A lo largo de la historia del futbol mexicano, han llegado futbolistas y directores técnicos de distintas naciones, incluyendo húngaros. La migración húngara tuvo cabida en México debido al cierre de puertas que tuvieron en Estados Unidos. El principal motivo de que los migrantes de Hungría salieran de su territorio, fue por la devastadora situación en la que el país quedó tras la Primera Guerra Mundial que tuvo como resultado la disolución de la monarquía austrohúngara, perdiendo casi el setenta por ciento del territorio.

La violencia que dejó la guerra, la pérdida de territorios, la constante migración y la inflación, motivaron a miles de húngaros a buscar nuevos horizontes, encontrando en México un país acogedor y en el cual comenzaron a formar colonias. 

Abriendo las puertas

A México llegaron tres grupos étnicos: húngaros, gitanos y judíos. Este último grupo vio la necesidad de emigrar debido al antisemitismo -tendencia de hostilidad hacia los judíos- que se acrecentó al término de la Primera Guerra Mundial. De esta manera, los húngaros que llegaron, no solo dejaron huella en el tema social, sino también en el futbol.

Muchos húngaros comenzaron como vendedores ambulantes o con empleos ocasionales, pero todos con un giro en común: el comercio. Con el paso del tiempo, la mitad de los húngaros mejoraron su calidad de vida y se convirtieron en profesionistas. De acuerdo a Mónika Szente Varga, en el documento titulado Integración económica de los inmigrantes húngaros en México, la inmigración húngara no ha sido numéricamente significativa, pues solo han llegado, aproximadamente, 3,000 personas.

Nombres

Dentro de esta comunidad, han llegado personalidades destacadas, por ejemplo, el doctor Ede Szender, quien hizo la autopsia y el embalsamamiento de Maximiliano de Absburgo. En el campo de las artes lucen nombres como: Enrique Féher, David Mikios, Susana Wien, Laszlo Moussong, Laszlo Fráter, Jorge Mester. Incluso, la famosa pintora mexicana, Frida Kahlo, tiene ascendencia húngara, puesto que su padre, Guillermo Kahlo, procedía de una familia húngaro-alemana. 

Róth

El paso de los húngaros por las filas del futbol mexicano comenzó en los años veinte con Szigfrid Róth, quien trabajó en el equipo Marte, en la época amateur, llevándolos al campeonato en la temporada 1928-1929. Dos campañas después, en la 29-30, también llevó al Necaxa a levantar el campeonato.

Orth

Para la década de los 40, György Orth tomó las riendas del Club Guadalajara. En su época de futbolista, Orth fue considerado como el segundo jugador más brillante de Europa, jugando en equipos como el Vasas Budapest, el Pisa Calcio, MTK Budapest, First FC Viena, el Olympique de Marsella, entre otros. Empezó su carrera como director técnico en la Selección Chilena para la Copa Mundial de Uruguay en 1930. Para 1940 dirige en Argentina, al San Lorenzo, y en 1946 llega al Guadalajara, donde le nació el gusto por trabajar con jóvenes y mexicanos, lo que lo catapultó a ser entrenador de la Selección Mexicana en 1947, para hacer frente a la Copa NAFC.

Selección de oro

La década de los 50 fue la mejor etapa para el futbol húngaro, el deporte más popular del país, puesto que consiguieron su primer logro importante en 1952: la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki. El “equipo de oro”, formado por Ferenc Puskás, Laszlo Kubala, Zoltán Czibor, Sándor Kocsis, Nándor Hidegkuti, Ferenc Szusza y más, no solo consiguió dicha presea, sino también obtuvieron el subcampeonato de la Copa del Mundo de Suiza 1954. 

La Revolución Húngara, llevada a cabo en 1956, además de un partido de la Copa de Campeones de Europa, hizo que las estrellas de la selección de Hungría no regresaran a su país y ficharan con equipos top como Puskás, fichando por el Real Madrid. 

Jugadores y DT

El Club América tuvo el gusto por contratar jugadores húngaros, pues en 1949 y en 1950, tuvo en sus filas a tres futbolistas que no tuvieron mucho éxito: Janos Csintalán, portero que participó en dos encuentros solamente; Istvan Kadas, defensa central titular que fuera fichado por el Zacatapec de 1952 a 1954; y, por último, Janos Adam, centro delantero que pasó desapercibido.

Para la temporada de 1954-1955, el Irapuato fichó al húngaro más conocido dentro del futbol mexicano: György Marik. Ya sea como defensa o mediocampista, siempre destacó dentro de la cancha, De 1955 a 1957, vistió la camiseta del Club León, donde alzó el título de la temporada 1956-1957. Su último club sería el Atlas para 1957 a 1959. Tiempo después, fue el entrenador encargado de ascender al Cruz Azul al máximo circuito, en 1963-1964. Con los Pumas alzó el título de 1976-1977. También dirigió al Atlante, al Laguna y Toluca.

Fekete

De nacionalidad húngara y naturalizado mexicano, Árpád Fekete llegó a México para tomar las riendas del Guadalajara en la temporada de 1957-1958, donde alcanzaron el tercer puesto; para la campaña siguiente, el equipo lograría su segundo campeonato; además, lograron ganar el Campeón de Campeones.

Para la temporada 1960-61, Fekete fue fichado como entrenador por el Oro de Jalisco. Dos torneos después, levantó nuevamente el título arrebatándole el trofeo al Guadalajara, y donde también ganó el Campeón de Campeones. Fue considerado un gran entrenador para salvar equipos del descenso, pero, antes de ganarse esa estrella, cayó a la Segunda División junto con el Atlas en la temporada 1970-71. Posteriormente, salvaría a los Tigres en 1976, a los Canarios del Morelia en 1982-1983. Logró un título en 1974-75 con los Pumas y en 1977-78 consiguió una de las mejores campañas en la historia de los Tecos de la UAG.

Principalmente ubicados en la zona de Tamaulipas y Chiapas, los húngaros consiguieron huir de la devastación que dejó la guerra y se adaptaron al estilo de vida mexicano, formando lazos estrechos entre ambas naciones. Inclusive, en Hungría la comida mexicana es de los platillos extranjeros favoritos y México es su segundo socio comercial más importante del continente americano, solo por detrás de Estados Unidos. Así, de llegar por la guerra, arribaron por el futbol.

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