Mientras más alto vuelas, más duele la caída y… más buitres vienen a ver qué restos se comen. Así me parece la historia de Gareth Bale, un dragón herido. El joven de Cardiff que voló en la Premier y en su llegada al Real Madrid, pero que entre lesiones, desgarres, desplantes y mucho ruido mediático, no solo terminó por romper su relación con Zidane, sino que su pasión por jugar comenzó a desbaratarse. Hoy anunció su retiro del futbol.
Nació el 16 de julio de 1989 y los goles los portaba en el ADN, pues es sobrino de Chris Pike, uno de los máximos goleadores del Cardiff City.
Con cualidades atléticas sobrenaturales practicó varios deportes además de futbol como hockey, rugby y atletismo. A los 9 llegó a la academia del Southampton y debutó a los 14 en Segunda División. De ahí voló al Tottenham Hotspur en 2007. Siendo zurdo llegó como lateral por izquierda y con su tremenda velocidad recorría la línea de cal, llegando con peligro al área rival.
"Siempre estaba mirando por la ventana, mirando el reloj, pensando en cuándo podría jugar al futbol": Gareth #Bale
Después de jugar desde los 9 años, el galés se despide de las canchas de futbol tras anunciar su retiro. pic.twitter.com/AyUBh5svVu
— Apuntes de Rabona (@ApuntesdeRabona) January 9, 2023
Pero fue hasta la Champions de 2010, frente al Inter de Milan de Zanetti, Eto’o y Sneider, que Bale demostró su calidad de top. Cayendo 3-0 Gareth se echó el equipo al hombro y desde la banda destrozó a Maicon, quien era considerado, en ese entonces, el mejor lateral jugando en Europa. El resultado no acompañó al Tottenham, pues cayeron por marcador de 4-3, pero Gareth Bale marcó esos tres goles y Maicon solo le vio el número. Desde ese entonces lo apodan el «Expreso de Cardiff».
Bale era tan bueno en ofensiva que Andreas Villas-Boas, el DT del Tottenham, también lo utilizó como extremo, o por dentro, como interior o enganche, para ¿infortunio de Giovanni Dos Santos? En fin, en esa temporada metió 21 goles, y lo nombraron mejor jugador de la Premier, lo que derivó en un fichaje bomba.
El camino Real de Gareth Bale
En 2013, el Real Madrid lo compró por 101 millones de euros, superando así los 94 millones que pagaron por Cristiano Ronaldo en su momento. Gareth se convirtió en el primer galés en la historia en vestirse de merengue.
En su primera temporada voló. Formó parte de uno de los tridentes más ganadores del Real Madrid, el “BBC”: Benzema, Bale y Cristiano. Juntos regresaron al Madrid a una final y a una copa de Champions después de 11 años. Por eso la “Décima” es tan especial. Además, Bale anotó el segundo gol de la remontada. Iban 1-0 al 93. La prórroga acabó 4-1.
Cristiano Ronaldo, el crack que pudo no haber nacido
Igual, en la final de la Copa del Rey, el Madrid derrotó 2-1 al acérrimo rival, el Barca. En una larga carrera por el costado izquierdo, El Expreso dejó de calle a Marc Bartra y anotó el gol de la victoria.
Luego, en la final de la Champions 2015-2016, también contra el Atleti, Bale anotaría en la tanda de penales que le daría la “Orejona” a los merengues. Volvería a sumar minutos en la final de Champions del año siguiente que también ganó el Madrid frente a la Juve, la cual aparte, fue en su natal Cardiff.
El detalle con él siempre fueron las lesiones. Su explosividad le pasó factura. En 9 años con el Madrid tuvo 32 lesiones. ¿Desgarreth Bale? Eso eventualmente empezó a mermar todo, empezando por su continuidad en el terreno de juego. El dragón se empezó a quedar sin alas. En la temporada 2016-2017, apresuraron su regreso para enfrentar al Barcelona. No duró ni 40 minutos en el campo y tuvo que salir de nuevo, roto. Pero lo que más se rompió fue su relación con el francés.
La herida del dragón
Entre falta de ritmo, el aislamiento del equipo que genera una lesión, la desconfianza del DT y la crítica de prensa y aficionadxs, el ánimo del galés vino cuesta abajo. Aún así, en la final de Champions de 2018, frente al Liverpool, Bale volvió a ser el hombre gol de la “Orejona” del Madrid. Viniendo desde el banquillo, se mandó un golazo de chilena que significó el 2-1 y minutos después anotó su doblete para poner el 3-1 final. En un lapso de 5 años, el galés fue crucial en que el Real Madrid ganara 4 Champions, y 2 consecutivas. Pero con Zidane ni se hablaba.
En esta tensión Zidane-Bale jugaron 2 Bales: el desmotivado merengue y el empoderado dragón con la selección de Gales. El primero se podía dormir en la banca en pleno partido, burlar de aficionadxs y prensa merengue jugando golf y festejando tirando un putt y desconectarse a tal grado del equipo que ni festejaba con sus compañeros. Pero el segundo… volaba con una sonrisa en el campo.
Como goleador de su selección, Gales clasificó por primera vez a una Eurocopa en 2016, y llegó hasta semifinales. En 2021 los galeses volvieron a calificar a la euro. Cayeron en octavos, pero el capitán que los hizo rugir fue Bale. Y no sólo lanzaron fuego en la Euro 2021, sino también en la clasificación mundialista. Gales va a Qatar después de 64 años de no jugar un mundial, con Bale como capitán, y el máximo anotador histórico de Gales. Con 39 goles, 2 euros, y una clasificación al mundial está por encima tanto de Ian Rush como Ryan Giggs a nivel selección. ¿Baleheart?
Por eso Qatar 2022 fue, quizá, para Bale, el último torneo en el que pueda jugar con la verdadera pasión que lo enamoró del futbol cuando era niño. Antes de anunciar su retiro, a nivel clubes lleva 4 años muy amargos, después del bajón con el Madrid y el Tottenham a donde se fue cedido, de no jugar ni un solo minuto en la última final blanca de Champions en 2022 y de emigrar al LAFC.
Por Julio Rodríguez / @julioordz10