En junio de 2018 la agencia de noticias Reuters entrevistó al pontífice Papa Francisco. Dentro de las múltiples preguntas que se le hicieron al máximo jerarca de la Iglesia Católica, se le cuestionó sobre la posibilidad que las mujeres pudiesen llegar a ser sacerdotisas. Bergoglio fue tajante “con el orden sagrado no se puede porque dogmáticamente no va y Juan Pablo II fue claro y cerró la puerta, y yo no vuelvo sobre esto. Era algo serio, no un capricho”.
El Vaticano y su equipo femenil
Quizá dentro de los templos todavía no puedan aspirar al sacerdocio, pero dentro de las canchas lograron dar un paso adelante hacia la igualdad de sus derechos. El Vaticano presentó a su primer conjunto femenil de futbol. El 26 de mayo hizo su debut contra la AS Roma Femenil, que en aquel momento detentaba la nada despreciable cuarta posición de la Serie A Femenil.
Este escenario parecía complicado, por lo menos en términos deportivos, si se piensa que el conjunto se acaba de formar y que la mayoría de sus integrantes no son jugadoras profesionales (sólo tres tienen experiencia en este sentido).
A pesar de los resultados adversos que puedan tener en un primer momento, debido a lo noveles que pueden ser frente a las escuadras rivales, Danilo Zennaro, actual representante deportivo del Vaticano, asegura que lo prioritario no es lo que suceda dentro de la cancha. “Incluso si perdieran 30 a cero, eso no importa; lo que sí es importante es que estas mujeres tengan la oportunidad de conocer y medirse ante jugadoras profesionales. Ganando o perdiendo, lo valioso es crear contacto y amistad”.
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Y es que no es un hecho menor que las mujeres hayan logrado abrir un espacio para ellas en un mundo particularmente dominado por los hombres. El equipo está compuesto en gran parte por trabajadoras laicas de la Santa Sede. El mismo Zennaro afirma que «no solo hay monjas en Vaticano«, aunque sí hay algunas en el equipo.
Si a alguien se debe culpar de esta iniciativa es a Susan Volpini, quien actualmente es la encargada del proyecto (además de secretaria de la «Asociación de mujeres en Vaticano»). Ella misma declaró que todo comenzó como un juego: mientras los varones del Vaticano armaban una serie de actividades, se organizó un partido de futbol femenil. Como se puede ver, tuvo una importante repercusión.
El porvenir
Actualmente solamente han participado dentro de un torneo organizado por el hospital pediátrico del Vaticano Bambino Gesú, y a futuro solamente han contemplado participar en partidos de beneficencia. A nivel internacional, por ejemplo, no podrán jugar ningún torneo oficial de FIFA, porque el Vaticano, como país, no es miembro de la FIFA. Sin embargo esto no resta ni un poco de mérito a la creación de un conjunto femenil, que llega 46 años tarde (tiempo de vida del conjunto masculino de balompié).
La capitana del equipo es Eugene Tcheugoue, nacida en Camerún. Según sus propias palabras «Ha sido una idea genial. Nunca podría haberme imaginado volver a jugar aquí en el Vaticano. De tener la oportunidad de volver a divertirme como cuando era una niña dando patadas a un balón en compañía de otras mujeres«.
Zennaro aseveró que esta iniciativa fue impulsada por el mismo Jorge Bergoglio. Sin sitio a dudas este momento muestra cómo el futbol (y el deporte en general) suponen un espacio en el que la igualdad está por conquistarse. Hoy han sido las canchas del Vaticano, quizá más adelante sea el Vaticano mismo.
Por: Alberto Roman / @AlbertoRomanGar