El 2 de octubre de 2005, en el Estadio Nacional de Lima de Perú, la selección sub-17 de México obtuvo su primer campeonato. Aquellos chicos fueron llamados “Los niños héroes” en clara alusión a los hitos nacionales y de ellos se esperaban todo: el futuro del futbol mexicano iba a salir de sus botines. Entre estos se encontraba un joven llamado Enrique Esqueda, delantero que fue el elegido por Jesús Ramírez por encima de Javier Hernández.
Éste último rompió en llanto en las gradas del Estadio Nacional, mientras sus compañeros se coronaban campeones. “No llores, éste no era tu tiempo, los tiempos de Dios son perfectos y te tiene algo muy hermoso”, le consolaría su abuela. Hijo y nieto de dos futbolistas, el menor de los Hernández veía pasar ante sus ojos la posibilidad de hacer historia.
Javier Hernández en Chivas
Sin embargo, las cosas en su club comenzaron a mejorar para “Chicharito”. Casi un año después de que sus compañeros escribieran su nombre en las páginas de la historia del futbol mexicano, Hernández debutó con las Chivas contra Necaxa. El mexicano no pudo tener un mejor bienvenida: anotó al minuto 83 para contribuir a la victoria del rebaño sagrado. A partir de ese momento se convirtió en un jugador fijo en las convocatorias de los rojiblancos. Sin embargo, no veía minutos.
Las cosas siguieron este rumbo durante casi dos años, por lo que Javier Hernández consideró seriamente abandonar el futbol. Su oportunidad de ser parte de una generación histórica se esfumó cuando quedó fuera de la convocatoria de aquel sub-17 de 2005, y en su club conoció todos los estadios del país, porque siempre viajaba con el equipo para ver los encuentros en las gradas, como él mismo llegó a declarar.
Fue justamente en este momento crítico, cuando la carrera del tapatío despegó. En el Torneo Apertura 2009 terminó como el tercer mejor goleador del campeonato, con un saldo de once anotaciones en 17 partidos. Por fin dio el salto a la titularidad. El siguiente torneo, Hernández fue uno de los goleadores del Bicentenario 2010, con un total de diez tantos, a pesar de que una lesión hizo que sólo pudiera marcar una ocasión en cinco partidos.
La llegada a Europa
Gracias al gran desempeño que estaba teniendo en aquel momento, se comenzó a especular respecto a su posible fichaje por parte de un club europeo. Sin embargo, nadie vio lo que estaba por venir. El ocho de abril de 2010 el Guadalajara anunció que «Chicharito» había firmado un contrato de cinco años con el Manchester United. Aunque en primer momento se pensó que el nuevo jugador de los Red Devils no vería minutos, Javier Hernández se volvió un jugador habitual en el cuadro de Sir Alex Ferguson, anotando de manera constante. Aún a pesar de que generalmente solía ingresar al campo de cambio.
Su paso con el Manchester United coincidió con un momento en el que su relación con la prensa y la afición caminaba sobre ruedas: Javier Hernández aparecía ante los medios como un joven modesto y tímido que antagonizaba con la fiera dentro del campo. Al mismo tiempo engrosaba sus números con el equipo inglés, comenzaba a transformarse en un habitual dentro de la Selección mayor. Todo indicaba que él era el héroe que el futbol mexicano estaba esperando.
Entre los logros que se contabilizan en sus estancia en Manchester, encontramos dos Premier League y tres Community Shield, además de la final de Champions League de la temporada 2010-2011, donde el mexicano ingresó de titular. Tras la salida de Ferguson en 2013, comenzó a ver cada vez menos minutos. Con todo y esto, «Chicharito» daría una nueva sorpresa al ser cedido a préstamo al Real Madrid. Aunque esto podría aparecer como un salto enorme en la carrera de cualquier futbolista, también podría decirse que aquí comenzó su debacle.
El paso a España
Con los Merengues logró hacer anotaciones importantes, quizá la más destacada fue aquel que hizo contra el Atlético de Madrid en los cuartos de final de la Champions en 2015. Sin embargo los números de Hernández no fueron tan positivos como con los Red Devils: nueve goles y nueve asistencias en una temporada fue el saldo final. Es claro que competir en el Real Madrid es ya un mérito de aplaudir, pero quizá un momento de inflexión en su carrera fue su paso por España, no sólo en términos futbolísticos, sino por cómo comenzó a proyectar su imagen.
Su llegada al país ibérico coincidió con un período en el que su rostro aparecía en revistas de prensa «rosa», gracias a que hizo pública su relación con la periodista española Lucía Villalón. Aquí no necesariamente hay una relación causal, nadie sostiene que este romance tenga algo que ver con su rendimiento dentro del campo, pero lo que es cierto es que, quizá como mera coincidencia, mientras que cada vez había menos goles, su nombre se mencionaba más gracias a su vida privada.
Su siguiente equipo fue el Bayer 04 Leverkusen de la Bundesliga. Ahí su cuota goleadora durante la primera temporada fue de 17 goles, mientras que para la siguiente (2016-17), se quedó en once. Su paso por Alemania fue más bien discreto, aún a pesar de que en la primera temporada su club logró alcanzó el tercer lugar de la tabla y Javier Hernández y obtuvo el cuarto sitio de la tabla de goleo.
Para la temporada 2017-18 volvió a la Premier League, de la mano del West Ham United F. C., donde el camino descendiente no mejoró: Durante su primera temporada anotó en ocho ocasiones en la liga, mientras que en la segunda sólo siete. Esto se debe contrastar con su desempeño dentro de la Selección, donde es el máximo goleador histórico, con un total de 52 anotaciones con el Tri.
Fue el 2 de septiembre de 2019 cuando el Sevilla anunció su fichaje. Sin embargo, su retorno al futbol español resultó efímero, pues apenas jugó 15 partidos y consiguió anotar 3 goles. El 21 de enero de 2020 se anunció su fichaje por Los Angeles Galaxy, club con el que milita actualmente y, en donde ha buscado recuperar su nivel.
La polarización
En definitiva es uno de los mejores jugadores que ha tenido México, pero sus números han venido a la baja desde hace algunos años, al tiempo que declaraciones como “imaginemos cosas chingonas” han terminado por polarizar la opinión que la afición tiene sobre él.
Pero quizá el problema es que en él se depositaron las grandes esperanzas (como hoy se hace con Lozano o Jiménez), se esperaba que reviviera las viejas glorias de Hugo Sánchez, o que alcanzara los títulos de Rafael Márquez con el Barcelona. Se depositó demasiado sobre él, y pareciera que la rabia que se descargó sobre él viene cargada de la decepción de aficionados ávidos de nuevos íconos que no perdonan lo que pudo haber sido y no fue.
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Por: Alberto Roman / @AlbertoRomanGar