“Muéstrale al mundo que eres mejor que Messi y que puedes decidir el partido”. Fueron las palabras que utilizó Joachim Löw mientras Mario Götze se preparaba para entrar a la cancha del Maracaná. Minutos después, logró concretar el gol más importante de su carrera, a la par, le regaló a su técnico la que probablemente sea la cima más majestuosa que un estratega puede alcanzar, conquistar la Copa del Mundo.
Un voto de confianza
Aquel voto de confianza que Joachim Löw le dio a Götze, fue casi como devolver algo que le fue otorgado a él por su mentor en el pasado. Jürgen Klinsmann tomó las riendas de la selección teutona en 2004 y contrario a toda especulación, eligió al nacido en Schönau como su entrenador asistente.
Aunque resultó difícil, Klinsmann no dudó en defender su decisión frente a los críticos que opinaron que Löw carecía de un “pedigree” exitoso, necesario para una posición tan incisiva como ésta.
A pesar de ya haber conquistado la Copa de Alemania con Stuttgart y la Bundesliga Austriaca con Wacker Innsbruck, el campeón del mundo en 1990, detectó el potencial de su segundo al mando cuando compartieron estudios en la Academia de entrenadores Hennes Weisweiler.
El histórico Oliver Bierhoff, dijo que en la época de Klinsmann y Löw “se introdujo la velocidad, el pase rápido, los movimientos, la ofensividad y se consiguió que siempre el equipo jugara hacia adelante y no como en el pasado donde el juego era lateralizado. Y cuando Klinsmann salió en el 2006, la selección ya tenía un sustituto listo esperando las alas”. De acuerdo al actual director general de la Selección Alemana.
Joachim Löw: de nada, Alemania
Después de haber cambiado la estructura y mentalidad del futbol alemán, Joachim alcanzó el puesto como director técnico de la “Mannschaft” al término del Mundial en Alemania 2006. Relevando de esta manera a una de las personas que más le ha enseñado en su trayectoria profesional.
Löw tuvo un debut e inicio prometedor con “Die Alder”, superando 3-0 a Suecia y convirtiéndose en el primer entrenador de la selección en no conceder un gol en sus primeros cuatro encuentros dirigidos.
A pesar de no conseguir el objetivo en sus primeros torneos internacionales como estratega, su Alemania era inconfundible. Un conjunto ofensivo, veloz, competitivo y que, sin lugar a duda, jugaban como un equipo. Sus dirigidos lograron alcanzar la final de la Euro 2008, semifinales en Sudáfrica 2010 y, Polonia y Ucrania 2012 antes de la cúspide en Brasil 2014.
En 2003, un audaz Joachim Löw escaló el monte Kilimanjaro en Tanzania, hasta alcanzar el punto más alto de África. “Fue un ascenso difícil durante cinco días y en la última noche llegué a mi límite, tanto física como mentalmente. Llegamos a la cumbre en el amanecer y sentí una sensación de felicidad: que casi cualquier cosa es posible en este mundo”. Comentó en una entrevista el dirigente alemán.
Del mismo modo que escaló el Kilimanjaro, Joachim tuvo que aprender, equivocarse, tropezarse, quedarse a un paso de la gloria, levantarse de nueva cuenta y volver a comenzar. Hasta que finalmente pudo regresar a su país a lo más alto de la élite futbolística y alcanzar la gloria como campeones del mundo.
Saber hacerse a un lado
Si bien es cierto que, a través de toda su carrera ha recibido innumerables críticas, incluso llegando a su punto más bajo en Rusia 2018, Löw ha sabido cómo reinventarse y salir adelante. Como en todas las cosas “hay que saber cuándo decir hasta aquí” y esto es lo que el DT comunicó al anunciar que dejará la selección teutona al término de la Euro 2020.
Con especulaciones de que su regreso al futbol de clubes puede darse de la mano del Fenerbahce (equipo a quien ya dirigió en 1998-1999) y después de haber conquistado también la Copa Confederaciones en 2017, Joachim Löw tiene en el campeonato europeo la oportunidad de cerrar su proceso con broche de oro.
Es verdad que nunca se puede descartar a una Selección Alemana, mucho menos una dirigida por el suabo. No obstante, hoy cayeron eliminados de la Eurocopa 2020 frente a Inglaterra, sin embargo, se debe mirar en retrospectiva el proceso de Löw y, además, no perder de vista que le dedicó 15 años de su vida a la selección.
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Por: Mario Badillo / @n7mariobadillo