Chivas dejó fuera del plantel a cuatro de sus jugadores: tres por indisciplina y otro por ser acusado penalmente por agresión sexual. Los rojiblancos dejaron en claro que dentro de su plantilla no habría lugar para estos acontecimientos y, sobre todo, marcaron un precedente en la liga al no tolerar la violencia de género.
Amaury Vergara, presidente del club, y Ricardo Peláez, director deportivo del mismo, emitieron un video para anunciar las sanciones que tendrían los jugadores Dieter Villalpando, José Juan Vázquez, Eduardo López y Alexis Peña. El primero cuenta con una denuncia en su contra por violación, y los demás asistieron a la fiesta en donde se habría cometido dicho delito. Las autoridades del plantel fueron contundentes; además de separarlos del club, no volverán a vestir los colores del Guadalajara.
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En un principio, cuando el caso recién salía a la luz, la institución decidió no contar con Villalpando en el partido contra Pumas por una cuestión legal que estaba tratando. No obstante, un día después, el mismo día que jugarían contra los felinos, también comunicaron que los otros tres futbolistas no serían alineados y los apartaron de la escuadra pese a estar concentrados para el duelo.
Las acciones de Chivas se ejecutaron rápidamente. En menos de una semana, los atletas ya estaban fuera del plantel. Sin restar importancia a otros casos donde integrantes de Chivas han mostrado su indisciplina y falta de compromiso, como la reunión de Alexis Vega y Uriel Antuna durante la pandemia, esta situación es relevante por la cuestión de la violencia de género.
A diferencia de otros clubes que también han tenido la oportunidad de marcar sanciones ejemplares, en contra de cualquier manifestación que atente contra la integridad de las mujeres, y aún así no lo hicieron, Chivas tomó la delantera y es lo más cerca que el futbol mexicano -en general- trató de hacer un cambio notable ante esta problemática.
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América lo vivió con Renato Ibarra. Aunque el jugador salió libre, al no ser procesado por tentativa de feminicidio, las Águilas lo dejaron un tiempo en sus filas y luego, logró enviarlo a préstamo a Atlas. Ante esto, la liga no hizo nada y los tapatíos actuaron según sus intereses en la cancha.
Con Pumas, sucedió lo mismo. Dejaron que el jugador Marco García continuara en el plantel y, a su vez, revictimizaron a Itzel ‘N’, quien ya interpuso una demanda en contra del canterano y de otros directivos inmiscuidos en el caso por abuso y acoso sexual, amenazas, discriminación, violencia digital y otros cargos que resulten.
No es una cuestión de que Chivas dé el ejemplo y quede mejor que los demás, sino de qué institución fue realmente cero tolerante con las agresiones de género y toma cartas más allá de un discurso. El Club Guadalajara, fuera de los colores, marca lo que podría ser un precedente de cómo los equipos en la Liga MX tendrían que oponerse a cualquier acto que violente a las mujeres por cualquiera que forme parte de él. Medidas justas y que no minimicen ningún tipo de agresión. Aún queda mucho por hacer, pero los rojiblancos dieron el primer paso.
Por: Samantha González Silva / @ssmanthaglez