Scroll Top
Clásico Regio Femenil

El pasado fin de semana se jugó la vigésimo cuarta edición del Clásico Regio Femenil entre Tigres y Rayadas, un partido que cobra más relevancia conforme pasan los torneos y se incrementa la rivalidad deportiva entre ambas instituciones y que, poco a poco, se vuelve más significativa en toda la Liga MX Femenil. Porque aunque este duelo y antagonismo se rescata de su contraparte varonil, ahora ellas son las que lo vuelven un encuentro más pasional, cimentando su propia historia.

Escribir su propia historia

La afición al futbol femenil va en ascenso y el circuito mexicano, aunque es reciente, va creciendo con la paulatina mayor difusión de los medios de comunicación, así como por el apoyo de los clubes y el interés de las personas. El caso más notable es el de Tigres y Rayadas, pues son los clubes que más se han encontrado en liguillas, finales y han disputado los campeonatos de tú a tú, por ello es que se ha creado, incluso, la polémica de llamarle a este juego el “Clásico Nacional”

Hablar de la rivalidad deportiva es adentrarnos a planos meramente futbolísticos, cuando recordamos que Tigres le ha ganado tres finales a Rayadas y son las actuales bicampeonas, después de que las golearon en el Volcán la temporada pasada y se reafirmaron superiores no solo sobre las de Tito Becerra, sino de toda la liga. Además de la pasión que desprende el antagonismo que separa y une a la vez a la gente de Nuevo León.

Pero el futbol femenil ha permitido que incluso gente de otros puntos de la República se sumen a este duelo, de alentar a un bando aunque no tengan tan arraigado el sentimiento que separa a los regiomontanos y norteños de México. Ahora se habla toda una semana sobre este duelo, se calientan los ánimos con declaraciones afortunadas y otras no tanto que se encargan de emocionar a la afición. Aunque también es importante destacar que no todo es sano en este ambiente.

Sigue siendo futbol

Las palabras de Aylin Aviléz, delantera de 18 años de Rayadas, calaron en lo profundo de muchos en la previa del juego. “Es un juego más”, declaró la “joya” del conjunto de Eva Espejo, lo cual solo presenta cómo ella, lejos de presionarse por todo lo que ocurre entre ambos clubes, lo visualiza como 3 puntos más que se jugarían en el torneo. ¿Dónde está el problema? Cada quien vive el Clásico Regio a su modo, compartan con Aviléz o no. El conflicto entra cuando hay quienes quieren ver pelear a las futbolistas dentro de la cancha.

¿Sí es más que un juego?, quizás, pero eso no implica que las personas tengan que llegar a insultar a una jugadora que pronto nos representará en la Selección Mexicana mayor. A veces el futbol es tan pasional que hay quienes no distinguen la línea entre la rivalidad sana y el rechazo, invalidación y ofensa, tornándose violento. En el campo, las futbolistas se abrazan, saludan, toman fotos y hasta chocan las manos después de haber sufrido un gran golpe entre cabezas, como el de Nayeli Rangel y Mariana Cadena.

Desvirtuar el deporte

Lo más agradable del futbol femenil es que está creando su propia historia, el Clásico Regio inició con el antecedente del varonil pero poco a poco se ha vuelto de ellas, gracias a que han disputado campeonatos y juegos épicos, incluyendo el del fin de semana pasado. Por tanto, al rescatar que está cimentando sus bases, también hablamos de que está creando una afición que quiere que la liga crezca y sus deportistas también.

Es por ello que se repudia cualquier ofensa contra las jugadoras, como aquellos que atacaron a Desireé Monsiváis en la cancha del Volcán. Después de que las Amazonas derrotaran 2-1 a Rayadas, la delantera histórica de Monterrey denunció que sufrió insultos homofóbicos y racistas mientras jugaba de visitante. Ahí es donde las cosas deberían de cambiar, el demeritar a una futbolista por su raza y orientación sexual solo por lo que hace en la cancha es intolerable.

La lucha desde la Federación Mexicana de Futbol por erradicar el grito homofóbico que pronuncian cuando los arqueros rivales despejan, hecho que sucedió en algunas ocasiones durante algunos partidos de la Liga MX Femenil, por lo que las futbolistas se mostraron inconformes. Apareció, por ejemplo, en el primer torneo en un juego entre Morelia y Veracruz, dos clubes que ya no pertenecen a la competencia. Kenya Camacho, defensa central de Tiburones y ahora del Atlético de San Luis, lo comentó en su momento.

“Para nosotros fue nuevo que te gritaran, no lo esperas. No puedes cambiar nada, te saca de onda porque somos mujeres, pero no puedes ir con cada uno y decirle ‘oye, cálmate’, pero creo que cada equipo puede ir con su afición. Somos mujeres y pedimos un poco más de respeto”, dijo en agosto del 2017. 

Desaprender

Asimismo, justamente en este torneo (que se le cambió el nombre por “Grita México” para tratar de concientizar y erradicarlo), se detectó en el Volcán, casa de las Amazonas en el partido contra Santos en la jornada 7, así que los involucrados fueron retirados del estadio como parte del protocolo que enunció la liga. Es por ello que se tienen antecedentes para hacer una investigación más amplia de este fenómeno en el balompié femenil mexicano.

En los partidos de la categoría varonil es más común que esto suceda por el machismo y misoginia que existe no solo en ese grito, sino también en otros cánticos. Es un problema aún más grande porque predomina en la cultura del deporte de hombres, hacer menos a otros, tratar de insultarlos con ofensas homofóbicas y resaltar el “paternalismo” entre clubes con relación a los resultados en la cancha. En el femenil se busca un ambiente sano y familiar no solo para las deportistas, sino también para la propia gente.

Después de que se denunciaran los insultos en contra de Monsiváis, en entrevista con Cristina Ferral, Nancy Antonio y Fernanda Elizondo, jugadoras de Tigres, declararon que ellas no oyeron nada al respecto. “En lo personal no escuché nada, nunca me percaté de algo… estaba concentrada en jugar”, respondió Ferral, defensa central de las Amazonas. «Con estadio lleno tienes que ser muy puntual o estar muy enfocado en algo que te gritan”, dijo por su parte Antonio

Sin embargo, hay videos de aficionados que acudieron al partido donde comprueban que sí hubo cánticos homofóbicos en contra de la afición rayada. Aunque no hay registro de que fueron dirigidos hacia Monsiváis, se cuenta con el antecedente de que hay personas que sí han ofendido directamente a las futbolistas rivales de Tigres Femenil, como fue contra Santos. En esa instancia, no solo la federación, liga y club deberían hablar al respecto, sino también las jugadoras, por ser compañeras de la misma profesión.

El futbol femenil sigue creciendo y lo que vemos solo es parte del inicio de una liga que apenas cumplió cuatro años. Para ello, la lucha no solo es para dignificar el deporte femenino, sus condiciones laborales y salarios, sino también lo que acompaña al balón como la afición, para luchar, entre todos y todas, por un espacio seguro en las gradas, sin repetir vicios de su contraparte varonil donde persiste la masculinidad tóxica, machismo, homofobia, misoginia y racismo. El deporte es un generador de cambio y aquí somos partícipes de él. 

 

Leer más: El muro del futbol femenil

Síguenos en Google News

Por: Samantha González Silva / @ssmanthaglez

Entradas relacionadas