahora paga una condena de 20 años.

Recapitulemos

El futbol de Surinam tiene una producción de jugadores talentosos que milita sobre todo en Países Bajos. Los jugadores surinameses combinan la técnica brasileña y el sistema neerlandés. Hasta hace poco habían decidido no usarlos: los jugadores con doble nacionalidad pierden el derecho a representar al país sudamericano.

El pionero fue Humphrey Mijnals, el primer jugador de raza negra en llegar a la Oranje. Gracias a jugadores surinames se dio el renacimiento de la Naranja Mecánica, con futbolistas como Rijkaard o Gullit. La siguiente generación curtida a base de discriminación incluía a Davids, Kluivert y Seedorf. Y el tercer aire viene de la mano de van Dijk, Wijnaldum y Vermeer. Afortunadamente, después de tantas iniciativas, poco a poco se les abre la puerta a dichos “neerlandeses”. Acaban de ascender a la División A de la Liga de Naciones de Concacaf y calificaron a su primera Copa Oro.

Por: Sebastián Alarcón / @AlarSebas

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