Para hablar sobre Gareth Southgate, tendría que comenzar en 1996 escribiendo la historia de un defensa que alguna vez erró un penal, pero que nunca se venció ante la pena máxima. Allí donde la derrota aconteció, comenzó la historia de un rey sin trono. Es el 2006 y Lady Macbeth empieza a soñar ahora desde Middlesbrough, todos somos sonámbulos. Justo en el momento en que la historia se codifica en un balón, convirtiendo la noche en día. La tragedia se funde con la comedia, Sam Allardyce es destituido de la dirección técnica del equipo de la rosa, los papeles se mueven y desde el pasado que no es otra cosa que el presente, un muchacho de Watford sueña con ser jugador de futbol.
Sin embargo, Gareth todavía no aparece retratado frente al duelo contra Alemania, todavía es muy temprano, Wembley duerme en el recuerdo. Las risas se han desvanecido, pero el rumor se esparce rápido, corre por todo el reino. Se perciben cambios en la pelota, no rueda igual. Quizá ya sea muy tarde, un defensa se escapa del teatro isabelino y entra a la cancha como director técnico.
Southgate, tomó el timonel de la selección inglesa después del escándalo de su predecesor. La nota rompió las redes sociales, la hinchada pedía cambios, pero no en la persona del que fuera defensa del Aston Villa. Twitter resplandecía en quejas y la moda del chaleco tendría que esperar. La memoria popular no olvidaba el penalti errado de “Nord” en la Euro y pese a que había estado trabajando en la Sub-21, desde el 22 de agosto del 2013 al 27 de septiembre del 2016. Existían pocas esperanzas de que llegara lejos.
A pesar de eso, el combinado inglés inició su camino con un nuevo comandante. La mano invisible del entrenador, que nunca lo es del todo como en la economía, pintó al óleo una estrategia que terminaría por consolidarse en pleno mundial, con Harry Kane orquestando el ataque. Por un momento, el comercial de televisión protagonizado por Gareth Southgate, donde se burlaba de su falla frente Alemania mientras comía una pizza, se quedaba atrás. El trabajo psicológico y la certeza en las jugadas a balón parado, le daban un nuevo rostro a los tres leones. Ricardo I dirige a su ejército, mientras la imaginación de Walter Scott compone la vida del rey, no conocemos al futbol solamente por los hechos, también por los caminos de la imaginación.
No hay duda, para hablar sobre Gareth Southgate tendría que comenzar en 1996, con el penalti errado frente Alemania en la Eurocopa. Allí, donde su viaje después del escarnio público lo llevó a un templo budista -¡You Gareth Southgate, you England penalty drama!- le dice un monje, mientras que en Bali suenan los cantos provenientes de oriente. Así es la historia del director técnico de la selección inglesa, cuento para dormir cocodrilos.