Dice Paul Auster que el futbol es un milagro que permite a Europa odiarse sin destruirse. Una cosa es innegable: en el viejo continente todavía quedan muchas cuentas pendientes. Han sufrido demasiado a manos uno del otro, y aunque dan la idea de que eso ha quedado atrás, lo cierto es que la Unión Europea es lo único que impide que vuelvan a destrozarse -sin embargo, el Brexit ha puesto en peligro dicha integración-. Por su parte en el futbol Holanda con Alemania representan perfectamente lo que es una rivalidad añeja.
La historia nunca olvida: Holanda vs Alemania
Holanda es un pequeño país que ha tenido que robarle espacio al mar para crecer. Junto con Bélgica, era lo único que estaba entre Francia y Alemania cada que uno u otro entraba en un frenesí imperialista. Pero el 10 de Mayo de 1940 empezó uno de los capítulos más dolorosos en la historia neerlandesa. Sin previa declaración de guerra, la Alemania Nazi invadió la nación de los tulipanes.
Evidentemente no hubo mucha resistencia; no había manera de hacerle frente a los alemanes en ese momento. Lo que vino después para los holandeses, que tenían una gran comunidad judía, fueron años de muerte, destrucción, humillaciones y terror. Hasta la fecha, las heridas no han sanado completamente.
Por esta razón, cada que la Naranja Mecánica y Die Mannschaft se enfrentan en el campo de juego, hay de por medio el pasado lamentable que comparten, pero que nos han entregado partidos memorables. El primero de todos ellos fue la final del Mundial de Alemania 1974. Los anfitriones se enfrentaron a un equipo salido de la nada pero que venía arrasando con la revolución del Futbol Total. Cruyff los lideraba y se pusieron adelante temprano en el encuentro, pero el viejo adagio El futbol es un juego 11 contra 11 y al final gana Alemania se impuso.
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«La derrota fue una catástrofe, mucho peor que ante Argentina en 1978. No habría sido malo perder contra un equipo como Inglaterra», dijo René van de Kerkhof, defensa holandés dejando en claro la importancia de perder contra los teutones. Sin embargo, en el futbol la revancha viene a la vuelta de la esquina.
En la Euro de 1988, los neerlandeses se cobraron las afrentas eliminando a los locales en la semifinal, con un gol de Van Basten a dos minutos del final, y a la postre salir campeones. Nada como levantar la copa en el estadio del rival.
A pesar de esto, en Italia 90 las pasiones llevaron a uno de los encuentros más intensos entre estos dos. Los octavos de final en San Siro fueron testigos de los escupitajos de Frank Rijkaard a Rudi Völler y del marcador final 2-1 en favor de Alemania. Cabe resaltar que del lado holandés Rijkaard, Gullit y Van Basten jugaban para el Milán, mientras que del lado alemán Matthäus, Brehme y Klinsmann defendían los colores nerazzurri, lo que seguramente también calentaron los ánimos.
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Recientemente ambas selecciones siguen un camino franco a la renovación de sus planteles. Alemania de la mano de quien ya se hizo añejo en el banquillo, hablamos de Joachim Löw, continua realizando cambios en el equipo.
Por otro lado Holanda parece que salió a flote después de una etapa turbulenta en el seno de la selección, de la mano de Ronald Koeman y una generación que promete, y mucho. De hecho, en el último cotejo en el que se enfrentaron fue por la recién formada UEFA Nations League, donde los nuevos tulipanes golearon a los Teutones.
Villoro dice que la muerte no exime a los fantasmas de sus deberes para con su equipo; es muy probablemente que Santa Anna, el Almirante Nelson, Napoleón, Hitler y otros más están muy atentos en los devenires de partidos como México vs EUA, Inglaterra contra Francia y Holanda contra Alemania… partidos donde el futbol es solo el pretexto.
Por: Bernardo Otaola /@bernaov